Un inquietante déjà vu realista
Nada de lo que sucede es nuevo, ni siquiera el 'mourinhismo' de Alonso; hay que saber asumirlo sin catastrofismos
Para las nuevas generaciones de realistas, los nacidos en los últimos tres lustros, esta situación es nueva, como lo serán decenas de experiencias que tengan ... en los próximos años. No están acostumbrados al barro porque nacieron como 'realzales' en la opulencia europea, escuchando el ruido de los cohetes de dos en dos en Anoeta y paladeando el sabor de la gloria en La Cartuja y el 'pulpo pa cenar'. Pero los presentes nubarrones que ahora oscurecen la atmósfera de Anoeta fueron una constante durante largos años en los que hubo que convivir con la derrota, la frustración y la fractura social. Vivimos una especie de 'déjà vu' de lo sucedido tantas veces hace, por fortuna, mucho tiempo. El mismo ánimo catastrofista, esa tristeza existencial por no ganar, ciertos fantasmas del pasado que parecían secuestrados para siempre y las frases que nos martillean el ánimo, como «el entrenador es un triste» ¿se acuerdan? o «este equipo no transmite». A veces viajar al pasado no mola nada, aunque este presente, con tres victorias en los últimos 21 partidos tampoco resulta alentador.
Con dos puntos de 12 y ciertas constantes negativas en el juego que no se corrigen es normal sucumbir a cierto desaliento, pero hay varios resortes para recobrar ilusión. Hay tiempo de sobra; sólo han transcurrido cuatro partidos de 38, 12 puntos de 114 y la Real sigue pagando las consecuencias de un verano convulso y una planificación tardía de la plantilla. Eso por un lado. Por otro, aunque aún no se haya manifestado del todo, hay talento en esta plantilla, que está a años luz, por ejemplo, de la de 2007 de Fabio Felicio, 'chaco' Herrera y los fichajes 'estrella' de Bakero.
Este equipo, cuando el entrenador tenga a todas las piezas a su disposición, está destinado a clasificarse en la mitad alta de la tabla; otra cosa es que le alcance para llegar a ser europea. La medular del pasado sábado (integrada por Gorrotxategi, Marín y Goti) es más de futuro que de presente y tendrá poco que ver con la que trace Sergio ya avanzado el otoño. La Real está pagando tan caro el peaje de la inexperiencia de algunos jugadores y de su filosofía como el de la autopista a Bilbao.
Queda reaccionar cuanto antes para que no siga cundiendo el alarmismo. Conviene ganar cuanto antes un partido, dos quizá, para que lo mencionado en el primer párrafo no se eleve a la máxima potencia.
No queremos más 'déjà vus', esa vívida sensación de haber experimentado previamente una situación que, en realidad, es nueva. También lo tuvimos en parte cuando vimos a Xabi Alonso, el hijo de Periko, invadiendo el césped para intimidar al árbitro esgrimiendo un '¡Me haces pensar mal'. Si ya en su época de jugador llegó a ser más 'mourinhista' que Mourinho, recordó mucho al técnico de Setuval en Anoeta, si no suya, sí la casa del aita. Todo es comprensible si fue una performance para ganarse de partida al madridismo más cerril, el que apellida 'putrefacta de Negreira' a esta Liga donde el Madrid siempre ha sido y es, como el Barça, bendecido por los árbitros. Cosas veredes, amigo Sancho.
Y siguiendo con Cervantes, habrá que aplicar su frase, rescatada por Antonio Banderas en los Goya: «Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles. Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades». Sea.
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