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Willian José se despide a lo grande
Doblete ·
El brasileño sentencia la eliminatoria copera en Córdoba antes de cerrarse su cesión al WolverhamptonMereció la pena venir hasta Córdoba. Además de cumplir el trámite copero que siempre supone eliminar a un rival de inferior categoría, a uno le dio la sensación de asistir al último partido como blanquiazul de Willian José, que en las próximas horas saldrá camino del Wolverhampton. Por la forma en la que celebró los dos goles, sin exteriorizar nada de alegría, y la manera en la que le abrazaron sus compañeros, que se fundieron con él en una piña, uno entiende que no volverá a vestir la elástica txuri-urdin. Se va un gran delantero centro que en las cuatro temporadas y media que ha estado aquí ha aportado goles y mucho fútbol. En este tiempo la Real ha jugado dos veces en Europa y ha alcanzado una final de Copa. Cuando se retiró del campo hacia los vestuarios se fundió en un abrazo con Bautista, un compañero más que un competidor por el puesto más codiciado.
También presenciamos el regreso de Illarramendi después de un calvario de lesiones. La primera parte que realizó fue esperanzadora, recordándonos el fútbol que siempre ha llevado dentro, con esos pases interiores que rompen líneas y los apoyos constantes que terminan por fatigar al rival cuando va a la presión. En el descanso se quedó en los vestuarios pero después de tanto tiempo inactivo no fue una mala tarjeta de presentación. Así que ya ven, un viaje que no prometía demasiado acabó superando las expectativas, porque además la Real terminó con el mal fario que le perseguía en Córdoba y entra en dinámica positiva para afrontar los próximos compromisos.
Muchas veces, más que cuestión de nombres es cuestión de actitud, y la teórica 'segunda unidad' salió centrada, maduró el partido y evitó cualquier atisbo de sorpresa, asegurando la presencia en octavos de final.
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La Real estaba bien posicionada y con Zubimendi e Illarramendi controlando los espacios interiores metía atrás al Córdoba. Pero después de cinco llegadas al área en los primeros veinte minutos, más aproximaciones que ocasiones, ese dominio se fue diluyendo y el cuadro blanquiverde se fue estirando con rápidas transiciones en las que los realistas no prestaron gran atención a las vigilancias. Ledesma generaba incertidumbre en su duelo con Sagnan y, a partir de ahí, tocaba correr hacia atrás. Zubimendi e Illarramendi estuvieron listos en las ayudas para interceptar dos carreras del delantero local antes del descanso.
Tras el descanso, Imanol les ubicó a pierna natural, con lo que consiguió abrir el campo gracias a la capacidad de Merquelanz de centrar desde la izquierda. En el minuto 49 recibió un buen balón de Aihen y lo puso al segundo poste para que Barrenetxea lo ganara de cabeza. Guridi remató en boca de gol, pero Farrando sacó la pelota bajo los palos. La Real había creado más peligro en una jugada que en la primera parte entera.
En el flanco opuesto Barrenetxea concentraba la atención de los adversarios por su facilidad para desbordar en el mano a mano, lo que liberó a Roberto López. Éste logró colocar un gran centro al área desde el perfil contrario que se tradujo en el 0-1. Zubimendi, en una gran acción, busca el remate en el primer poste y se lleva a la defensa, lo que facilita la llegada de Willian José solo al segundo para marcar.
Con ventaja en el marcador, la Real templó el juego, bajo una marcha a la circulación de la pelota e impuso su control en el centro del campo, amenazando casi siempre con las incorporaciones de Guridi desde segunda línea. En una de esas, el azpeitiarra cruzó demasiado tras un amago en el que dejó clavado a su rival.
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