Real Sociedad - Granada: Cuatro días con el partido en el alambre

La Real Sociedad venció en el partido del malabarismo. El choque que estuvo desde el jueves en el alambre se disputó, no sin dejar regueros de tinta de este a oeste. Las primeras elucubraciones llegaban minutos antes de que Oyarzabal comenzara la salida de los realistas al césped. ¿Hubieran obligado a Barça o Madrid a jugar con solo siete jugadores del primer equipo? Se preguntaban en una emisora nacional. Si lo hicieron con el Granada, se supone que también con los que van de blanco, azulgrana, rojiblanco o txuri-urdin. A la Real quizás le caigan palos y al final de temporada los tres puntos se pongan en entredicho, aunque no hizo más que cumplir las normas.

Un partido que fue como un ladrón en una cornisa desde el viaje de los granadinos a Chipre. Tres días antes del partido ante el Omonia de Europa League, Jesús Vallejo dio positivo y fue aislado como establece el protocolo. Un dato que hizo a LaLiga, organizadora de la competición, alertarse. Como se esperaba, en mitad del viaje apareció otro positivo, el de Antonio Puertas más el del delegado de equipo. Las alarmas se encendieron porque todos los jugadores de la expedición granadina entraban en el grupo de riesgo, al haber estado en contacto directo con Puertas. Además Diego Martínez, entrenador nazarí y también aislado, desplazó a muchos jugadores del filial para el encuentro de Europa League, ya que regresaban directamente desde Nicosia hasta Donostia.

Hubo que cambiar la vuelta desde Chipre y el Granada empezó a hacer cuentas. Con todos los jugadores en riesgo por los dos últimos positivos, el protocolo de LaLiga le dejaba solo con siete jugadores aptos para jugar (Luis Suárez, Machís, Jorge Molina, Roberto Soldado, Yangel Herrera, Nahuel, Kenedy y Eteki); todos aquellos que ya habían pasado la enfermedad y, por ende, que tienen inmunidad y no suponían peligro para los realistas. Otro de los jugadores hábiles era Gonalons, pero estaba sancionado.

El viernes la expedición procedente de Nicosia pasó un nuevo test PCR y todos los jugadores dieron negativo. A partir de ahí la directiva del Granada Club de Fútbol trató de que LaLiga admitiera a los jugadores del primer equipo para realizar una convocatoria de garantías y no echar así mano del filial. Sin embargo la patronal se mostró tajante y recordó al cuadro andaluz que solo permitía desplazarse a San Sebastián «a aquellos jugadores que tengan el índice IGG positivo o presenten un PCR negativo y no hayan viajado a Chipre». Con lo cual, el conjunto nazarí no tenía más remedio que viajar con lo justo y echar mano del filial. Aunque a última hora del viernes, se deslizó la posibilidad de aplazar el partido. De hecho, la directiva del cuadro andaluz solicitó de manera formal a La Liga la posibilidad de suspender el partido, algo que la patronal negó.

Con el partido en el aire, el sábado Imanol ofreció su rueda de prensa y declaró que no tenía ninguna duda de que «el partido se iba a jugar». El club andaluz sorprendió a última hora de la tarde del sábado cuando pidió al Comité de Competición la suspensión del choque «al no cumplir con el mínimo de jugadores disponibles del primer equipo que se requieren para la disputa de una jornada oficial» y alegando «fuerza mayor». La Real presentó sus alegaciones al filo de la medianoche.

Los dos equipos y sus aficionados se metieron en la cama sin saber si iba a haber encuentro. Sin embargo en la mañana de ayer, como avanzó este periódico en su edición digital, el Comité desestimó la solicitud de aplazamiento del Granada y consideró que disponía «del número de jugadores profesionales suficientes» y que los lesionados que alegaban no eran «fuerza mayor». La expedición nazarí viajó ayer mismo, vía Pamplona, y llegó a Anoeta apenas dos horas antes del pitido del árbitro, aumentando el suspense. Como remate, en el minuto 75 forzó una alineación indebida al quitar a Jorge Molina y dejar solo cuatro fichas profesionales en el campo. Al estar el partido resuelto parece que no habrá consecuencias.