Pedro Sánchez diseña un Gobierno con más peso político para una legislatura compleja
El presidente prevé anunciar hoy su nuevo gabinete que afrontará una legislatura difícil con acuerdos con sus aliados en paralelo
Pedro Sánchez ultima el diseño de su nuevo gobierno que tendrá que abordar una legislatura que se presenta más que complicada por los múltiples ... pactos cerrados con sus aliados para que el líder socialista consiguiera, el pasado jueves por 179 votos, su investidura. Es el momento más simbólico para un presidente. Encerrarse en el palacio de la Moncloa y gestionar en la más absoluta soledad y discreción la configuración del Ejecutivo que tendrá que lidiar con el más difícil todavía.
El equipo ministerial de Sánchez tendrá que afrontar tres pactos en diferentes pistas con PNV, Junts y ERC, y cinco mesas paralelas en las que el Gobierno tendrá que coordinarse como un reloj suizo para que ninguno de esos foros pueda descarrilar y amenazar la legislatura.
Las claves
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La elaboración del gabinete parecía que iba a anunciarse el pasado viernes, pero un inesperado choque de trenes en Sumar provocó que en última instancia se echara el freno de mano para apaciguar los ánimos encrespados entre la vicepresidenta Yolanda Díaz y las dirigentes de Podemos Ione Belarra e Irene Montero. El pulso de los morados por elegir a un ministro de su confianza y que Díaz no tenga derecho a veto hizo saltar todas las alarmas en el incipiente Gobierno de coalición. Había que ordenar el tráfico y calmar las tensiones en la coalición de izquierdas y por eso se ha ralentizado el proceso de elección.
A pesar del hermetismo que rodea siempre en la elaboración de un gobierno, en las últimas horas ha trascendido de diferentes fuentes que el presidente ya ha comunicado la salida a los ministros que no seguirán en su gabinete que, según todos los indicios, será más reducido de las actuales 22 carteras, de las que cinco pertenecían a la cuota de Podemos, la formación con la que se coaligó Sánchez en la anterior legislatura.
El presidente socialista es consciente de que su hoja de ruta no será un camino de rosas y necesitará contar con sus ministros estratégicos para una legislatura de alto voltaje en todos los sentidos. Por este motivo, todo parece indicar que la acción política de su gabinete pivotará sobre sus ministros de confianza, como es el caso de Félix Bolaños, actual ministro de la Presidencia y negociador con ERC, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y número 2 del PSOE, y Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz de la Ejecutiva socialista.
También parece que contará con el titular de Exteriores, José Manuel Albares, quien ya estuvo en los inicios de Sánchez en Moncloa como asesor en política internacional. En ese núcleo duro también se encuentra la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, cuya candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones se votará el 8 de diciembre. Sin embargo, es una incógnita si el presidente decide mantener en el equipo a Calviño hasta esa fecha o si se decanta por relevarle antes de su posible elección, lo que supondría que tendría que elegir a otra 'mano derecha' en la bancada azul.
A partir de esta columna vertebral las combinaciones ministeriales que se barajan son numerosas, pero lo que se da por hecho que el gabinete que se conforme tendrá un motor humano que generará gestos a la España periférica, al margen de la obligación que ya encierran los acuerdos que los socialistas han cerrado con las formaciones soberanistas de Euskadi y Cataluña.
En este sentido, en las últimas horas ha sonado la posibilidad de que la cuota vasca pudiera tener su representante en el Gobierno, una vez que se da por hecho la salida del bilbaíno Grande Marlaska al frente de Interior. La actual vicelehendakari segunda y consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, que a su vez lidera la Secretaría de Programas de la Ejecutiva socialista, ha vuelto a sonar como ministrable, así como el actual portavoz en el Congreso, el exlehendakari Patxi López.
Sánchez quiere reforzar el control sobre las áreas más complejas del inicio de su legislatura. como es la aprobación y puesta en marcha de la ley de amnistía, así como el control de las comisiones de investigación sobre la 'operación Cataluña', el espionaje de Pegasus y el atentado del 17-A, que podrían conducir a neutralizar el denominado 'lawfare'. Otro flanco, no menos importante, es la coordinación de las cinco mesas paralelas que el Gobierno tiene comprometidas con nacionalistas y soberanistas. El presidente podría estar pensando en Bolaños para que, al frente del Ministerio de Justicia, pudiera supervisar este delicado entramado del que dependerá la salud política de la legislatura.
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