La semifinal lo nubla todo
Hasta las once de la noche del viernes, cuando concluya el partido contra el Villarreal, Imanol seguirá insistiendo en su discurso de que la semifinal ... de Copa está lejos y hay que concentrarse en la Liga. Es su deber profesional. El técnico de la Real Sociedad está obligado a enviar ese mensaje a los jugadores y a los aficionados porque, recalcará, lo único importante es lo más inmediato. No le falta razón pero es innegable que quien más quien menos ya está haciendo planes para un desembarco en Sevilla el 6 de abril. Es motivo de conversación en la familia realista porque, esta vez sí, se está ante la posibilidad de vivir una final con público y no como la última en el silencio de La Cartuja. No quita, sin embargo, para que la vuelta ante el Mallorca sea vista con mucho respeto.
El partido ante el Villarreal resulta inoportuno, un incordio del calendario, y requiere de un ejercicio extra de motivación. No en el aficionado, que no se viste de corto, pero sí en los jugadores por parte de los entrenadores. Es algo natural. Existe riesgo de pensar más en lo que está por venir que en lo que se tiene encima, en la ilusión del futuro que en la obligación inmediata del presente. Negar la evidencia es absurdo, como cuando Imanol se negó a valorar en rueda de prensa este cruce ante el Mallorca que se había conocido minutos antes de la rueda de prensa previa al partido del Rayo. Al día siguiente la Real empató a cero.
El martes hay una semifinal que va marcar la temporada. Lo sabe Imanol y su vestuario. Y por encima de otras consideraciones, por encima del duelo estratégico entre los dos entrenadores, la Real necesita un mayor nivel de acierto en la culminación de sus jugadas de ataque. Es así de sencillo y de complicado. Si lo tiene, si está fino en los últimos metros y conserva como viene haciendo su estabilidad en defensa, estará en la final. Porque competir, compite siempre y ese es su mejor aval.
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