El viaje de EH Bildu a la plena normalización se atasca
El tabú del pasado. Los vaivenes de la izquierda independentista al rechazar los ataques violentos pero no condenarlos sacuden de lleno la batalla pendiente del relato
La agresión sufrida por el exconcejal de Vitoria del PP Iñaki García Calvo ha dejado al descubierto una herida mal cerrada en la convivencia entre ... diferentes en Euskadi. La decisión de EH Bildu de no sumarse a las declaraciones de condena de estos hechos intimidatorios, aunque los haya reprobado, apuntan un paso atrás en el proceso de normalización política vasca y un lastre contradictorio en su apuesta por las vías políticas y democráticas.
No está en cuestión el final de la violencia, que es irreversible y ha abierto un ciclo impensable hace pocos años. Incluso en las relaciones personales entre los ediles del PP y de EH Bildu se ha notado una progresiva distensión. Pero ciertos hechos matizan este diagnóstico. La estrategia de final del terrorismo fue defendida por la actual dirección de EH Bildu en torno a la ponencia Zutik Euskal Herria, que venció a la alternativa Mugarri, partidaria de mantener la violencia. Sin embargo, el camino del reciclaje es aún contradictorio y, a veces, demasiado lento. Los vaivenes son reveladores.
«Los ongi etorri a presos no se hacen con intención de herir a nadie... Cientos de conciudadanos creen que merecen un abrazo»
Arnaldo Otegi | Coordinador general de EH Bildu
En los últimos meses se ha visualizado un retroceso que contrasta con algunos gestos anteriores de la coalición soberanista, en donde hay gentes que proceden de EA, Alternatiba y Aralar que en su día sí fueron críticos con ETA. Por ejemplo, en la participación en actos de recuerdo a víctimas como Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco, Ernest Lluch o Isaías Carrasco. Por eso, el giro no ha pasado desapercibido y sume en el desconcierto y en la decepción a quienes pensaban que esas actitudes forman parte del inicio de un proceso de distancia crítica con el pasado. Pues no. EH Bildu dice que rechaza cualquier intimidación. Incluso ha expresado su «repulsa» y su «denuncia» por estos hechos. Pero se resiste a apoyar el término 'condena'.
«Se impone la palabra condena sin ningún espíritu inclusivo con el objetivo de humillar y excluir a EH Bildu»
Grupo EH Bildu | Parlamento Vasco
Desde EH Bildu se alude a que forma parte de un ejercicio de desgaste político de sus rivales, que presentan textos cerrados, con una «semántica excluyente». Para sus adversarios, sin embargo, algo falla en el relato. Los equilibrios en esta cuestión de principios son difíciles de entender.
¿Qué es lo que está en juego en este empecinamiento semántico? Estamos hablando sobre todo de la batalla del 'relato'. En EH Bildu se teme que abrir la espita del término de pie a reactivar el debate sobre el pasado y la condena del empleo de la violencia. Es decir, sobre el papel de ETA. Un debate tabú en el que no quiere entrar porque cree que abriría un precedente que solo beneficia a quienes quieren fijar una narrativa del conflicto vasco basada en la derrota del terrorismo.
«Los ongi etorris son una muestra de cariño de los vecinos a los presos... Las mociones en su contra pretenden desgastarnos»
Julen Arzuaga | Parlamentario de EH Bildu
En todo caso, no es nada fácil que se entienda esta distinción. Incluso en EH Bildu se asume que se plantea un problema de comunicación, no tanto de estrategia. Pero la agresión de Vitoria, los ataques a las sedes de partidos, en especial del PNV, o la campaña contra la Ertzaintza dejan al descubierto el flanco débil. Al igual que la vuelta del discurso contemporizador respecto a los 'ongi etorri' a expresos de ETA, que en su día fueron frenados por la izquierda abertzale -por ejemplo ante el regreso de Mikel Antza a San Sebastián- pero que vuelven a soliviantar a las víctimas. O su tono de áspera denuncia del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.
«El Memorial hipoteca irresponsablemente la construcción de la paz y de la convivencia democrática»
Eba Blanco | Secretaria general de EA
La posición de EH Bildu contrasta también con las políticas desarrolladas en su día por algunos alcaldes de EH Bildu como Julen Mendoza, en Errenteria, o Eneko Etxeberria, en Azpeitia, que en su gestión entre 2011 y 2015 desplegaron determinados planes municipales de convivencia basados en la necesidad de sentar una cultura de empatía con los sectores que más han sufrido la violencia.
Este atasco complica además la estrategia que EH Bildu había aprobado en su último congreso para abrirse a nuevos sectores progresistas con el objetivo de construir una alternativa de poder al nacionalismo tradicional.
El talón de Aquiles
Es el talón de Aquiles, el flanco más vulnerable de la izquierda independentista, que teme que un desmarque les divida y sea instrumentalizado por el PNV. El aparato de Bildu es muy mayoritario en la Mesa Política de EH Bildu. Y la línea dura de Sortu ejerce también un contrapeso. Los más veteranos miran con inquietud el peso que ha alcanzado Gazte Koordinadora Sozialista, con tesis más rupturistas que Ernai, la organización juvenil de la izquierda abertzale, y cuyo protagonismo creciente en las últimas campañas contra el PNV y la Ertzaintza hay que encuadrarlo en este contexto de abierto pulso interno.
El malestar del sector crítico de EA con el excesivo peso de Sortu
El sector crítico de EA -enfrentado a su secretaria general Eba Blanco incluso en los tribunales- ha expresado abiertamente su disconformidad con la 'no condena' de EH Bildu ante algunos ataques violentos en los últimos meses. El malestar conecta con un descontento anterior, que tiene que ver con su temor a perder señas de identidad en el marco de una coalición como EH Bildu, que plantea como uno de sus principales objetivos en el último congreso su transformación en un único 'sujeto político'. Es precisamente esta incomodidad de una corriente de EA, en la que se ubica el exlehendakari Carlos Garaikoetxea, con el excesivo peso de la línea y el aparato de Sortu la que podría provocar que en los próximos meses EH Bildu intente buscar mayores equilibrios internos para contrarrestar la marejada.
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