Sánchez sitúa el reconocimiento oficial del euskera y catalán en la UE como una de sus «principales prioridades» para 2025
La propuesta sigue chocando con los recelos que suscita en varios países de la Unión
Pedro Sánchez ha fijado el reconocimiento de las lenguas cooficiales «reconocidas en nuestra Constitución», es decir, el euskera, el catalán y el gallego, como «lenguas ... oficiales en las instituciones comunitarias» como una de sus «principales prioridades políticas» para 2025. Se trata de unas de las exigencias que tanto Junts como el PNV y el BNG han puesto sobre la mesa para seguir apoyando al Gobierno. El presidente ha hecho estas declaraciones durante la IX Conferencia de Embajadores que clausurará esta tarde el Rey Felipe VI en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y en la que han tomado parte los 130 embajadores que representan los intereses de España por todo el mundo.
La oficialidad del euskera y el catalán es un compromiso sobre el que viene trabajando el Ejecutivo en los últimos dos años. El titular de Exteriores, José Manuel Albares, ha realizado varias declaraciones públicas en las que ha insistido en que la voluntad del Gobierno es recabar apoyos para lograr ese objetivo. Pero el camino no es sencillo. Tanto por motivos económicos como políticos.
Lograr que estos idiomas pasen a convertirse en oficiales requiere la unanimidad de todos los países del Consejo Europeo. Y no todo están por la labor. Algunos como Suecia e Irlanda ya han mostrado sus dudas. La isla tiene reconocido el gaélico en la UE con el rango que ahora buscan el euskera y el catalán, pero la diferencia es que es oficial es toda la isla, y no solo en una parte de mismo.
A esto hay que sumar las dudas económicas. Se calcula que el coste de contratar personal y elementos técnicos rondaría los 132 millones de euros. Para intentar agilizar el trámite, el Gobierno se ha comprometido antes sus socios a hacerse cargo de ese montante. Pero ni así está consiguiendo eliminar las suspicacias dentro de los Veintisiete.
El gesto de Sánchez de situarlo como una de sus «prioridades» llega en un momento de máxima inestabilidad y en el que Junts está elevando al máximo la presión para que el Gobierno cumpla con todos los compromisos que ha suscrito en los últimos meses. Lo mismo sucede en Euskadi. El pasado noviembre, el lehendakari mantuvo una reunión con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para pedirle «un salto cualitativo» en el camino para lograr la oficialidad del euskera en la Unión Europea.
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