En busca de un estilo reconocible a domicilio
La Real, uno de los cinco equipos que no ha ganado fuera, necesita desde el sábado en Pamplona jugar con una identidad quele haga acreedora a una mejor suerte en sus salidas
La Real ha escapado de la quema en las cuatro jornadas entre los parones de octubre y noviembre gracias a las dos victorias logradas en ... casa contra el Sevilla y el Athletic y los empates en sus desplazamientos a Vigo y Elche. Ocho puntos que le han permitido ganar cinco puestos en la clasificación para ser decimocuarta y tomar algo de aire. Sin embargo le queda lo más difícil, que es confirmar esa mejoría en el tiempo para acercarse a la zona que le corresponde por plantilla y aspiraciones.
Para ello, la principal asignatura pendiente que tiene por delante es mejorar sus prestaciones fuera de casa, donde hasta ahora pasa por ser uno de los cinco equipos que no ha logrado ganar junto con el Elche, Girona, Valencia y Osasuna. Es imposible estar de la primera mitad de la tabla hacia arriba sin sumar de tres en los desplazamientos.
La Real arrastra esta inercia negativa durante 2025, cuando solo ha sido capaz de superar a domicilio a un desahuciado Las Palmas (1-3) un lejano 6 de abril, es decir, hace más de siete meses. En los diez partidos de visitante con Imanol solo ganó el de Gran Canaria, empató en Vallecas y Villarreal, ambos por 2-2, y cayó ante Valencia (1-0), Osasuna (2-1), Betis (3-0), Barça (4-0), Alavés (1-0), Atlético (4-0) y Real Madrid (2-0).
Con Sergio el balance es más equilibrado, con tres empates y tres derrotas, ya que puntuó en Valencia (1-1), Celta (1-1) y Elche (1-1) y perdió ante Oviedo (1-0), Betis (4-1) y Barcelona (2-1). Es cierto que en Montjuic ofreció una buena imagen y Kubo tuvo en sus botas el empate con un disparo al larguero, pero también es verdad que ha visitado a dos equipos recién ascendidos como el Oviedo y el Elche y que el Valencia es un conjunto en clara cuesta abajo. Haber conseguido únicamente tres puntos de 18 posibles es un botín escaso se mire por donde se mire y se necesita mejorar esos números para escapar de la zona de abajo. Porque si no, al menor tropiezo en casa volverá a tener problemas. El sábado en Pamplona tiene una buena ocasión de mostrar su propósito de enmienda para no seguir coleccionando excusas como visitante.
Mostrar más personalidad. Hasta ahora Sergio ha tenido que remar contra corriente, porque a las pérdidas en verano de Zubimendi y Aguerd se ha unido que hombres que el año pasado eran indiscutibles como Sucic, Brais y Kubo están por debajo del rendimiento que ofrecieron entonces. Y eso pesa, por mucho que los jóvenes Martín y Gorrotxategi estén tirando del carro y Sergio Gómez, Barrenetxea y Oyarzabal estén por encima de su nivel de hace doce meses.
El irundarra ha tenido que maniobrar en un contexto de necesidad y eso ha impedido que la Real juegue con personalidad en sus salidas, adaptándose casi siempre al rival. Hay veces, como contra el Barcelona, en la que fue entendible. Es más, acertó tanto en los momentos en los que apostó por un repliegue marcado como cuando decidió presionar arriba para robar y contragolpear. Con ese plan de partido metió en problemas a un rival superior.
Sin embargo, hasta ahora se ha echado en falta un comportamiento regular en la idea y en las zonas de presión que permitan identificar a la Real con un estilo y una forma de juego. En Oviedo quiso hacer daño recuperando arriba pero le faltó acompañamiento de los pivotes y sufrió en las transiciones defensivas. Así llegó el gol asturiano y otro disparo al poste de los locales.
En Elche dispuso de buenas oportunidades para marcar en un intercambio de golpes con el rival, pero siempre dio la impresión de que los ilicitanos sabían mejor a lo que jugaban. El día que más personalidad y decisión mostró lejos de Anoeta fue en Balaídos, con una fuerte presión avanzada acompañada por todas las líneas y buen juego combinativo. El Celta le sorprendió con la incorporación del lateral derecho para marcar pero después no se descompuso y supo fabricar juego hasta empatar. Si la Real quiere ganar fuera tiene que resultar más reconocible.
Ajustar el centro del campo. Un hándicap importante que ha tenido el entrenador es que la zona ancha, donde se determina la forma de jugar de un equipo, es donde más ha tenido que construir. En defensa, con Aramburu, Zubeldia y Sergio ha habido una continuidad, lo mismo que arriba con Kubo o Guedes, Oyarzabal y Barrenetxea. Pero en la medular ha tenido que adaptar a un debutante como Gorrotxategi, apenas ha podido contar con el gran fichaje del verano, Yangel Herrera, y el hombre diferencial los últimos años en tres cuartos, Brais, ha estado por debajo de su nivel. Así las cosas ha utilizado ahí a Turrientes, Sucic, Marín, Soler, Zakharyan, Goti... Demasiados cambios para consolidar una idea, aunque entendibles al no haber dado aún con la tecla.
La Real es un equipo que se hace largo en fase defensiva cuando quiere ir a apretar alto, y por ahí empiezan muchos de sus problemas. Necesita un Yangel que corra por dos –hasta ahora ese papel lo ha interpretado Marín– y un enganche con colmillo para no dejar maniobrar al contrario en la zona de máquinas. Es de esperar que cuando encuentre los hombres que mejor mezclen en esa zona el equipo blanquiazul reforzará sus prestaciones colectivas, pero ya ha pasado un tercio de Liga y seguimos en esa búsqueda de la estabilidad en el centro del campo, una intención de juego y los resultados. Tres pasos que deben sucederse en este mismo orden.
Poco colmillo arriba. Todo lo anterior se manifiesta en unas cifras escasas ante la portería contraria con cinco goles en seis partidos. Así es difícil lograr victorias. Los de arriba no están rindiendo mal pero necesitan acercarse más al nivel que muestran en Anoeta para generar incertidumbre en el contrario. Los protagonistas de los tres últimos tantos a domicilio han sido bastante inesperados, porque Odriozola fue el autor del gol en Montjuic, Soler marcó su primera diana como txuri-urdin en Balaídos y Sadiq, que en septiembre era el cuarto delantero, fue el artífice del penalti en Elche con un buen movimiento dentro del área.
El gol es la guinda en el fútbol a una intención en el juego y la Real debe seguir trabajando en lo colectivo para recuperar en sus viajes esa consistencia que tuvo en años anteriores. El sábado en Pamplona tiene su primera ocasión, porque no puede sumar tan pocos puntos si quiere pelear por objetivos más ambiciosos.
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