La táctica de las palomitas
El foco ·
Palomitas. Esa fue la palabra que Albert Rivera, el dimitido líder de Ciudadanos, pronunció horas después de que las urnas del 28 de abril arrojaran ... un resultado endiablado que le situaba a Sánchez abocado a entenderse con Iglesias, aunque al final el líder socialista se entusiasmó poco para evitar la repetición electoral de noviembre. Xavier Pericay, cofundador del partido naranja, relata en un reciente libro esta anécdota. Rivera, al invitar a sus más estrechos colaboradores a que se sentaran en una metafórica butaca de cine con abundante cargamento de palomitas, quería instar a los suyos a que vieran sentaditos ante la gran pantalla el apareamiento de Sánchez e Iglesias, que finalmente acabó en separación, aunque meses después ambos dirigentes políticos coman perdices en el banco azul. El entonces líder de la formación liberal, que pudo haber ofrecido a Sánchez sus votos para tejer un gabinete de coalición con mayoría absoluta y ostentar una vicepresidencia, prefirió, por puro tacticismo, que sus rivales se estrellasen en el intento antes de responsabilizarse en primera persona para desatascar el bloqueo. Resultado: Ciudadanos pasó en siete meses de 57 escaños a solo 10. Los electores le dieron la espalda.
Casado, que ayer se encastilló en Moncloa, mantiene su férrea oposición a Sánchez y parece que no está dispuesto a ceder para facilitar el desbloqueo en la renovación de instituciones clave del Estado, como es el caso Consejo del Poder Judicial. El líder del PP debería diferenciar los frentes de confrontación con el Gobierno. Una cosa es ejercer una oposición frontal contra, por ejemplo, la mesa bilateral entre Moncloa y la Generalitat, y otra muy diferente es el bloqueo por el bloqueo. Casado no debería olvidar que Rivera es hoy un ciudadano más porque la táctica de las palomitas le llevó a su suicidio político.
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