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Iñigo Urkullu hace un gesto cariñoso a Lander Martínez tras aprobar los Presupuestos. B. CASTILLO

Lander Martínez, el giro que acabó en descalabro

El ex secretario general de Podemos Euskadi ha terminado por pagar su movimiento hacia políticas «útiles» tras acordar los Presupuestos de Urkullu

Miguel Villameriel

San Sebastián

Jueves, 27 de febrero 2020, 13:48

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Lander Martínez estaba convencido hace apenas una semana de que en los últimos años había logrado encauzar los problemas internos que han rodeado a la dirección de Podemos Euskadi desde sus inicios, pero esa aparente calma chicha ha acabado costándole el cargo. Su perfil moderado y dialogante, que le hizo pasar de ser el azote parlamentario del lehendakari Urkullu a su gran soporte para aprobar los últimos Presupuestos vascos de la legislatura, no ha logrado calar en una formación que surgió del ruido y la furia. Su ocaso político presenta grandes similitudes con el pulso que acabó perdiendo Iñigo Errejón, su principal referente en los inicios de Podemos, con Pablo Iglesias para dirigir los designios de la formación morada. El hoy vicepresidente del Gobierno se cobra la cabeza de uno de los últimos 'errejonistas' que quedaban con mando en plaza.

Martínez nació en Vitoria hace 31 años, aunque reside en Bilbao desde que, en 2008, inició sus estudios de ingeniería informática en la UPV, que posteriormente completó en la Universidad de Deusto. Su pasión por la política le viene desde joven (también tiene estudios de Ciencias Políticas por la UNED), pero su pulsión por la justicia social se acrecentó cuando vivió «en primera persona» lo que es el trabajo precario y el declive de las condiciones laborales en un sector como el informático, en el que precisamente no suele faltar el trabajo. Martínez, que se estrenó en el mundo laboral como repartidor de Telepizza, se enorgullece de ser militante de Podemos desde sus inicios, desde que aquellos círculos originales que se gestaron tras el 15-M y que precedieron a la estructura del partido. El ya exlíder morado ejerció de secretario de Organización durante el mandato de su predecesora (y gran amiga) en la Secretaría General de Podemos Euskadi, Nagua Alba, por lo que si algo tiene es un profundo conocimiento de la formación.

El dirigente vitoriano pasó de ser la mano derecha de Nagua Alba a ser su sucesor en diciembre de 2017, después de que la exdiputada en Madrid decidiera dejar la política al verse superada por unas tensiones internas que no logró reconducir. La llegada de Martínez a la dirección del partido pareció calmar las aguas durante un tiempo, aunque siempre se mantuvo latente una brecha entre los 'pablistas' y los 'errejonistas'. Euskadi fue una de las pocas organizaciones de Podemos cuya dirección se mantuvo fiel a los postulados más próximos a Errejón, pero la caída en desgracia del dirigente madrileño en la formación morada y su posterior apuesta por Más Madrid dejaron a la dirección encabezada por Martínez en un difícil equilibrio. Un hilo que se ha acabado de romper ahora con las primarias para las listas al Parlamento Vasco. Tal vez era insostenible que, con Unidas Podemos en el Gobierno de España y el Más País de Errejón en la más estricta irrelevancia política, Martínez pudiera seguir dirigiendo Podemos Euskadi como si en el último año no hubiera pasado nada.

Un cambio polémico

Martínez también ha podido pagar cierta incomprensión de las bases de Podemos Euskadi al giro que le llevó a facilitar los últimos Presupuestos de Iñigo Urkullu, cuando si por algo se había caracterizado Elkarrekin Podemos en los primeros años de la legislatura es por una oposición férrea al Gobierno de coalición de PNV y PSE. De hecho, Ezker Anitza, uno de los socios de la coalición, se desmarcó de aquel giro y votó en contra de las cuentas, lo que visualizó aún más las contradicciones internas. La dirección de Podemos Euskadi argumentó aquel cambio en que querían ser «útiles» para mejorar las condiciones de vida de las personas. Fue significativo el gesto cariñoso que Urkullu le dedicó a Martínez tras la aprobación de los Presupuestos, cuando seguramente el líder morado había sido el parlamentario que más le había hecho removerse en su asiento en esta legislatura. En privado, algunos dirigentes del PNV solían lamentar que Martínez fuera tan ácido con Urkullu cuando procedía de una familia que muchos de ellos identificaban como próxima al partido jeltzale. Aunque el dirigente vitoriano quizá fuera el ejemplo prototípico de joven vasco de clase media que se rebela contra el poder establecido, que en Euskadi representa el PNV, al calor de la crisis económica y la precariedad.

Lander Martínez también tiene vínculos con Donostia, donde residen algunas de sus tías y adonde suele acercarse varias veces al año. En los años de eclosión de Podemos, incluso pudo verse por la Parte Vieja donostiarra a unos jóvenes Iñigo Errejón, Nagua Alba y Lander Martínez disfrutando de la noche de San Sebastián después de vivir la arriada en la plaza de la Constitución. Una generación de políticos apenas treintañeros, con el diálogo por bandera, que han terminado devorados por el ruido y la furia con la que nació Podemos.

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