Una transferencia con nubarrones
Sin precedentes. Los gobiernos vasco y central negociarán a partir de junio el traspaso de Meteorología, una competencia que levantará tormenta porque siempre ha estado en manos de los estados
Se avecina tormenta, o por lo menos marejada». Así se expresan dos expertos al referirse a la Meteorología, una de las transferencias que el Gobierno ... Vasco reclama al central, en este caso para su integración plena en el Plan General de Seguridad Pública de Euskadi. Cuando hace tres semanas el Ejecutivo de Pedro Sánchez presentó al vasco el calendario de las 32 transferencias pendientes, comenzó la cuenta atrás para abordar la número 27, es decir, la de Meteorología, de escaso peso político pero de gran contenido simbólico. El Gabinete de Urkullu reclama ampliar esta competencia cuya negociación, a priori, se antoja complicada porque no existen precedentes de transferencias de una materia de estas características a ninguna comunidad autonóma «ni en el Estado, ni en Europa, ni en el resto del mundo», aseguran los técnicos consultados por este periódico, que afirman con rotundidad que «la meteorología es evanescente, es decir, la atmósfera no es de nadie. No tiene propiedad».
El informe del Gobierno Vasco sobre esta transferencia detalla que «ya creado un servicio propio como es Euskalmet, ahora resta el reconocimiento de esta agencia como autoridad meteorológica en la Comunidad Autónoma Vasca, lo que implicaría el traspaso de infraestructuras del Estado radicadas en la CAV o, en su defecto, la valoración financiera de las cargas que asume la comunidad».
No obstante, los expertos en isobaras, vientos y mareas explican que la Meteorología, «tal y como hoy la conocemos, con sus previsiones climatológicas a corto y medio plazo, sus mapas y todos sus datos» existen gracias a la cooperación y a los acuerdos internacionales que se recogen en organismos como la organización meteorológica mundial (OMI) o la organización meteorológica europea, ambas reguladas por la ONU. «Aquí está el escollo», afirman. Y explican que solo los estados pueden pertenecer a estas organizaciones. «Es un requisito insalvable; o eres un país o una nación o no puedes entrar a formar parte de ellos».
El ejemplo de Palestina
En este sentido recuerdan que en España solo existe una autoridad meteorológica estatal, que es Aemet, de la que actualmente depende el servicio vasco Euskalmet. Aemet paga un total de 47 millones de euros anuales por cuotas internacionales, de los que 38 van a Eumetsat, la organización Europea para la Explotación de Satélites. Los 9 restantes se reparten entre otros organismos, como el Centro de Predicción Europeo a Medio Plazo, o la Organización Meteorológica Mundial. «Si no fuera así no tendríamos datos de ningún otro país del mundo. Solo del nuestro, y estaríamos completamente aislados», explican.
Por ello, insisten en que una comunidad autónoma nunca podría pertenecer a estas organizaciones. Y ponen varios ejemplos. Palestina quiso contar con su propio servicio meteorológico «y se lo denegaron porque no tiene la consideración de país como tal». Estados Unidos es un estado federal pero solo Washington tiene la autoridad. Y lo mismo ocurre en Alemania, o en la India, o en México. «Es decir, ni siquiera los países federales han podido transferir la Meteorología a algunos de sus estados», reiteran. Hablan también de Cataluña, que ya reclamó la transferencia, pero se la denegaron.
«La Meteorología funciona así, con cooperación internacional», destacan contundentes. La comparan con competencias como Sanidad o Educación. «Estas materias funcionan sin la necesidad de ninguna cooperación, pero la climatología es completamente diferente. Nos quedaríamos sin datos, ni modelos numéricos de predicción. Y ahora, además, estamos en un momento en el que cada vez surgen más iniciativas que buscan sinergias para trabajar en proyectos supranacionales». En todo caso reconocen que tampoco «es imposible que se materialice la transferencia, porque no hay nada imposible, pero sí complejo. No creemos que se pueda negociar ni en 8 días ni en 8 meses. Será necesario atar cuestiones técnicas y científicas...», advierten.
Previsiblemente, será a partir de junio cuando se inicien las negociaciones entre los gobiernos vascos y central sobre este traspaso. «Habrá que capear el temporal», advierten entre bromas los meteorólogos.
Paradores, el otro lío de los traspasos
Como el de la Meteorología, el traspaso de Paradores se adivina difícil porque tampoco existen precedentes a nivel estatal, por su significado como emblema del sector turístico español y por tratarse de uno de los tesoros mejor guardados de la Administración española. Una materia nunca transferida a ninguna comunidad por dichas singularidades y por formar parte del Patrimonio Cultural Nacional. Pero el Gabinete de Urkullu quiere ampliar la competencia de 2011, en materia de Turismo, para incluir el traspaso de la titularidad de los de Hondarribia y Argómaniz.
Esta situación plantea numerosas incógnitas: ¿Pasarían a ser propiedad del Ejecutivo vasco? ¿Cómo sería su gestión? ¿Sus empleados dependerían del Gobierno de Urkullu? ¿La red de Paradores estaría dispuesta a desprenderse de dos de sus joyas? En más de una ocasión, la dirección de la entidad ha dejado claro que no.
En 2002, el Gobierno de Aznar descartó la transferencia a Andalucía. Y en 2012, Cataluña pidió el control de seis de los siete paradores de esta comunidad. Tampoco fue posible.
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