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Con el mismo cosquilleo que hace 10 años
Asier Illarramendi puede volver a jugar esta semana coincidiendo con el décimo aniversario de su debut en Primera
Esta semana se cumplirán diez años del debut de Asier Illarramendi en Primera División. Fue el 23 de enero de 2011 en El Madrigal ... ante el Villarreal, partido que la Real perdió 2-1. Este aniversario coincide con la semana en la que puede volver a jugar con la elástica txuri-urdin y el brazalete de capitán atado al brazo después de su larga inactividad. Una especie de redebut que no tendrá como protagonista a los habituales nervios de los primeros minutos con el primer equipo y en la élite del fútbol, pero sí al gusanillo de volver a vivir la competición.
El de Mutriku ya estaba en dinámica del primer equipo la temporada 2009/10, la que la Real logró el ascenso a Primera con Martín Lasarte en el banquillo. Una vez certificada la vuelta a la gloria, el lugar al que correspondía el club, Illarramendi jugó sus primeros minutos en el Martínez Valero de Elche el 19 de junio de 2010, pero no tuvo una irrupción como la de, por ejemplo, Martín Zubimendi. De ese día recuerda que «llegamos a Elche después de una semana de celebraciones. Entrenaba con el primer equipo y jugaba con el Sanse hasta que me llegó la oportunidad de debutar en la última jornada. Entre que esa semana solo entrenamos un día por las celebraciones y los nervios que tenía por mi debut, aguanté hasta el minuto 65. No pude más porque se me subieron los dos gemelos. Nunca lo olvidaré porque cumplí un sueño».
Biografía
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Fecha y lugar de nacimiento: 8 de marzo de 1990, Mutriku.
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Trayectoria: Sanse (2008-2011), Real (2011-2013), Real Madrid (2013-2015) y Real (2015-actualidad).
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Números: 241 partidos en Primera, el debut, el 23 de enero de 2011. 12 goles y 14 asistencias en total. Tres veces internacional con España.
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Títulos: Campeón de Champions, Copa, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes y Europeo sub-21.
Su próximo paso no llegó hasta medio año después en el mencionado encuentro ante el Villarreal –nueve minutos–, y después de jugar dos partidos más ese curso, su asentamiento se produjo desde las primeras jornadas de la 2011/12.
Illarramendi simplemente necesitó dos partidos, ante el Sporting de Gijón en El Molinón (1-2) y en la visita del Barcelona a Anoeta (2-2) para exhibir sus dotes de organizador en el centro del campo. Fue un jugador más en salir de la cantera de Zubieta y rendir como si llevara toda la vida en Primera, pero al mismo tiempo, también fue un jugador especial, porque la afición txuri-urdin no veía a un futbolista de garantía, futuro y talento en la sala de máquinas desde la marcha siete años antes de Xabi Alonso a Liverpool.
Las crónicas de entonces remarcaban que «solo hacía falta darle confianza, ponerle a jugar y olvidarse de vagas excusas que todo lo justifican. Una de ellas hablaba de la importancia de tener en su posición a un futbolista de más edad, que fuera veterano para dotar de carácter al equipo al defender y que recuperase balones. Ya se encargarían otros de jugar al fútbol. Pero hete aquí que va Illarramendi y hace las dos cosas a la vez. Ataca y defiende. Porque parece que defender, defiende. Sus aptitudes con el balón se comentan por sí solas».
Fue Philippe Montanier el que confío en él, y escudado por un veterano como Mikel Aranburu en la medular, solo las lesiones le sacaron de los onces titulares. En su segunda temporada completa con el primer equipo, y con 23 años, fue una pieza imprescindible en el logro de la Real de ser cuarta y clasificarse para la previa de la Champions en la 2012/13.
En la 2011/12 solo necesitó dos partidos para exhibir sus dotes de organizador talentoso, de garantías y con futuro
Tiene la oportunidad que muy pocos capitanes txuri-urdin han tenido: levantar un título el 4 de abril en Sevilla
Su gran futuro y su gran rendimiento llamaron la atención de clubes grandes, e Illarramendi jugó dos temporadas en el Real Madrid. Pero como ha sucedido los últimos años con la mayoría de jugadores que han salido de la Real Sociedad, qué mejor sitio que Zubieta para desarrollar la carrera profesional. Volvió dos años después, en agosto del 2015, con muchísimo fútbol y pulmón.
El mutrikuarra ha sido siempre un fijo en el once inicial de la Real. Con Montanier, con David Moyes, con Eusebio, con Asier Garitano y con Imanol Alguacil. Siempre. Buen ejemplo de ello es el maratón de partidos que tuvo en la temporada 2016/17. De 44 posibles jugó 39, en 38 jugó los noventa minutos completos y los cinco encuentros que no pudo disputar fueron por acumulación de tarjetas amarillas (2) y por problemas musculares (3).
Ahora, en su vuelta, resultará difícil tener ese monopolio de minutos en un puesto en el que también están Martín Zubimendi, Ander Guevara e Igor Zubeldia, pero es un gran 'fichaje' para una temporada que se presupone aún muy larga.
Acumula 241 partidos en Primera División –59 con el Real Madrid– y es el cuadragésimo jugador en la historia de la Real con más partidos disputados vestido de txuri-urdin –203 apariciones–, pero tiene en la mano un honor que muy pocos han tenido: levantar un título con la Real. Es lo que le ha faltado a jugadores como Xabi Prieto, y podrá hacerlo el 4 de abril en Sevilla.
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