Nuevo look
Análisis ·
Urkullu afronta el nuevo curso, el más difícil, con un cambio de imagen en el ecuador de la legislaturaalberto surio
Martes, 30 de agosto 2022, 13:43
El lehendakari ha vuelto de las vacaciones del verano con un cambio de look. Se ha dejado barba y le sienta bien. La nueva imagen se puede interpretar de mil maneras. Desde la de los que creen que simplemente es una mera decisión personal, que simplemente le apetece y no hay que darle más vueltas. Como la de quienes ven detrás la pretensión de parecer más cercano y conectar mejor con la gente ahora que toca apechugar con la crisis. Las imágenes de nuestros gobernantes siempre lanzan mensajes y ambas respuestas son perfectamente compatibles.
Parece que siempre ha habido un recelo especial a la hora de acercase a este plano de la estética personal. Como si fuera un asunto demasiado frívolo en Euskadi y tengamos que estar todo el día con asuntos serios para no caer en la ligereza de ciertos temas más mundanos. Ya va siendo hora de bajar del pedestal a ciertos debates intocables y hacernos todos más terrenales. La barba del lehendakari nos remite a eso, a un cambio de época. a un otoño sobre el que se vierten todo tipo de pronósticos en un mundo sin certezas y en el que ganará la partida quien sea capaz transmitir la capacidad de ofrecer seguridad y confianza. A partir de ahi sean ustedes lectores los que saquen las conclusiones.
Las palabras de Urkullu confirman, por otro lado, un balance en el ecuador de la legislatura que muestra la inquietud por el futuro a partir de los efectos de la guerra de Ucrania. «Tenemos que volver a superar una tormenta, pero disponemos de bases sólidas y hemos hecho los deberes», ha afirmado en referencia e las cifras de empleo y de crecimiento económico, con un llamamiento expreso a tejer grandes acuerdos de país para salir del túnel. Nada nuevo bajo el sol, aunque el tono de la intervención refleja un intento de apaciguar los ánimos y rebajar la ola de pesimismo que nos atenaza.
En relación con el cumplimiento del Estatuto, de nuevo Urkullu ha advertido de los problemas para completarlo en la medida en la que el Estado, en su opinión, parece poner en cuestión «la adecuación constitucional» de algunas transferencias previstas en la Carta de Gernika que siguen sin traspasarse. Es un aviso para navegantes de Urkullu, que no ha ocultado su preocupación en esta materia a la hora de volver a exigir el «cumplimiento del autogobierno reconocido». El lehendakari reinicia el curso con novedades pero también con asignaturas pendientes del pasado aún sin aprobar. Los tiempos que vienen deberían despejar parte de esas incógnitas. Pero el ruido electoral está a la vuelta de la esquina y lo va a hacer muy difícil.