El debate de política general de Gipuzkoa generó el primer roce entre los socios del Gobierno foral en esta legislatura en la que PNV y ... PSE gobiernan en minoría. Era de libro. Desde el mismo momento en el que la diputada general rescató el derecho a decidir en su discurso, primero que pronuncia en un debate de estas características como jefa del gabinete foral, sus socios socialistas sabían que la cuerda se iba a tensar, sin que de ninguna manera llegara a romperse. Un tradicional choque controlado de pareceres que en años atrás ya protagonizaban también el propio Olano con Itxaso. El teniente de diputada general Asensio no fue la excepción. El líder de los socialistas guipuzcoanos, con sutileza pero con claridad, puso los puntos sobre las íes a Mendoza al recordarle que esa reivindicación soberanista no estaba en el programa de gobierno de ambos partidos. Una música de 'pimpinela', que por ya conocida, no es menos estéril en la actuales circunstancias, en las que el Gobierno foral debe ofrecer un mensaje de amplio espectro para captar apoyos de algún o algunos grupos de la oposición con el objetivo de sacar adelante la reforma fiscal y la más que necesaria aprobación del presupuesto del próximo ejercicio tras haber sido prorrogado el actual por falta de apoyos.
Mendoza subrayó el mapa de gestión que en diferentes ámbitos está trabajando el Ejecutivo territorial, con un objetivo común, que el bienestar de los guipuzcoanos sea integral, con los cuidados como su principal reto. Un plan social que concita apoyos mayoritarios tan necesarios en un gabinete que tiene que ir con pies de plomo para captar adeptos. Airear una legítima reivindicación, como es el derecho a decidir, puede desviar la atención de las principales necesidades de la gente y de las competencias de la Diputación guipuzcoana, que no son otras que mejorar la vida de los ciudadanos.
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