El Gobierno da por segura la reforma laboral con Cs sin cerrar la opción con Esquerra y PNV
Unidas Podemos marca claras distancias con la formación naranja porque puede condicionar la legislatura «hacia la derecha»
M. A. ALFONSO y Alberto Surio
Madrid / San Sebastián. | San Sebastián
Miércoles, 2 de febrero 2022, 06:40
No eran los compañeros de viaje deseados por Unidas Podemos, tampoco los suficientes para el PSOE, pero sumarán para evitar que la reforma laboral ... tropiece mañana en el Congreso. El Gobierno da por hecho que la norma estrella del Ministerio de Trabajo, en la que se ha implicado personalmente la vicepresidenta Yolanda Díaz, saldrá adelante gracias al apoyo de Ciudadanos y una suma de partidos minoritarios entre los que se encuentran fuerzas de signo tan dispar como el PDeCat, Coalición Canaria, Más País o Compromís. Si no hay un giro brusco de guion, Moncloa cuenta con sumar entre 174 y 176 diputados que valdrán para sortear el muro de 173 noes con los que Esquerra, EH Bildu o el PNV querían forzar al Ejecutivo a modificar el texto del decreto ley, un bloque en el que también se encuentran el Partido Popular o Vox.
Los dos socios de la coalición, sin embargo, no quieren tirar la toalla todavía con ERC ni PNV y prometen «no levantarse de la mesa hasta el último minuto» para sumar a republicanos y nacionalistas a la causa. Los trabajos ahora están siendo discretos y coordinados, aunque la estrategia se mantiene en apelar a la responsabilidad de estas formaciones para no perpetuar la norma aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. Pero está en juego algo más que conformar el nuevo marco laboral, también evitar que la ruptura del bloque de la investidura precipite la legislatura a un terreno incógnito ahora que toca negociar asuntos como la derogación de la llamada 'ley mordaza' o la reforma fiscal. Para los morados, además, supondría un golpe al proyecto político embrionario de Díaz, que nacería con ese estigma.
Con ese horizonte, desde todos los flancos de la coalición morada dirigieron sus cargas hacia Esquerra y se mostraron más conciliadores con el PNV, al que confían convencer en el último segundo para no provocar un giro en la orientación de la legislatura.
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El inédito desmarque ante la patronal
En este sentido, la coordinadora autonómica de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, admitió ayer que la «interlocución sigue abierta», con la esperanza de que los partidos que apoyaron la investidura se decanten al final y apoyen la iniciativa del Gobierno de coalición. Garrido reconoció que esa es su opción y expresó su rechazo a un pacto con Ciudadanos que pudiera condicionar el futuro de la legislatura hacia la derecha. «Yo no quiero negociar con Ciudadanos la ley de Vivienda», manifestó. Garrido insistió en que este decreto-ley puede estar acompañado de otros «mecanismos jurídicos» que salvaguarden algunas de las reivindicaciones de los aliados nacionalistas y volvió a subrayar que el texto que se somete a la Cámara «encierra grandes avances para los trabajadores».
En el PSOE se muestran tranquilos en ese sentido. Antes de despegar hacia Emiratos Árabes desde Torrejón (Madrid) para visitar la Expo de Dubai, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confiaba en que la votación, sea cual sea su resultado, no afectará a la estabilidad de la coalición en esta segunda mitad de la legislatura. Tampoco es lo que pretenden los socios del Ejecutivo, que rebajan el tono a la hora de augurar futuribles.
Carambola a varias bandas
Más País y Compromís, por su parte, lamentan que el bloque de investidura mantengan su negativa a apoyar la reforma, pero confirmaron ayer –ya de forma oficial– que votarán sí gracias a compromisos alcanzados con el Ministerio de Trabajo fuera del texto del decreto ley, como un plan de choque «contra las jornadas laborales excesivas» o un marco de colaboración sobre precariedad. «No es un buen mensaje que esto se apruebe con Ciudadanos, quedan dos años de legislatura y deberíamos aprovechar para seguir avanzando en derechos. No es bueno que se rompa la mayoría de investidura», alertaba en rueda de prensa el portavoz de la formación valenciana, Joan Baldoví.
El PDeCat, que tras desligarse de Junts cuenta con cuatro diputados en el Congreso, también confirmaba que aunque aún no ha formalizado públicamente el sentido de su papeleta sí han anticipado que no bloquearán la salida y convalidación de ese decreto. Formalizará su postura hoy, al igual que UPN (dos escaños), que el lunes valoraba que el hecho de que la reforma cuente con el plácet de sindicatos y patronal «es un punto fuerte». Moncloa espera completar esta carambola con los votos de Coalición Canaria, Nueva Canaria, Teruel Existe y el PRC, que más allá de recelos puntuales tampoco han mostrado una oposición al decreto-ley que se votará mañana.
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