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La denominada Red de Personas Torturadas de Euskal Herria se constituirá el próximo 15 de febrero en una asamblea nacional que se celebrará en el ... Palacio Kursaal de San Sebastián. En nombre del grupo promotor creado hace un año, sus portavoces, Ainara Fresneda e Iker Araguas, han anunciado en una comparecencia este miércoles en Donostia que desde el pasado 26 de junio en que se dieron los primeros pasos para la creación de la citada red, guiados por el trabajo realizado hasta ahora por la Asociación de Personas Torturadas de Nafarroa Garaia, han llevado a cabo «más de 20 asambleas con la participación de 700 personas torturadas recibiendo todo tipo de aportaciones».
Fresneda y Araguas han manifestado que «desde la época más oscura del franquismo y casi hasta nuestros días miles de ciudadanos vascos hemos sido sometidas sistemáticamente a la tortura aplicada por diferentes cuerpos policiales en el contexto del conflicto vasco«. Lo han definido como »un método cruel y terrible amparado por todo un sistema que ha estado plenamente operativo durante seis largas décadas, miles de casos, números, vidas y vivencias».
En la cita fijada en el Kursaal para el próximo febrero darán a conocer de manera oficial la red cuyo objetivo es que ese camino se desarrolle «entre el mayor número posible de personas torturadas para que nadie quede excluido de este proceso». «Ha llegado el momento del reconocimiento público social y oficial, es hora de reconocer que la tortura ha sido empleada de forma sistemática contra este pueblo», han denunciado.
Entre sus retos han anunciado que abrirán vías de reconocimiento y reparación «que hasta ahora han estado cerradas para las personas torturadas». «Le debemos a la sociedad y a las futuras generaciones esclarecer lo ocurrido, ya que esta es la forma más efectiva para erradicar la práctica de la tortura para que nadie nunca más vuelva a sufrir lo que padecimos».
Han expresado que las heridas de la tortura «perviven en nuestros cuerpos, en el estrato social de nuestro pueblo y somos conscientes de que con la puesta en marcha de este proceso el ámbito del cuidado deberá adquirir una importancia fundamental, por todo ello debemos crear y construir conjuntamente los mecanismos más eficaces para el cuidado mutuo utilizando este proceso como un proceso de empoderamiento colectivo para convertir este hilo de sufrimiento que nos une en una red de solidaridad». «Lo importante no es aquello que nos hicieron sino lo que somos capaces de hacer con aquello que nos hicieron», han remarcado.
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