David Silva se retira

Hasta los magos tienen derecho a poner el punto final

Silva, sin embargo, quiso ir contra la lógica y antepuso la seriedad del ambicioso proyecto de la Real y el bienestar de su familia al dinero. El canario toma ahora la decisión de dar por concluida una trayectoria de dos décadas en la élite después de que el miércoles pasado sufriera una lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda durante un entrenamiento en Zubieta. Ese ha sido el desencadenante, pero no la razón principal. Si Silva ha tomado esta determinación ha sido porque puede. No tiene que demostrar nada.

El canario está a la espera de someterse al examen médico la semana que viene en la clínica de Vitoria del reputado traumatólogo Mikel Sánchez que confirmen los peores pronósticos, pero el jugador ya tiene tomada la decisión de colgar las botas a los 37 años. El tiempo estimado de baja en una lesión de estas características es de mínimo ocho meses de duración. El 4 de mayo renovó su contrato por un año más, hasta el 30 de junio de 2024, en el que previsiblemente iba a ser su último curso como txuri-urdin, pero no lo será.

Silva afrontaba su cuarta campaña como jugador de la Real después de que su llegada al conjunto guipuzcoano sorprendiera al planeta fútbol en el verano de 2020. El canario eligió la entidad blanquiazul como destino después de abandonar el Manchester City, donde completó una exitosa trayectoria de una década. Abandonó el Etihad con honores de capitán e incluso el club mancuniano levantó una estatua en su honor en los exteriores del estadio. Ahora se marcha de la Real recién comenzada la pretemporada. Un momento inoportuno, porque este periodo del año tiene más que ver con el comienzo de algo y no el final de un ciclo.

Ahora se entiende mejor que la Real estuviera obsesionada por tratar de cuidar el estado físico del jugador con mucha precaución. El canario popularizó el concepto de gestión de cargas en los partes diarios desde Zubieta que tan buenos réditos ha dado en sus tres cursos como txuri-urdin. La última vez que fue empleada esta técnica fue la semana pasada, al inicio de la pretemporada, momento en el que mago de Arguineguín comenzó su preparación a un ritmo menor que el resto de la plantilla.

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No ha sido hasta esta segunda semana de la pretemporada cuando se ha unido de forma completa a los entrenamientos grupales. En la tercera sesión fue cuando la rodilla izquierda le ha jugado una mala pasada. Silva se enfrenta ahora a la peor lesión que ha sufrido en toda su carrera. En su trayectoria de más de 20 temporadas en la élite es la primera vez que padece una dolencia de estas características. El canario se encuentra bien anímicamente, pero la lesión supone un mazazo, ya que se produce en el momento en que iba a abrir otra ilusionante temporada, la de su regreso a la Champions, competición en la que había tomado parte por última vez en la campaña 19/20, pero está tranquilo. Ha asumido este contratiempo con deportividad.

No va a haber ningún problema a la hora de arreglar la relación contractual entre el jugador y el club. La Real va a apoyar al futbolista en todo momento y respetará los tiempos que elija el propio centrocampista para comunicar de manera pública su decisión. Las conversaciones son fluidas entre todas las partes y la disposición es buena para llegar a un acuerdo que satisfaga a todos.

Silva decidió prolongar su carrera en la Real después de haberlo ganado todo porque sentía que podía seguir rindiendo a gran nivel y el físico le respetaba. «Me encuentro bien físicamente, tengo que ser sincero conmigo mismo y sigo teniendo ganas de seguir», reconoció inmediatamente después de firmar su última ampliación de contrato hace escasos dos meses. Su deseo era continuar un año más en la Real, aunque siempre mostró su honestidad y supeditó su continuidad al estado físico en el que se encontrara. No se dejó llevar por la euforia en su momento ni ahora ha pesado más la decepción.

El conjunto blanquiazul pierde una pieza irremplazable sobre el terreno de juego, pero también a un referente dentro del vestuario. No le hacía falta pronunciar una palabra más alta que la otra para que sus compañeros le prestaran atención. No son días fáciles en Zubieta.

El joven grupo que forman los jugadores de la Real se queda sin el «cascarrabias», tal y como reconoció sentirse el propio jugador tras firmar su última renovación. «El mayor es el que está exigiendo más a los demás y que haya gente con más experiencia ayudando a los demás es importante», opinó en su día. Silva estaba encima de sus compañeros para transmitir sus conocimientos y vivencias. Hasta los magos tienen derecho a poner el punto y final.

Sin Silva, toca adoptar decisiones en la Real. Asumido el disgusto, en el club y en el vestuario ya han aceptado la realidad y trabajan para ponerle remedio, siendo conscientes de que es imposible suplir a un jugador de su talla. La experiencia avala a un grupo que supo afrontar la lesión de su emblema Oyarzabal y también del jugador por el que mayor desembolso se ha hecho nunca, Sadiq.

Por eso el club ya está tirando del trabajo realizado por sus ojeadores, ha levantado el teléfono para preguntar por jugadores, para conocer en qué situación están uno y otro y saber cuál es su disposición a moverse. Es la obligación de toda dirección deportiva. Lo ha hecho la Real en las últimas horas y lo han hecho con más interés desde fuera de Gipuzkoa. Porque ha sido conocer que Silva está lesionado y colocarle jugadores a la Real. Todo uno. Kamada, Isco... y los que vendrán. No hay nada con ellos. Es fácil entender por qué: la Real practica un fútbol atractivo, juega Champions, es un club solvente que paga al día a sus jugadores y es un magnífico lugar para quien quiere crecer como futbolista.

Pero Jokin Aperribay, Roberto Olabe e Imanol Alguacil lo llevan grabado a fuego: de ninguna manera la Real va a realizar una operación que suponga tapar a los jugadores que ya hay en la primera plantilla y los que vienen por detrás en el filial. La Real confía en lo que ya tiene. No va a hipotecar el crecimiento de un jugador de la plantilla por otro que pudiera venir de fuera.

No va a entrar en ninguna puja y solo abordaría una operación si entra dentro de sus parámetros económicos y sobre todo si mejora lo que ya tiene. A la Real le avala la experiencia de temporadas pasadas en las que consiguió sobreponerse a lesiones de jugadores importantes.

En el club consideran que no urge fichar porque tiene recambios para cubrir el hueco de Silva. Brais Méndez, el canterano Pablo Marín, Merino, Kubo, Oyarzabal, Robert Navarro y Goti, éste el último en llegar procedente del Athletic con idea de que en un futuro pudiera ocupar el sitio de Silva. Teniendo en cuenta, eso sí, que como Silva no hay ningún otro.