Joseba Egibar: «Pedro Sánchez ni escucha, ni atiende, ni cumple la palabra dada»
«Los 'ongi etorris' son éticamente inaceptables y una torpeza para los presos que siguen en la cárcel», advierte Joseba Egibar, presidente del PNV de Gipuzkoa
El presidente del Gipuzko Buru Batzar (GBB) del PNV lamenta el «espectáculo» que está dando la política española en torno a la fallida investidura de ... Pedro Sánchez, y considera que la situación «confirma que Euskadi debe hacer su propio camino» en un momento en que el Parlamento Vasco está a la espera de recibir en noviembre el texto articulado del proyecto de nuevo estatuto vasco. Un documento que apuesta por una relación bilateral con el Estado de tipo confederal. Joseba Egibar (Andoain, 1959) se muestra decepcionado con el líder socialista, de quien dice que «ni escucha, ni atiende, ni cumple la palabra dada». Respecto a los 'ongi etorris' a presos de ETA que salen de la cárcel, subraya que son «éticamente inaceptables» y «políticamente torpes para los reclusos que siguen en prisión».
-¿Le sorprendieron los 'ongi etorris' del pasado fin de semana en Hernani y Oñati?
-Debo admitir que le he dado vueltas al tema. Por mucho que se quiera disimular que se trata de un simple recibimiento en el que no hay ningún tipo de ensalzamiento, para todo aquel que ha vivido la realidad de este pueblo queda claro que se produce un homenaje. Además de éticamente inaceptables por lo que supone de humillación a las víctimas, son políticamente muy torpes para los presos que siguen en la cárcel.
-¿Atisba un cambio de estrategia en la izquierda abertzale, que en los últimos tiempos había abogado por evitar actos públicos que dañen a las víctimas, o lo ve como dos actos puntuales que se les han podido ir de las manos?
-No lo sé. Creo que en Hernani y Oñati tuvieron su propia gestación, organización y demás. Pero deben ser ellos los que lo valoren.
-¿Ha hablado el PNV con la izquierda abertzale esta semana para tratar el tema?
-No.
-¿Por qué dice que han sido actos muy torpes?
-Cuando estás buscando que se desactive la excepcionalidad que acompaña a la política penitencia, que hace que los presos de ETA tengan un tratamiento diferenciado, y aspiras a que sean tratados como el resto de presos, semejantes exhibiciones en el exterior no favorecen ese objetivo. Creo que de esto se había dado cuenta ya ese mundo, como la propia Etxerat, que dijo que iba a reflexionar, y entiendo que también la propia izquierda abertzale. Pero luego oigo el viernes a Otegi justificando lo injustificable. Ya sabemos lo que son los 'ongi etorris', su legalidad, como ha dictaminado la Audiencia Nacional, y la utilización que algunos pueden hacer de ellos. Pero no estamos hablando de eso. Si uno no detecta lo que se proyecta con esta imagen es que ha avanzado muy poco.
-¿Teme que haya un riesgo de involución en el tema de la pacificación?
-No. Eso es irreversible. El problema que tiene la izquierda abertzale -bueno, la izquierda independentista, porque han renunciado a lo de abertzale-, es que en su estrategia tienen que incluir necesariamente la reflexión sobre el mundo de los presos, que se va a proyectar en el tiempo todavía durante unos cuantos años. Tienen que actualizar su posicionamiento progresivo de cómo valorar autocríticamente el pasado reciente. Pero no seré yo el que les exija nada. Es una reflexión que tienen que hacer ellos.
-¿Cómo está en este momento la relación entre el PNV y EH Bildu?
-Ha habido citas electorales que han obligado a todas las formaciones a marcar territorio. Vamos a ver cómo se digieren los resultados. Sería bueno que las relaciones políticas fluyeran una vez que tenemos ya clara la arquitectura institucional en Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Navarra. Pero leyendo las reflexiones que hacen de las últimas elecciones, se ve en ellos una obsesión con querer superar al PNV. Hablan de que sus resultados han sido magníficos, pero parece que estén en un funeral. Su objetivo era ganar al PNV en Gipuzkoa y en Vitoria y tener más votos que Geroa Bai en Navarra. Y ninguno de los tres objetivos se ha cumplido. Y culpan de no poder articular un eje de izquierdas que sustituya al PNV a que han fallado Podemos y el PSE. En todo momento hablan de desplazarnos, no de colaborar. Y como no pueden desplazarnos, ¿qué hacen? Tunear el proyecto. Tratar de parecerse cada vez más al PNV para ver si son capaces de pescar en nuestro electorado. Pero sus propias bases dicen que para hacer del PNV ya está el PNV y reclaman un proyecto propio. Ese es su drama. A partir de ahí, nosotros vamos a buscar espacios de colaboración.
