UPN, PP y Vox denuncian que Sánchez entrega la Alcaldía de Pamplona al «fascismo abertzale»

Antes de las 12 horas la plaza del Ayuntamiento se fue engalanando de banderas navarras y españolas. Los asistentes portaron pancartas en las que se podía leer: «PSN mentirosos y traidores». La gente comenzó a animarse con gritos de «Asiron kanpora», «Puigdemont a prisión» o «Ibarrola no estás sola». Unos cánticos que escalaron durante las intervenciones de los políticos hasta el punto de que cientos de personas llamasen «escoria» a la presidenta navarra, María Chivite (PSN) cuando Ibarrola la catalogó de «marioneta de la ETA».

La protagonista de la moción de censura lanzó el primer discurso de espaldas al edificio consistorial. Ibarrola apuntó que «el ayuntamiento de Pamplona es la joya de la corona para EH Bildu por delante de las capitales de la comunidad autónoma vasca y un lugar estratégico para Otegi en su labor de euskaldunizar la capital navarra «para la construcción de su bien superior, que es Euskal Herria». La alcaldesa aseguró que «sois muchas las personas afines al PSOE que me mostráis vuestro apoyo y el sonrojo por lo que ha hecho el partido». Además, criticó que los socialistas «están desvirtuando las herramientas de la democracia con mentiras y falsedades». Ibarrola se dirigió también a Ramón Alzorriz, secretario general del PSN, a quien le preguntó si cree «de verdad» que la coalición abertzale es «una formación progresista».

Ibarrola preguntó al presidente Sánchez por qué si «tan paralizada estaba la ciudad, no tuvieron el valor y la dignidad de hacer alcalde a Asiron tras las elecciones municipales». Y recordó que «no vamos a perdonar haber vendido Pamplona». Unas palabras que fueron respondidas con efusivos aplausos y algún que otro insulto hacia los socialistas. Desde la parte de atrás de la plaza se escuchó incluso un «me gusta la fruta», que popularizó la presidenta de Madrid, Díaz Ayuso. Bajo un ambiente crispado, Ibarrola terminó su intervención augurando que el PSN pagará «democráticamente el daño causado».

La alcadesa dio paso a Javier Esparza, presidente de UPN, quien endureció su discurso ante un público entregado. Agradeció a Feijóo que se hubiese desplazado hasta la capital navarra y calificó la moción como «un nuevo ultraje del PSN a las libertades». Además, les acusó de «haber cruzado otra línea roja por aliarse con EH Bildu» y consideró que Sánchez «ha demostrado tener un estómago a prueba de bombas». Tras los acuerdos con la coalición abertzale, Esparza cree que necesita «blanquearse con la ciudadanía».

Cargó de forma incesante contra EH Bildu resaltando que la formación tiene «demasiados terroristas» y que son «unos fascistas totalitarios que no se arrepienten de lo que han hecho». Es más, afirmó que «hacen gala de ello». También añadió que «debe ser progresista entregar Pamplona a EH Bildu por intereses partidistas «para que estos impongan el euskera».

Esparza rememoró, en relación al gobierno foral, que «tendimos la mano al PSN, con responsabilidad, con enorme generosidad. María Chivite pudo ser presidenta con nosotros, pero eligió a EH Bildu». Y no mostró ninguna duda en que los socialistas serán «castigado por los ciudadanos». «Este atropello no les puede salir gratis», concluyó.