Peru Rodríguez
El central hace balance de una temporada de matrícula de honor antes de dar el salto al fútbol profesional. «Son muchos años de trabajo»
Peru Rodríguez (Antzuola, 2002) comanda al Sanse desde el centro de la zaga, pero también lleva el brazalete en las celebraciones del ascenso a la ... Liga Hypermotion. El capitán del filial ha sido capital en una temporada de matrícula de honor. A sus 23 años, es uno de los más mayores de una cuadrilla llena de chavales de casa.
– Se le ve muy emocionado...
– Estamos todos muy felices, es una pasada lo que hemos conseguido porque a Segunda división no se sube todos los días.
– Hubo que sufrir de lo lindo, ¿no?
– Ya sabíamos que iba a ser así porque el Nástic es un equipazo. Allí nos salió un partido muy bueno y vinimos con una ventaja interesante, pero había que rematar la eliminatoria en casa. La ventaja era de dos goles, pero sabíamos que la vuelta iba a ser una guerra. En la prórroga y sufriendo, pero lo conseguimos.
– ¿Cómo se gestiona el hecho de que ellos se pongan 0-2 e igualen la eliminatoria?
– Es que nosotros veníamos con la lección aprendida de que el Nástic nos lo iba a poner muy muy complicado, pero lo teníamos en la mano. Siendo sincero, desde principio de temporada hemos tenido una confianza increíble en nosotros mismos y al final ese ha sido el éxito, el poder del grupo.
– ¿Lo vieron perdido, que se escapaba el ascenso?
– No, no. Insisto, creo que ésta ha sido una de las claves. Creer en nosotros mismos sin pensar en nada más.
– ¿Cómo fue el partido? Ellos lo protestaban todo...
– Sí, es un equipazo y es verdad eso que dices que presionaban mucho en cada acción. Pero es que nosotros pese a ser un filial competimos muy bien, no perdemos los papeles, sabemos qué requiere cada momento e interpretamos bien lo que demanda cada partido. Los dos equipos nos estábamos jugando mucho, pero creo que acertamos en la toma de decisiones que eso no siempre es fácil en una situación de tanta tensión.
– ¿Y los últimos minutos? Los nervios estaban a flor de piel.
– La prórroga fue dura en el aspecto físico, pero también sabíamos que si metíamos uno en el tiempo añadido les forzábamos a ellos a marcar dos por el hecho de que si empatábamos ascendíamos nosotros. Si nos metían yo creo que nos íbamos a la calle, pero lo mejor es que no dudamos en ningún momento.
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– ¿Qué supone este ascenso?
– Pues lo primero, un claro ejemplo de cómo se trabaja en Zubieta. En el equipo de este año hay muchos jugadores que entramos juntos en infantiles o cadetes. Es un premio al todo trabajo realizado durante tantos años. Estamos muy contentos porque todo el equipo se lo merece.
– Siga, siga...
– Un canterano de la Real, de Antzuola, desde pequeño en Zubieta, con tus compañeros, amigos y familiares aquí... Nuestro sueño siempre es dar el salto al fútbol profesional y se ha conseguido.
– ¿Qué es eso de «bonilla»? Sus compañeros y amigos no pararon de cantarle. ¿Es un mote?
– (Risas) Bonilla es una broma que empezó hace un par de años y ahí se ha quedado con la cuadrilla. Se puede decir que es un mote, pero no solo para mí, es para toda la cuadrilla.
– En la celebración les escuchamos que se iban para Ibiza...
– Sí, sí. Ahora toca celebrar y sobre todo disfrutar.
– Qué bien ha competido el equipo durante 50 semanas...
– La clave ha sido el grupo humano que tenemos en el vestuario, la fuerza del grupo nos ha llevado hasta aquí. Ha habido partidos mejores y peores, pero hemos peleado cada encuentro como si fuese el último.
– Y con muchos jóvenes. Carrera, Gorosabel, Astiazaran... Todos empezaron en la Real C la temporada.
– Esto es un filial y sabemos que lo primero es el primer equipo. Cuando muchos de nosotros han ido arriba tenemos que echar mano del C y también les queremos dar las gracias porque ha sido increíble cómo nos han ayudado. No solo en los partidos, también durante la semana han hecho grupo y eso es una pasada.
– Se le vio con el balón para lanzar el penalti. ¿Iba a tirarlo?
– No, no, mi intención era tirar, pero es que Guibe es muy bueno tirando penaltis, es un especialista. Vi que estaba jugando y lo mejor para todos es que lo lanzara él porque iba a ser gol sí o sí. Yo no tenía dudas de que yo también iba a meter, pero Guibe es tan bueno tirando penaltis que debía ser él.
– ¿Qué espera del año que viene?
– Pues es la leche competir en el fútbol profesional. Para los que venimos luchando tanto y tanto tiempo es un sueño hecho realidad el jugar contra tantos equipazos en semejantes estadios. De Primera RFEF a Segunda... Es una barbaridad el año que vamos a tener.
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