-Pero en Navarra han permitido el Gobierno de PSN, Geroa Bai y Podemos...
-El PSN le ha hecho un gran favor a EH Bildu excluyéndole del Gobierno de Navarra. Así no se mojan en nada. No se implican en la gestión. ¿Qué significaría que EH Bildu estuviera en un gobierno con el PSN, o con el PNV y el PSE en Euskadi? Supondría estar con el PSOE del 155; el que, según ellos, ha instalado el marco neoliberal; el de la dispersión de los presos; el que ha encarcelado a sus compañeros de ERC... Es lo que le pasa a EH Bildu, que al final le entra vértigo. Es lo que les pasó el año pasado con los Presupuestos vascos. Siempre llegan al borde del precipicio, pero en el momento de dar el paso definitivo, se echan para atrás.
-¿Con quién ve más opciones de aprobar los Presupuestos vascos de 2020?
-Teóricamente, los tres partidos de la oposición tienen disposición a negociar. El PP lo condiciona a una rebaja fiscal, una dirección contraria a la que están llevando las instituciones en los últimos años. Podemos ha dicho que este año le ha sonado mejor el proyecto y EH Bildu también ha mostrado su disposición a negociar. Vamos a ver. Siendo el último año de la legislatura, en el que cada uno marca su posición de cara a las elecciones, no suele ser el periodo más propicio para el entendimiento. Aunque creo que el que sea capaz de llegar a un acuerdo con el Gobierno Vasco se ganará un espacio en la centralidad política vasca, junto al PNV y el PSE.
-¿Si no hay Presupuestos habrá adelanto electoral a primavera?
-No necesariamente, pero sí es un elemento que incorporaría una negatividad a la situación.
-Otro tema candente a la vuelta del verano será el del nuevo estatus, con la articulación de la parte más polémica, la referida a las cuestiones identitarias, y la previsible presentación del texto final en noviembre. Si no hay más adhesiones que las del PNV y EH Bildu al texto, y la parcial de Podemos solo en los aspectos sociales pero no en los identitarios, ¿seguirán adelante o ensanchar el consenso es una condición indispensable?
-Se ha provocado un debate muy interesado sobre este tema cuando eso ya figura en el actual Estatuto de Gernika, que reconoce al pueblo vasco como sujeto político. Lo que hacemos es hablar de una naturaleza confederal para que se reconozca la bilateralidad con el Estado, desde el respeto mutuo. Una relación que creemos cabe en la Constitución si se hace una interpretación actualizada de los derechos históricos en base al principio democrático.
-No ha respondido. ¿Seguirán adelante si nadie más que PNV y EH Bildu apoyan el texto al completo?
-Buscamos el mayor consenso posible pero sin desfigurar los principios acordados en el Parlamento Vasco. Si alguien dice que hablar de la nación o el pueblo vasco son cuestiones del pasado y que no entran por ahí, estarán negando la historia de este pueblo. Y si es así, a falta de consensos o unanimidades, buenas son las mayorías democráticas. Porque aquí hay un pueblo, una nación, que quiere articularse, desarrollarse y convivir con otras nacionalidades, incluida la española.
-En la sesión de investidura, Pedro Sánchez mostró su «confianza» en que se pueda renovar el Estatuto vasco, aunque llamó la atención precisamente sobre la necesidad de consenso en el tema identitario...
-Como se dice, a Sánchez por sus hechos lo conoceréis. Se ha instalado en un monólogo con el que ni escucha, ni atiende y, desde luego, no cumple siquiera la palabra dada. No ha querido ni quiere un gobierno de coalición ni de colaboración con Podemos. Quiere un contrato de adhesión. Que la persona que promovió la moción de censura contra Rajoy implore ahora la abstención del PP para su investidura es un fraude electoral. El mundo al revés. Él solo decidió convocar las elecciones, porque los partidos que le apoyamos en la moción de censura le dábamos tiempo para tomar decisiones en torno a las cuestiones que habíamos acordado. Pero primó el interés electoral o personal y disolvió las Cortes. Y ahora inicia una rueda con los movimientos sociales que suena a precampaña. La pregunta es si quiere negociar realmente algo o no.
-¿Se siente decepcionado, traicionado...?
