El Gobierno busca implicar al PNV en el plan para desbloquear ya la renovación del TC

Los socialistas perfilan una propuesta para incorporar esta modificación, planteada inicialmente en el formato de dos enmiendas, y que al final se vehicualizará a través de un nuevo procedimiento en las Cortes Generales. En todo caso, Sánchez espera a conocer el contenido exacto del fallo del TC antes de presentar su iniciativa definitiva.

Los socialistas buscan en especial el apoyo jeltzale para amortiguar la presión que ejerce Unidas Podemos que, a su vez, intenta endurecer la proposición de ley que intenta acelerar la renovación del alto tribunal. Unidas Podemos cuenta con el respaldo de ERC, EH Bildu y Más País.

Pero el PSOE no se muestra en este momento favorable a la extensión de la normativa al cese de los actuales vocales del CGPJ y quiere limitarse al plan para evitar que la actual mayoría conservadora del mismo se atrinchere en este organismo. Y así se lo ha hecho llegar a sus aliados parlamentarios. Y los jeltzales estudian todas las opciones sobre la mesa y aunque, de entrada, no han adoptado aún una decisión definitiva, parecen inclinarse por respaldar el plan del PSOE. Desde un principio apuntaron como posible vía de salida la aprobación de una nueva proposición de ley que se blindara jurídicamente frente a las denuncias que formula el PP, que ha censurado el supuesto desamparo de sus parlamentarios. En las próximas semanas se despejará la incógnita de manera que la iniciativa legislativa pueda tramitarse a comienzo del próximo año. El empeño inicial del Ejecutivo pasaba por alejar lo máximo posible la campaña electoral prevista en mayo de 2023.

El PNV, que se ha quejado muchas veces de que el presidente Sánchez no le trata como un socio preferente desde el inicio de la legislatura, puede tener estos días la palabra determinante para reconducir la crisis abierta.

Moncloa se ha puesto manos a la obra con rapidez desde un objetivo: que la proposición de ley tenga el mayor número de firmas de los grupos políticos de la mayoría de investidura y ofrezca una imagen política contundente de una mayoría frente a la estrategia del PP en el Congreso, que este miércoles se plasmó en la exigencia de elecciones inmediatas desde la tribuna del Senado.

El empeño de Moncloa pasa por situar al PNV en el corazón del debate público y así amortiguar la presión de Unidas Podemos. Pero el PNV aún no ha fijado una posición y se ha comprometido a analizar las iniciativas en marcha.

Los jeltzales han hecho un llamamiento a la serenidad para abordar con calma la reconducción de la situación. Los jeltzales se muestran preocupados por el rumbo que ha adoptado la política española, con un exceso de decibelios dialécticos que distorsiona los debates y retroalimenta la estrategia más extremista. Una deriva que a los jeltzales no les interesa, conscientes de que el escenario idóneo para sus intereses pasa por tener también abiertos los puentes de interlocución con la oposición conservadora. Y temerosos de que el escenario de dos frentes aliente en el fondo la sombra del bipartidismo y, en el trasfondo, la dinámica de bloques que, llevada al extremo, puede provocar un serio retroceso en la imagen de credibilidad de las instituciones de la democracia liberal.