«Me impresiona la conciencia absoluta que tienen muchas víctimas del terrorismo de haber sido utilizadas»
Inés Dunis Aldave, Premio Antonio Beristain, defiende que «es necesario dejar de considerar a las víctimas como colectivo, hay que tratarlas como personas únicas»
Su trabajo 'Escuchando las voces de las víctimas del terrorismo' acaba de ganar el IX Premio Antonio Beristain, en esta edición compartido con María Vaquero ... Gil. Inés Dunis Aldave (Errenteria, 1962) se muestra agradecida y reconoce que es un honor recibir esta distinción del Instituto de Criminología y el departamento de Educación del Gobierno Vasco. Esta informática de profesión y experta en violencia de género cuenta que ha vivido en Euskadi los cincuenta años que ha durado el terrorismo de ETA y, por ello, confiesa, «te acostumbras a convivir con esa violencia de tal manera que hasta que no profundizas y escuchas a las víctimas no te das cuenta de las cosas no son como creías».
-¿Qué significa ganar el Premio Antonio Beristain?
-Un honor. Antonio Beristain es un referente en el mundo de la criminología y fue quien introdujo la victimología en Euskadi. Y supone, además, reconocer el esfuerzo y el trabajo. Estoy muy agradecida.
-¿Qué le movió a escribir sobre los 50 años de terrorismo?
-Quería entender a las víctimas del terrorismo, su situación actual, sus expectativas... Si bien durante los últimos 50 años, en España y en concreto en el País Vasco, ha habido violencia terrorista desde diferentes organizaciones, es ETA quien más atentados realizó y quien más víctimas produjo. Durante esos 50 años se vivía con la amenaza permanente de que en cualquier momento podía haber otro atentado. Por eso, cuando la banda terrorista dejó de matar hace unos años, Euskadi vio una realidad muy distinta a la que era habitual durante los años anteriores. La sociedad empezó a respirar con tranquilidad, ya no existía el miedo que antes estuvo tan presente durante ese tiempo y para tantas personas.
-¿Y qué aporta su trabajo? ¿A qué conclusión ha llegado?
-A que lo importante es, a mi juicio, que se deje de considerar a las víctimas del terrorismo como un colectivo. Creo que hay que tratar a esas víctimas como personas únicas, con su perfil propio. Es importante escuchar a cada una de ellas, no en grupo. Pertenecer a un colectivo o a una asociación no quiere decir que todas piensen igual y defiendan las mismas premisas. Cada una tiene mucho que expresar...
-Es la primera vez que trabaja sobre el tema de víctimas del terrorismo, hasta ahora había abordado a las de violencia de género...
-Sí. Es la primera vez. Estaba acostumbrada a trabajar con personas afectadas por la violencia de género, y este trabajo me ha ayudado a conocer la realidad de las víctimas del terrorismo. Mi concepto de estas personas era erróneo. Escucho a mucha gente decir que hablar de este tipo de víctimas es más incómodo, incluso algunas de ellas lo reconocen...
-¿Y por qué resulta incómodo?
-Porque todavía hoy no existe un consenso para definir terrorismo, y hay polémica en torno a quién es víctima y quién no. Además todavía quedan muchas heridas abiertas. El dolor está ahí, y cuando hablas puedes correr el riesgo de herir a alguien.
-¿Qué le ha llamado la atención de los testimonios de las víctimas del terrorismo?
-Me he centrado en el terrorismo vasco, y aquí entran víctimas de ETA, de los GAL o del Batallón Vasco Español. He recogido testimonios muy diferentes y muchos me han llegado al corazón. En este sentido, me ha impresionado la fortaleza de muchos de los afectados por la capacidad de superación para seguir adelante, pese al sufrimiento que han padecido. También me ha impresionado la conciencia absoluta que tienen muchas víctimas de haber sido instrumentalizadas y utilizadas.
-Usted dice que la realidad vasca es ahora diferente. ¿Cómo ve hoy la convivencia en Euskadi?
-Considero palpable que es una realidad muy diferente a la de hace unos años. Pero más en la superficie, en lo más profundo no está tan claro. Es innegable que se vive muchísimo mejor que antes; ya no hay muertes ni atentados, ya no hay ese miedo y hay más libertad para hablar. Sin embargo, quedan muchas heridas abiertas. No se ven pero están ahí. Fueron muchos años de sufrimiento y de dolor. Son cosas que se tienen que ir arreglando y curando poco a poco. No puede ser que se solucione de una día para otro. Y todavía queda por hacer un relato de todo lo ocurrido.
-¿Y cuál es a su juicio el relato que debe quedar de tantos años de sufrimiento?
-Debería ser un relato consensuado entre todos; entre las víctimas de las diferentes violencias, entre los victimarios arrepentidos y, por supuesto, con la sociedad. El relato que debe quedar es el que se elabore desde la memoria, contando la verdad y que sea justo, nunca justificando la injusticia.
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