-Uno puede llegar a la conclusión de que se está abusando de esa 'visión de Estado' que algunos achacan al PNV y que nosotros llamamos estabilidad. Pero esto ya no va de negociar hoy nuestro apoyo a cambio de cinco kilómetros más de autopista, mañana no sé qué cosa más y pasado renegociar asuntos que ya estaban acordados. ¿Cuántas veces vamos a tener que negociar los tramos del TAV que sufren tanto retraso? No podemos estar en prórroga permanente con un Estatuto incumplido. El designio del PNV no es desatascar dos o tres materias con sus cinco o seis diputados en función de si son imprescindibles o no para la gobernabilidad del Estado. Estamos ya en otra fase. Debe haber un reconocimiento de que las instituciones vascas representan a un pueblo y una nación e ir a una actualización del Estatuto que nos lleve a un salto cualitativo en el autogobierno. Necesitamos un nuevo haber competencial y un nuevo sistema de relación con el Estado. La suerte de un pueblo como el nuestro no puede estar condicionada a las quinielas de Madrid, máxime con los espectáculos que se están dando. Un espectáculo político que confirma que Euskadi debe hacer su propio camino.
-¿Habrá elecciones en noviembre?
-Reconozco que pensaba que Podemos acabaría votando 'sí' en la investidura. Debería haberlo hecho, con acuerdo o sin acuerdo, para luego seguir negociando. En política es mucho más efectiva la paciencia que la precipitación, y Podemos erró porque perdió la visión de la jugada. Ahora las cosas han cogido un camino muy peligroso, pero en España en 24 horas te cambian de argumento. Incluso a lo largo del día cambian las posiciones.
-¿Cómo afecta a Gipuzkoa que sigamos con el Gobierno en funciones, más allá del TAV?
-Lo más notable es el retraso en la transferencia de los puertos, para poder ordenar el de Pasajes de otra manera. También la competencia del sistema aeroportuario... En todas aquellas materias en las que el Estado tiene competencia para hacer las infraestructuras más operativas, no cumple. Luego hay otros asuntos nucleares como el traspaso del régimen económico de la Seguridad Social, columna vertebral del autogobierno.
-¿Será más difícil ahormar un Gobierno en septiembre tras la sentencia del procés?
-Me parece de un cinismo absoluto que ERC diga a estas alturas en el Congreso 'hagamos ya la investidura porque si esto pasa a septiembre no va a ser posible'. ¿Qué quiso decir? ¿Que la sentencia le va a impedir adoptar luego una postura y por eso vas a hacerlo antes? ¿Qué resuelves así? Cuando ves que la gente cambia tanto...
-¿Teme que la situación se encone tras la sentencia? El president Torra ha advertido que su reacción puede ser volver a la vía unilateral...
-A la unilateralidad no se va, te llevan. Llegas a ella cuando no hay otra solución. Cataluña es un tema clave para el Estado, y si Sánchez no alumbra una vía de diálogo y consulta para que los catalanes decidan libremente su vínculo con España... El antídoto es el principio democrático. Dar un valor relevante a lo que decida una comunidad política. Y cuando digo valor relevante no digo que sea total. Deberá estar sujeto a negociación, pero al menos abre una vía de diálogo. Porque en Cataluña el derecho a decidir tiene una amplia base, más allá de los partidos soberanistas. Luego vendrá la pregunta de ¿decidir qué? Porque la pregunta no tiene por qué ser independencia sí o no. La relación de naturaleza confederal no es ajena a esa reflexión. El problema es que no hay voluntad política en el Estado para habilitar una fórmula que permita preguntar a la ciudadanía catalana.
«No está decidido aún si seguiré al frente del PNV de Gipuzkoa»
El PNV ha decidido retrasar la renovación de sus órganos de dirección, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) y los territoriales, hasta que se despeje el panorama electoral.
-¿Hay fecha para la Asamblea General que renovará el EBB?
-En julio de 2020, en torno a la fiesta de San Ignacio (día 31), coincidiendo con el 125º aniversario de la fundación del partido.
-¿Quiere eso decir que contemplan un adelanto de las elecciones vascas? La idea era celebrarla sin elecciones de por medio...
-El proceso, de seis meses, debía concluir a principios de 2020, pero con la posibilidad de elecciones en noviembre no era el momento de abordar un proceso deliberativo interno. Pero está desconectado de las vascas. Si son en otoño, no coinciden, y si se adelantan a primavera no sería mayor problema porque es un proceso que en su inicio es muy suave y es el último mes cuando la máquina se acelera.
-¿Coincidirá el proceso para el EBB con el del GBB?
-Primero se establece el del EBB y luego el de las territoriales, que puede ir en paralelo o antes. En el GBB aún estamos con la conformación de la Diputación y los ayuntamientos y no hemos entrado a eso.
-¿Seguirá Joseba Egibar al frente del GBB?
-No está decidido. Me queda chispa, pero ya llevo muchos años
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