«Trabajaremos para lograr que Iparralde sea una región autónoma»

– Ha logrado el primer escaño de la izquierda abertzale en París y el segundo abertzale tras el que logró Michel Labèguerie en 1962. ¿Qué supondrá su presencia en la capital?

– La presencia de la izquierda abertzale es un paso importante para un futuro gobierno, ya que no se ha producido en décadas anteriores. Se abre un escenario de esperanza. Francia es un país bastante jacobino, donde no se tienen en cuenta otros idiomas que no sean el francés. Que haya un vasco en el parlamento supone un impulso a la realidad de nuestro territorio. Es una posibilidad para mejorar y arreglar las cosas.

– ¿Cuáles serán las líneas generales de su discurso?

– Yo vengo a defender la voz de Euskal Herria desde mi circunscripción. La forma de funcionar del macronismo era decidir en París y aplicar en el resto del país sin tener en cuenta los territorios que lo conforman. En segundo lugar, quiero buscar una solución a los problemas que tenemos aquí. Bien sea la vivienda, la situación de los ganaderos o dar pasos adelante en el ámbito social.

– El nuevo Frente Popular es una coalición electoral con muchas contradicciones entre los partidos que lo conforman. ¿Tienen un programa compartido?

– Hay un programa compartido, pero es verdad que no ha habido mucha costumbre de trabajar de forma conjunta. El nuevo reto es que nos organicemos y busquemos un horizonte común, algo que hasta ahora no se ha hecho. Ahí tenemos el mejor método para parar a la extrema derecha. La gente ha votado a la extrema derecha porque ya no cree en la política y tenemos que demostrarles que tras estos resultados la izquierda ha salido unida, lo que supone un momento histórico muy importante. Si fallamos en eso, en tres años Marin Le Pen estará en París. No tenemos margen. Los partidos que hemos formado el Frente Popular tenemos más cosas en común de la que no separan.

– Se dice que los socialistas y ecologistas podrían dejar de lado a Mélenchon para pactar con Macron. ¿Ve posible que una parte del Frente Popular se desgaje para pactar una mayoría de centroizquierda?

– Yo no creo en eso. Se puede trabajar con los Insumisos, aunque con algunas personas es complicado. En general, todas las formaciones se tienen que unir alrededor del programa acordado. Es importante tener en cuenta a todas los partidos y que haya respeto mutuo.

– ¿Ve a Mélenchon como primer ministro?

– No. En su propio partido ha habido problemas y crea división.

– ¿Ha habido contactos entre EH Bai y el líder de los Insumisos?

– Nunca los ha habido. Y que se vayan a producir es histórico. Uno de los objetivos de ir a París es que EH Bai entre en los espacios de trabajo con los demás partidos, para que estos entiendan y conozcan nuestra realidad. Lograr una conexión directa con los líderes de los partidos es vital.

– ¿Como independentista vasco va a defender el soberanismo o el derecho a la autodeterminación en el parlamento francés?

– Nosotros abogamos por decisiones de consenso y el euskera es una de las cuestiones que requiere de ello. Hemos construido acuerdos desde la derecha hasta la izquierda. Queremos que las cuestiones de Iparralde se consensuen aquí y después se puedan hablar en París.

– ¿Entre esos temas está la independencia o la autodeterminación?

– Paso a paso. Una de las prioridades debe ser un cambio de estatus, pero no es algo que se pueda conseguir de un momento a otro. El primer paso debe ser que nuestro territorio pueda hacerse cargo de los encargos del pueblo. Aunque hoy en día sabemos que eso está limitado. Necesitamos un cambio en el modelo de gobernanza y hay que trabajar en esa dirección durante los próximos tiempos.

– ¿Es posible abrir ese debate?

– Si esa petición de que todo no se decida en París llega desde otros territorios además de Iparralde, se abrirá la puerta a que podamos trabajar en ello, aunque cómo se pueda materializar será otra cuestión. Es factible dar algunos pasos adelante.

– ¿Trabajarán para la consecución de un Departamento vasco?

– Sí. O una región autónoma. En Francia ya existen algunas y no solo es Occitania. En la zona de Lyon ya existe algo así. Son lugares que acumulan casi todas las competencias y ese es el modelo sobre el que deberíamos trabajar.

– Ha señalado que hará un férrea defensa del euskera. ¿Lo hablará en el parlamento?

– Hablar euskera en el parlamento no tiene mayor importancia. Puede ser relevante para demostrar quienes somos, pero tenemos que dar pasos adelante. Una cosa es el simbolismo, pero hay que lograr que entiendan cuál es nuestra situación y qué está pasando aquí. Queremos tener la oportunidad de vivir en euskera, pero hacerlo en París no va a cambiar nada.

– ¿Logrará que esa pedagogía cambie la situación del euskera en Iparralde?

– Sí. Necesitaríamos un cambio en la Constitución. En Francia no se entiende, al contrario que en España, que se puedan tener dos, tres o cuatro idiomas oficiales. Tenemos que abrirles los ojos para que se entiendan que también se hace en otros países europeos como Italia o Suiza.