Carlos Martínez: «Ver jugar a Illarramendi ya es un motivo de alegría para el equipo»
a la contra | exjugador de la real sociedad ·
Sus inolvidables cabalgadas por la banda derecha aún sacan una sonrisa de nostalgia a todos los realistas. Carlos Martínez (Lodosa, 1986) dejó la Real Sociedad ... hace tres años, pero el recuerdo de sus once temporadas como txuri-urdin sigue vigente. 209 partidos oficiales entre 2007 y 2018 en los que se ganó el corazón de toda la afición blanquiazul. Ahora, ya retirado, ve los toros desde la barrera. «Soy feliz con mi nueva vida», admite. Nos atiende antes del choque de la Real ante el Alavés.
– ¿Cómo le va?
– Bien. Llevo una vida normal. Tuve una niña en septiembre y ahí estamos, cuidando de ella. Juego a pádel, hago más deporte... Y a nivel profesional suelo ir a Barcelona a la televisión para hablar de la Europa League, alguna vez hago previas de Liga... Ando entretenido.
– No le veo que eche el fútbol mucho de menos...
– Estoy contento con mi vida. Y cada vez estoy más satisfecho de la decisión de dejar el fútbol y empezar una nueva etapa.
– ¿Cómo fueron sus últimos coletazos en el fútbol?
– Bueno, el caso es que yo ya era consciente de que eso se terminaba para mí. Ya había vivido muchas cosas y también tenía una hija en camino. Luego vino la pandemia...
– Oviedo, Burgos e Irun. Las últimas estaciones por las que pasó el expreso de Lodosa.
– Sí. Cuando dejé la Real dudé si retirarme o no, porque el último año fue complicado –solo jugó dos partidos–. Pero decidí ir a Oviedo a probar un añito. Deportivamente me hubiera gustado jugar más, pero la experiencia fue buena. Al terminar tenía claro que era el final, pero apareció el Burgos. Parecía un proyecto interesante, pero no salió bien y nos volvimos a mitad de año.
«Salir a Old Trafford junto a Giggs y Rooney fue uno de los mejores recuerdos. Ese día fue precioso»
– Y llegó la decisión final.
– Los seis meses que permanecí en Burgos me encontré muy bien físicamente. Luego estuve entrenando con el Real Unión y llegó el estallido de la pandemia, con el confinamiento y todo. No tenía ganas de empezar otra vez, no me apetecía. Se acabó.
– Volvamos a la actualidad. ¿Qué le dice esta Real?
– Pues que gane o pierda, juegue quien juegue, es un equipo reconocible. Estoy disfrutando con ellos. Es un privilegio verles jugar, no especulan, juegan siempre igual.
– ¿Qué pasó en Turín ante el Manchester United?
– Fue un partido muy duro y el equipo encajó una derrota contundente. No pudieron hacer lo que hacen siempre y, en cambio, el Manchester hizo las cosas muy bien. El 0-2 fue un mazazo, luego acto seguido vino el 0-3... Fue una pena. Al partido de vuelta en Old Trafford habrá que ir a competir y a hacer el mejor partido posible.
– ¿Le recordó a los encuentros que jugaron en Champions League ante ellos en 2013?
– Bueno. La sensación es que en Inglaterra, que perdimos 1-0, nos podían haber hecho más goles, así como en Anoeta, que quedamos 0-0. Físicamente eran unas bestias, muy duros. De aquel cruce me acuerdo mucho de jugar en Old Trafford y ver a nuestra afición allí. Es uno de los mejores recuerdos de mi carrera. Salir al campo con Giggs, Rooney, Evra, Valencia... A pesar del resultado, ese día fue precioso.
«El 0-2 del United en Turín fue un mazazo, pero es que justo después llegó el 0-3...»
– ¿Cuáles deben ser los objetivos del equipo entonces?
– Creo que volver a Europa es uno de los grandes retos. Por lo menos a la Europa League, porque la Champions va a estar muy cara. Pero acabar entre los seis primeros es posible, sobre todo por las sensaciones que transmite el equipo. Y además creo que la intención del club es esa, la de pelear todos los años por estar entre los mejores de la Liga. Y luego está la final, claro. Hay que ir a por ella. La voy a vivir con mucha intensidad.
– Esta recta final de la temporada no se la va a perder Illarramendi, el capitán del equipo.
– Asier es un jugador que le da mucho al equipo. Solo con verle ahí, disfrutando y compitiendo, ya es una alegría enorme para el grupo y para sus amigos. El ritmo se coge jugando, así que calma. Juega y se le ve que posee una calidad tremenda para jugar a fútbol. Tiene mucha facilidad para leer el juego. La confianza del vestuario le va a venir muy bien para volver a ser una pieza importante.
«El día más especial de mi carrera fue el del ascenso ante el Celta. Lyon también fue increíble»
– ¿Cómo ve el flanco derecho de la defensa?
– Creo que me marché con el puesto bien cubierto (risas). Zaldua es el más experimentado y ya está asentado en el vestuario, es un jugador importante. Gorosabel, del que pocos esperaban la irrupción de este año, está siendo también importante. Y luego está Álex Sola. Es una pena su lesión porque el año pasado lo hizo muy bien con el Numancia. Es un chico con un potencial terrible, pero ahora mismo lo tiene complicado. Va a necesitar minutos para seguir creciendo, así que otra salida no sería una mala opción para él.
– ¿Qué recuerda de su paso por la Real?
– Fueron tantos años... Al principio me tocó vivir momentos duros, en Segunda División. Pero después de ascender fuimos parte activa de esta nueva historia del club. Creo que el día más especial fue el del Celta, el día del ascenso. También me quedo con Lyon, Old Trafford, el Barça en Anoeta... Tengo la espina clavada de no haber peleado por un título, pero estoy satisfecho con lo que hicimos.
– Ustedes fueron parte de la regeneración del club.
– Sí. El primer año en Segunda fue bastante complicado. Ese partido en Vitoria ante el Alavés fue un palo durísimo. La temporada siguiente creo que estábamos pensando en eso aún. El club estaba a la deriva, pero la nueva directiva puso orden y subimos en el año del centenario. A partir del ascenso casi todo han sido buenas noticias. Solo hace falta ver la plantilla que hay ahora, cómo está el club a nivel social e institucional...
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