Aritz Elustondo, una nueva pieza para la zaga realista
El defensa de Beasain, capitán ante la ausencia de Oyarzabal, volvió al equipo titular tras estar los dos últimos meses lesionado
Se le puede considerar otro de los 'refuerzos' de invierno. Aritz Elustondo (Beasain, 1994) regresó ayer al equipo titular por primera vez desde el ... 30 de noviembre, fecha en la que se lesionó en Anoeta ante el Eibar tras una mala caída. El equipo txuri-urdin, uno de los más goleados de la Liga, echaba de menos un perfil como el del bravo canterano atrás: rápido, serio, ágil y contundente.
A pesar de la inactividad, Aritz volvió al once inicial con todos los galones posibles. Con el brazalete de capitán y con dotes de mando en la línea defensiva, donde le acompañaron Zaldua, Le Normand y Monreal. En el primer acto le tocó fajarse en un duelo de gladiadores contra Martin Braithwaite, el atacante más peligroso del Leganés.
El propio delantero danés estuvo a punto de aprovechar un malentendido entre el central y Zaldua para marcar el 1-0, pero un pie providencial de Remiro evitó el disgusto. Desde el flanco derecho de la línea de centrales, Aritz también intentó contribuir en la salida de balón, buscando en la mayoría de los casos a Zaldua, Le Normand o Zubeldia y, en un par de ocasiones, a Isak en profundidad. Pero le costó.
Ante la presión asfixiante de hombres como Kevin Rodrigues, el de Beasain decidió golpear el cuero en largo para sacar al equipo de su propio campo y eludir así el agobio de los locales.
El encuentro estuvo marcado en todo momento por la tensión que se palpaba en cada metro del estadio desde que arrancó el encuentro. Había mucho en juego. Así llegó su encontronazo con uno de los futbolistas más belicosos de la Liga, Recio. Elustondo protestó de forma vehemente al árbitro en la acción del penalti a Januzaj, y el centrocampista malagueño se lo recriminó. El de Beasain no se arrugó y se encaró con él. Carácter no le falta.
Un enfado monumental
Tras el descanso llegó la debacle. El segundo acto no pudo empezar peor para Aritz. Omeruo, el autor del empate en el minuto 49, le había golpeado en la mandíbula con el brazo mientras pugnaban por un balón en el aire unos segundos antes de que se desencadenase la jugada del gol. En la repetición del tanto del nigeriano se ve como Elustondo se lleva constantemente la mano a la cara, dolorido.
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Después de un buen robo y anticipación ante Kevin en el minuto 64, tuvo cinco minutos después una buena oportunidad para poner por delante a la Real, pero su cabezazo a centro de Odegaard se marchó alto. La entrada de Guido Carrillo, otro atacante corpulento, no hizo sino acumular tareas defensivas para el beasaindarra, que vio como el propio Carrillo le daba un codazo en el 78 que le costó la tarjeta amarilla.
A pocos minutos de la conclusión, Zaldua y el propio Aritz echaron en cara a Januzaj su escasa implicación en defensa en una acción que estuvo cerca de acabar en gol. Más allá del disgusto final que supuso la derrota, la reaparición del jabato goierritarra es una de las pocas noticias positivas de un domingo negro en el sur de Madrid.
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Desconectado, descentrado, despistado... Willian José saltó al terreno de juego en el minuto 71 desnudo de argumentos, y su concurso fue malo. Su cabeza no estaba en Butarque, o esa es la sensación que dio. De hecho, tan errático estuvo que evitó un gol hecho de Odegaard interceptando un centro que no era para él. Era el 1-2.
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Willian... así, no.
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