El camino de la Real Sociedad en Copa hasta la final de Sevilla

La Real no ha tenido un camino de rosas en la Copa, por muy lejos que haya llegado. Por ese camino ha tenido que evitar sustos ante dos 'terceras', apear a tres equipos de Primera, asalto al Bernabéu incluido, y confirmar la condición de favorito en unas semifinales, algo nada fácil para un conjunto que no está acostumbrado a volar tan alto en este torneo. De hecho, en 32 años solo había jugado otra semifinal, contra el Barcelona en la 13/14.

El cambio de formato de la competición, con eliminatorias a un partido hasta semifinales, ha abierto el elenco de aspirantes al título. Así sucedió también en la última Copa conquistada en 1987, cuando superó por la mínima fuera de casa a tres rivales entonces de Tercera: el Basconia, Montijo y Villarreal. Ahora, para abrir boca, el bombo le emparejó con el Becerril, el más modesto de los 115 equipos que han tomado parte en la competición. Un conjunto ascendido desde regional que representa a un pequeño pueblo palentino de apenas 700 habitantes y cuyo campo no cumplía las condiciones para albergar el partido, que se jugó en La Balastera de Palencia. Allí se vivió uno de los momentos mágicos de esta Copa, con más de 8.000 aficionados siendo testigos de un acontecimiento único que trascendió lo deportivo. La Real hizo los deberes y ganó por 0-8, con tantos de Januzaj (3), Isak (2), Le Normand, Pardo y Barrenetxea.

En la segunda eliminatoria le tocó un rival más exigente, también de Tercera, pero que en lugar de venir de regional aspira a subir a Segunda B. Y había dos circunstancias que no eran nada alentadoras: el viaje, con la imposibilidad de volar hasta allí al no haber aeropuerto, y que el campo ceutí era de hierba artificial.

El club solucionó la primera con un chárter hasta Tetuán para llegar rápidamente hasta la frontera del Tarajal con la complicidad de las autoridades marroquíes. Y la segunda la combatió Imanol alineando a sus mejores hombres, empezando por Remiro en la portería. El resto del once fue el formado por Zaldua, Le Normand, Zubeldia, Aihen; Guevara, Sangalli, Oyarzabal; Januzaj, Isak y Barrenetxea. Sangalli, con dos tantos, Januzaj y Barrenetxea firmaron el 0-4, aunque el primer gol, marcado por Sangalli, se resistió hasta el minuto 55.

En dieciseisavos de final le correspondió el Espanyol, en una de las dos únicas eliminatorias que enfrentaron a dos conjuntos de la máxima categoría. No tuvo suerte en ese sentido. Al menos, le tocó jugar en casa, lo que fue un factor que supo aprovechar arropado por su público. Barrenetxea abrió el partido en la última jugada de la primera parte pero después Ferreyra, de cabeza, pudo empatar de no ser por una buena intervención de Remiro en dos tiempos. En el contragolpe posterior Isak marcó un golazo y sentenció la clasificación.

En octavos también correspondió jugar ante otro Primera, Osasuna, y en el Reale Arena, aunque con más de un millar de seguidores rojillos en las gradas que dieron un color especial al choque. Con el 1-1 en el marcador, tras los tantos de Isak y Cardona, Moncayola estrelló un balón en larguero que pudo cambiar la eliminatoria. Después marcaron Odegaard, de libre directo, e Isak, a la salida de un córner.

El bombo ya no hizo concesiones en cuartos, cuando le emparejó con el Real Madrid en el Bernabéu. Toda la ilusión depositada en la competición parecía irse por el sumidero, ya que ganar allí se antojaba misión imposible, con el conjunto blanco liderando la Liga. Pero Imanol reservó a sus mejores hombres en el partido anterior contra el Leganés y desembarcó en Chamartín con todo para vivir una noche histórica en la que Isak se reivindicó con dos goles y dos asistencias en el 3-4, después de ir ganando 0-3 a la hora de juego. Luego tocó sufrir.

Resultó curioso que en un partido de la trascendencia de una semifinal afectara más la presión al equipo de Primera División que al de Segunda. Y eso que Oyarzabal puso el 1-0 enseguida, tras una jugada que no confirmó lo que se veía en el campo. Fue una genial maniobra de Merino para meter al espacio de exterior a la carrera de Portu y este fue derribado por Odei dentro del área cuando el realista iba hacia el córner. El capitán es infalible desde los once metros.

Imanol fue el más listo de la clase y acertó en su planteamiento de partido. Como muchas otras veces. No tocó mucho el equipo para un día tan importante, sobre todo después de la inercia positiva que traía. La única novedad respecto al último partido del Valladolid fue la presencia arriba de Willian José en detrimento de Isak, que llevaba tres encuentros sin marcar ante el Mirandés, Valencia y Valladolid. El brasileño no era titular desde el 9 de febrero contra el Athletic y anoche aprovechó su oportunidad, ya que su actuación fue clave. Sus características se adaptaban mejor que las del sueco, tanto a Anduva como al estilo de juego del Mirandés, y el oriotarra no se lo pensó dos veces a la hora de alinearle.

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