Una expedición marcada por las medidas sanitarias

Una vez allí, cada viajero portará su propia maleta de mano que deberá guardar en cabina, lo que evitará tener que facturar y también así ahorrar tiempo una vez se aterrice en Barajas. Se trata del primer vuelo Hondarribia-Madrid que realiza la Real desde el 18 de noviembre de 2018, cuando viajó a Vigo para disputar un partido de Copa frente al Celta. El objetivo no es otro que reducir al máximo los riesgos y seguir los protocolos que marcan las autoridades sanitarias. Para ello, La Liga ha facilitado un vuelo chárter que cumple con los parámetros necesarios para entrar en la pequeña pista. Ya dentro de la aeronave, cada jugador tendrá reservado su asiento, manteniendo siempre las distancias de seguridad y con la obligación del uso de mascarillas a lo largo de todo el trayecto.

También será especial la llegada. Saldrán del aeropuerto por la zona exterior, donde les esperarán dos autobuses para conducirles al hotel de concentración. El club no ha querido hacer público el nombre del mismo ni los horarios de salida y llegada para evitar posibles aglomeraciones. La salud prima para la plantilla, que saldrá esta noche al Coliseum Alfonso Pérez con la urgencia de lograr un triunfo tres meses y medio después. La estancia en el hotel -reservado al completo para la Real- será de unas pocas horas, pero continuarán las restricciones muy exigentes. Los futbolistas se verán obligados a ocupar habitaciones individuales, no se les permitirá pasear por los pasillos, ni bajar a la cafetería. Únicamente saldrán para el almuerzo y después deberán regresar a sus cuartos. También quedan suspendidos los habituales paseos.

El protocolo se mantendrá en el traslado al estadio. La expedición realista hará noche en Madrid y regresará mañana por la mañana a Zubieta, donde el cuadro de Alguacil deberá someterse nuevamente a los test del coronavirus para afrontar el jueves a las 19.30 horas en el Reale Arena el partido frente al Espanyol.