Casi sin darnos cuenta
La Real ha renovado su plantilla poco a poco desde que logró el ascenso, de forma que solo quedan cuatro jugadores del grupo de Martín Lasarte
Está de moda en el fútbol hablar cada cierto tiempo de cambio de ciclo. Normalmente se hace cuando las cosas no van bien, porque cuando ... se ganan partidos, ni hay cambio de ciclo ni la madre que lo fundó. Cuando un equipo gana lo único que importa es seguir ganando. Lo demás se queda al margen. Pero cuando no se suman puntos, se revisan los carnés de los jugadores y se buscan defectos por todas partes. Es algo recurrente lo del cambio de ciclo, sí.
En el caso de la Real llevamos muchos años sin hablar de este asunto. Menos mal. Será que últimamente, con tres clasificaciones para competiciones europeas, las cosas marchan bastante bien.
Sin embargo, si echamos la vista atrás, nos damos cuenta que la plantilla realista no se parece en nada a la que hace siete años logró el asceso a Primera. Poco a poco, paso a paso, temporada a temporada, el vestuario de Anoeta se ha ido renovando. Sin grandes titulares, con algunas retiradas sonadas como la del gran Mikel Aranburu, sí, pero sin que nadie llegara a hablar de cambio de ciclo.
Si repasamos el grupo con el que el motivante Martín Lasarte logró el ascenso a Primera aquella fecha inolvidable del 13 de junio de 2010, comprobamos que el once tipo estaba formado por Bravo, Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, De la Bella; Rivas, Elustondo; Xabi Prieto, Aranburu, Griezmann y Bueno, con participación muy importante también de otros tres jugadores que también se podían considerar titulares, Agirretxe, Zurutuza y Nsue.
En aquella plantilla también estaban jugadores como Zubikarai -jugó los últimos partidos por lesión de Bravo- Labaka, Estrada, Markel, Sergio, Jonathan, Songo’o, Sarasola, Viguera, Esnaola...
Pues bien. De aquellos jugadores que, comandados por Griezmann, autor de una revolución no solo deportiva en el la Real, lograron el ascenso, solo quedan cuatro jugadores: Carlos Martínez, Xabi Prieto, Agirretxe y nuestro gran ‘Zuru’.
La renovación, más en silencio que otra cosa, se ha hecho sin prisa pero sin pausa. Se han ido casi todos y algunos incluso han venido y se han marchado en este tiempo.
Ahora nos parece muy antiguo, por ejemplo, hablar de Chory Castro, un jugador que no se fue hace tanto tiempo, solo año y medio, cuando todavía no se había producido la explosión de Mikel Oyarzabal. Pero la Real va cambiando más deprisa de lo que nos puede parecer y ahora mismo hay otra generación que está derribando la puerta del vestuario del primer equipo. A algunos ya les conocemos -Odriozola, Bautista, Oyarzabal...- a otros no tanto como Zubeldia o Guridi o al propio Kevin, pero están ahí no ya para hacer número, sino para jugar minutos en el primer equipo.
Tienen muy cerca, desde luego, gente de la que aprender, como el capitán Xabi Prieto. El donostiarra es un ejemplo de profesional. Diría incluso que de profesión es profesional. Si ha llegado, se ha mantenido y ha conseguido jugar una de sus mejores temporadas -la pasada- con 33 años no es por casualidad, sino porque se ha dedicado en cuerpo y alma a su equipo, la Real, a su vida, el fútbol, sin dejar escapar un detalle de su preparación, centrado siempre en su saber hacer tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Lo importante, en cualquier caso, es que Zubieta funciona y si los cambios se van produciendo sin que casi nos demos cuenta, será buena señal.
En todo caso, nos preparamos para vivir una temporada apasionante, con la vuelta a Europa de la Real y esa liguilla de Europa League que se ajusta muy bien a las posibilidades del equipo para llegar lejos. Al menos es a lo que se debe aspirar. Con más cambios de hombres que hace un año, porque la plantilla puede llegar a jugar -ojalá- más de 50 partidos, pero con las miras bien altas tanto en la competición doméstica como en la europea. Es cuestión de creérselo, de dar un paso al frente y mirar de cara a todos los rivales.
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