David Silva, el héroe de Mánchester que se curtió en Eibar
Luchador ·
Tras 19 años de carrera y cientos de batallas en el terreno de juego, Silva jugó el partido más difícil de su vida en 2017, cuando vio peligrar la vida de su hijo MateoAguas tranquilas. Ese es el significado de Arguineguín, el nombre del pueblo de Gran Canaria en el que nació hace 37 años David Silva, ... un hombre calmado y familiar. Su fútbol, taimado y elegante a partes iguales, se termina de manera abrupta, pero su huella en el deporte es indeleble.
Silva, que tiene dos hermanos, nació en el seno de una familia de clase trabajadora de Arguineguín. Su madre, Eva, tiene ascendencia japonesa y de ella heredó el txuri-urdin sus característicos ojos rasgados. El 'chino' creció con un balón pegado al pie izquierdo, encarando en el barrio a chavales mayores que él con un talento innato para romper cinturas y un carácter recio para nunca rendirse ante las adversidades.
El primer gran salto a nivel personal de Silva se dio en el año 2000, cuando varios emisarios del Valencia viajaron a Gran Canaria para llevárselo a Paterna. Aquel chico menudo de 14 años ya tenía muchas novias detrás de él, pero el club che se llevó la palma. En el UD San Fernando de Maspalomas, donde jugó, no se han olvidado de sus virguerías.
Con la selección española David Silva triunfó a lo grande, ganando un Mundial en 2010 y dos Eurocopas en 2008 y 2012
Abandonó las Islas Canarias para aterrizar en las también tranquilas aguas del Mediterráneo, donde con solo 21 años ya era una celebridad y uno de los pesos pesados del Valencia. Antes de ser una estrella en Mestalla hizo la 'mili' muy cerca del Reale Arena, en Eibar. En 2004 aterrizaba en Ipurua un chico reservado, de pocas palabras, pero que venía de maravillar con las categorías inferiores de la selección española. Mendilibar le pulió y aquel año se salió en Segunda siendo solo un juvenil de 19 años. El técnico de Zaldibar dejó una frase sobre él para el recuerdo: «Era de los más duros en ese equipo, de los cabrones».
Se marchó de Gipuzkoa dirección Vigo y en 2006, finalmente, volvió a Valencia, al abrigo de Quique Sánchez Flores. Este, de familia folclórica y de artistas, le entendió de inmediato y le dio galones. El resultado fue el nacimiento de uno de los mejores jugadores que ha visto el fútbol europeo en los últimos 20 años. El Mago de Arguineguín formó una dupla ofensiva antológica junto a David Villa y, escudados por Baraja y Albelda, ganaron la Copa de 2008 y dejaron en Europa dos eliminatorias de Champions League para el recuerdo ante el Chelsea y el Inter de Milán.
Con solo 22 años Silva ya era una realidad y Luis Aragonés, el seleccionador de España, le incluyó en la convocatoria para la Eurocopa de 2008. El genial futbolista grancanario fue una de las claves de aquel equipo que rompió una sequía de 44 años sin títulos internacionales. Con la selección se coronó en Europa una vez más y logró ser campeón del mundo en 2010, en un torneo en el que Vicente del Bosque apenas lo alineó. Esto generó alguna que otra fricción entre ambos que el paso del tiempo y la mano izquierda del técnico salmantino terminaron por solucionar.
El partido más difícil
Aquel título mundial supuso un antes y un después tanto a nivel profesional como a nivel personal. El pujante Manchester City de aquella época pagó su cláusula de rescisión y Silva hizo las maletas para desembarcar en la Premier League, donde hizo historia y alcanzó la categoría de leyenda como 'sky-blue' –así se conoce al equipo–. En suelo británico el canterano del Valencia brilló con luz propia y ganó numerosos trofeos.
En sus 19 temporadas como profesional Silva ha vivido duelos durísimos contra rivales de un nivel superlativo. Con todo, el partido más complicado de su vida se jugó lejos de los terrenos de juego y sin cámaras de televisión de por medio. Su primogénito, Mateo, nació de manera muy prematura en el año 2017, mientras el realista y su pareja, Yessica Suárez, vivían en Mánchester. Los dos pelearon lo indecible junto al pequeño Mateo, con el que se sumergieron en un mar de angustia, temiendo por la vida del pequeño. Afortunadamente, el mayor de los hijos de Silva salió adelante y ahora es un niño de seis años que disfruta de Adriana, su hermana pequeña, que nació hace un año en Donostia.
Cuando nació Mateo, Guardiola, su entrenador, le dijo: «No hay nada más importante que tu familia, David. Vete y cuídale»
Él mismo relató que esa etapa le hizo más fuerte después de que el bebé permaneciera ingresado durante cinco meses en el Hospital Casa de Salud de Valencia luchando por su vida. «Fue el periodo más complicado de mi vida. Estaba constantemente en la carretera, viajaba mucho, comía mal, no dormía lo suficiente, no entrenaba y, si lo hacía, lo hacía mal. Estaba totalmente fuera de mi rutina», declaró en su día.
«No hay nada más importante que tu familia, David. Tómate el tiempo que necesites para cuidar de tu hijo», le dijo su entrenador por aquel entonces, Pep Guardiola. Los problemas se fueron disipando y el Mago de Arguineguín volvía a dibujar esa sonrisa pícara dentro y fuera del campo. Así lo ha hecho siempre hasta que su rodilla izquierda ha dicho basta. Ahora es tiempo de regresar a aguas más tranquilas. El fútbol nunca olvidará los trucos de magia del ilusionista forjado en la inagotable factoría de talentos de las Islas Canarias.
Un empresario de éxito en el mundo del vino
Hay vida más allá del fútbol. David Silva es un hombre respetado en el mundo vitivinícola, donde ha triunfado gracias a la calidad y excelencia de sus vinos producidos en Gran Canaria. El exrealista es un apasionado del vino y siempre ha mostrado mucha dedicación por las Bodegas Tamerán, el proyecto que creó en 2019. Además, el extxuri-urdin también está inmerso en el mundo del ocio. En 2022 inauguró en Las Palmas el Perchel Beach Club, un complejo turístico para toda la familia ubicado en un lugar privilegiado con vistas al mar. Silva es uno de los grandes inversores del proyecto.
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