Celta - Real Sociedad
La Real se suma a la fiestaTamborrada. ·
Un golazo de Brais y un enorme trabajo defensivo le devuelve a la senda del triunfo en la Liga mes y medio despuésSan Sebastián guiñaría un ojo de complicidad allá arriba al ver a la Real honrarle en su día con un triunfo de los de siempre. ... Fue el broche perfecto a la fiesta y el final a mes y medio sin ganar en Liga desde la visita al Villarreal. Una victoria de las de antes, de esas cimentadas en una buena defensa y la calidad individual en campo contrario. Aquel equipo campeón de Ormaetxea se hartó de ganar así hasta celebrar dos Ligas. Brais emuló a López Ufarte y un chispazo de magia fue suficiente para salir de Balaídos con una gran sonrisa. La nota triste es la grave lesión de rodilla de Aihen que tiene mala pinta y que rompió de dolor al de Etxauri.
El triunfo tiene una carga de profundidad importante por la forma en que se produjo, con un once cargado de meritorios y solo Remiro, Zubeldia y Le Normand repitiendo respecto al miércoles en Pamplona. Es más, Aramburu, Olasagasti y Magunazelaia debutaban como titulares en Primera División. Ver a la Real en ventaja sin Traoré, Zubimendi, Merino, Kubo, Barrenetxea y Oyarzabal en el campo es la señal de lo competitiva que es la plantilla, con mención especial al partidazo que hizo Turrientes, un chaval que no para de crecer y llevó la batuta de maravilla en ausencia de Zubimendi.
Cambio de sistema. Se venía barruntando desde hace días la posibilidad de una variación en el dibujo con Kubo fuera con su selección y Barrenetxea mermado por su lesión de tobillo. La Real ha navegado esta temporada durante muchas semanas a velocidad de crucero por ellos y ahora que faltan era aconsejable mover el árbol. Imanol entendió que era el día propicio y, además de dar descanso a varios de sus titulares de cara al martes, jugó de salida en 1-5-3-2 con Zubeldia, Le Normand y Pacheco como centrales, Aramburu y Aihen de carrileros, Turrientes, Olasagasti y Brais en el centro del campo, con Magunazelaia y Sadiq de delanteros. Las consecuencias de esa modificación fueron positivas.
Una Real poderosa en los duelos reduce a la mínima expresión el ataque del Celta y una genialidad de Brais le basta para ganar
Con balón la Real gozó de amplitud en zona de iniciación, con Zubeldia y Pacheco bien abiertos, lo que obligó a uno de los dos mediocentros celtiñas a salir muy fuera de zona, quedando Turrientes libre a esa espalda, tal y como ocurrió en la jugada del 0-1.
En la fase defensiva, ganó enteros en la presión colectiva. Cuando no tienes piernas frescas cuesta repetir esfuerzos y robar en campo contrario, pero esta vez recuperó agresividad con Magunazelaia y Sadiq en la primera presión, bien acompañada por Olasagasti como perro de presa para saltar después al organizador contrario. El Celta estaba atascado y la variante que encontró Benítez pasada la media hora fue transformar su 1-4-4-2 inicial en un 1-5-3-2 con el que pudiera sacar más limpio el balón incrustando a Tapia entre centrales. Para entonces ya estaba perdiendo y no podría equilibrar después esa desventaja.
Golazo de Brais. Bien situada en el campo y con Turrientes llevando la manija del juego, a los diez minutos la Real encontró premio con una buena jugada en la que Pacheco atrae a Tapia y Turrientes consigue eliminar a dos rivales con una sola acción. Mediante desmarque y pase superó a Dotor y De la Torre para conectar con Brais en la zona donde hace daño. Ahí donde pone a correr hacia atrás a la defensa rival. El de Mos no se lo pensó y soltó un latigazo ajustado al poste ante el que no pudo responder Guaita.
Jugar con tres centrales le dio amplitud en iniciación provocando que Turrientes y Brais pudieran brillar en los espacios generados
Esa comodidad de los de Imanol se volvió a reflejar en la gran oportunidad que desperdició Sadiq para hacer el segundo en el minuto 21. Una recuperación avanzada permitió a Brais buscar al nigeriano al espacio. Éste, con un gran movimiento se fue de Núñez y Domínguez, pero solo ante Guaita la echó al muñeco sin ni siquiera tratar de colocar el remate ajustado a un lado.
La única opción del Celta fue intentar balones largos cuando la Real adelantó la defensa para acompañar la presión alta, logrando sorprender antes de la media hora con un envío de Tapia a Dotor, que dio el pase de la muerte a Larsen. El noruego se encontró con un paradón de Remiro cuando ya saboreaba el empate. El asistente levantó el banderín por fuera de juego pero no era nada claro.
Más cerca el 0-2 que el empate. En la reanuación el cuadro blanquiazul quiso marcar territorio y demostrar que no iba a dedicarse a defender la renta. Dos zarpazos estuvieron a punto de sentenciar la contienda, ambos a balón parado y con Brais como protagonista. El gallego lanzó un libre directo al poste y después templó una falta lateral al segundo palo para Zubeldia y Magunazelaia remató rozando la madera dentro del área.
Benítez, impotente, se la jugó con un triple cambio para dar entrada a Hugo Álvarez en banda derecha, a Carles Pérez para manejarse por dentro y a Douvikas como pareja de tanques con Larsen. Pero a estas alturas a la Real hay que plantearle más argumentos que cargar el área para hacerle peligro. Zubeldia, Le Normand y Pacheco no concedieron ni un respiro a sus pares por arriba y cuando, además, entró Merino la misión de empatar con juego directo se hizo imposible para los locales.
Cuando las piernas pesaban emergió la figura de Sadiq para no dar un balón por perdido e incomodar una y otra vez la iniciación gallega. No solo eso sino que lanzó a Oyarzabal solo ante Guaita en una carrera que no tuvo premio. No hizo falta porque con semejante fortaleza atrás con un solo tanto fue suficiente. El martes toca Copa en Balaídos.
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