Concejales de última generación
Cinco ciudadanos que tienen en común su vocación de servicio público cuentan en DV qué les llevó a dar el salto a la primera línea de la política municipal. Izarne Iglesias, Garbiñe Alkiza, David Mateos, Miren Echeveste y Mikel Lezama hablan de sus primeras impresiones como cargos públicos
Han decidido tirarse a la piscina: pasar de ser personas anónimas a cargos públicos. De ser ciudadanos de a pie a concejales de los ayuntamientos ... de sus municipios. Han sentido la inquietud de ayudar, de aportar su grano de arena y su experiencia; es decir, tienen en común la vocación de servicio público. Una monitora de natación, una geóloga, un comercial, una traductora y un profesor de esquí desvelan en estas páginas por qué han dado el salto a la primera línea de la política municipal y el vértigo que supone cruzar esa línea.
Izarne Iglesias | PNV (Tolosa)
«Trataré de combinar la concejalía con mi trabajo en el polideportivo»
Cuando le ofrecieron presentarse en las listas del PNV al Ayuntamiento de Tolosa, se quedó perpleja. Izarne Iglesias Garcia de Iturrospe no está afiliada a la formación jeltzale. Pero la persona que le tanteó sabía que era alguien que se movía mucho y bien por el municipio, que era muy conocida, que salía en las txarangas de los carnavales, que tocaba el clarinete en la banda municipal y que trabajaba en el polideportivo. Y, por si fuera poco, también simpatizaba con el partido. Nunca había tenido relación con la política, y por eso la llamada le resultó sorprendente. «Es verdad que me resultó extraño, pero le di una vuelta a la propuesta, lo consulté y decidí que sí, que daba el paso a la primera línea. Para mí era un reto, un desafío, y pensé que podía poner mi experiencia personal al servicio de mis vecinos», asegura esta tolosarra de 29 años, «multiempleada» desde hace 12 en el polideportivo Usabal como monitora de natación para bebés, niños, adultos, de gimnasia, recepcionista y, junto a otros compañeros, organizadora de la ludoteca con más de 170 niños.
Confiesa que le apasiona trabajar por y para su localidad de manera desinteresada, simplemente porque le gusta. Reconoce que desempeñar su trabajo de concejala supondrá ahora «un nivel más de implicación». Y se ve capaz de afrontar esta nueva tarea. No obstante, no ha llegado con ideas preconcebidas. De entrada, quiere probar esta legislatura «y luego ya veré...» El primer día que pisó el ayuntamiento se sintió perdida, todo era nuevo para ella, pero estuvo arropada. Dice que está agradecida porque «en estas situaciones es de gran ayuda contar con personas con más experiencia que están siempre dispuestas a echarte una mano». Lo que sí tiene claro es que quiere combinar su trabajo en Usabal con la política municipal. «Voy a intentar compaginar. Creo que organizando mis horarios me las arreglaré».
Garbiñe Alkiza | EH Bildu (Donostia)
«Llegar al ayuntamiento es como subirte a un tren de alta velocidad en marcha»
Garbiñe Alkiza se reivindica como donostiarra del barrio de Intxaurrondo. Antes de convertirse en concejala de EH Bildu, esta amante del monte y la lectura, de 39 años, llevaba más de diez trabajando para la Fundación Elhuyar. Geóloga de formación y madre de un niño y una niña, de 9 y 7 años, se dedicó un tiempo a impartir charlas en ikastolas de la mano de dicha institución para dar a conocer a los jóvenes vascos la geología que les rodea. También hizo traducciones de textos científico-técnicos para la Fundación. «Gracias a estas tareas descubrí el mundo de la terminología», cuenta. De hecho, hoy le apasiona y es experta en este tema, como en la gestión de idiomas en la Unidad de Tecnologías Lingüísticas de Elhuyar.
Cuenta que sus inquietudes sociales le llevaron a militar en diferentes movimientos. «Ya desde joven me preocupaban las personas, las que peor lo pasaban. Empecé en las bases de los movimientos sociales y me afilié a EH Bildu», comenta. Cuando el partido le propuso presentarse en sus listas, no lo dudó, aunque le asustó un poco... Pensó que Donostia se merecía tomar un rumbo diferente. «Las personas que vivimos la realidad social, estamos convencidas de que tenemos opción de cambiar las cosas. Ya estamos hartas del trabajo de algunas instituciones que no ponen en el foco en lo importante. Yo creo en una Donostia de izquierdas, feminista y plural», reflexiona.
Confiesa que en su primer día en el ayuntamiento sintió «un vértigo enorme», sobre todo por «la exposición pública». También recuerda una sensación de caos: «Es como subirte a un tren de alta velocidad en marcha, tienes que entrar y adaptarte rápidamente. Es una maquinaria que está en movimiento y no puede parar. Es un auténtico aprendizaje», sostiene, y agradece que «los más veteranos siempre estén ahí para ayudar». En un principio, Garbiñe Alkiza ha venido a la política municipal con un tiempo límite, cuatro años, y con un objetivo claro: llevar su experiencia personal y profesional a la institución para ayudar en lo posible a mejorar la vida de las personas, sobre todo en lo que tiene que ver con las políticas sociales.
David Mateos | PSE-EE (Lasarte-Oria)
«Quiero probar y saber si valgo para esto. Por ahora me gusta lo que veo»
David Mateos es una persona conocida en Lasarte-Oria. Es más, es el perejil de muchas de las salsas que allí se cuecen; durante varias temporadas presidió el club de fútbol más longevo del pueblo, el Texas lasarterra. Dice que estaba en «vías de extinción» y que consiguió levantarlo. Y es, además, uno de los organizadores de la carrera San Silvestre. «No puedo estar quieto. Me gustan los retos». Por eso, cuando le propusieron saltar a la primera línea política no se lo pensó. Se le abría una nueva oportunidad. Hoy, a los 34 años, se ha convertido en concejal de Lasarte-Oria gracias a su alcalde, Jesús Zaballos. «Me interesó mucho su oferta, pero al mismo tiempo sentí cierto vértigo porque cuando estás en un cargo público enseguida te etiquetan o te critican. Pero, de momento, solo he recibido ánimo: de mis padres, mi familia, mi mujer, la cuadrilla. Los que me conocen bien saben que lo mío son los retos», afirma con orgullo.
Este ingeniero de Obra Pública y padre de un niño de trece meses ha trabajado hasta hace poco de comercial en una multinacional -una empresa de suministros-, de la que era encargado de la zona de Gipuzkoa. Y justo antes de estrenarse en la política, trabajó para una UTE que llevaba el mantenimiento, rehabilitación y servicios en San Sebastián. Unas funciones que, a su juicio, están ligadas al puesto que desempeña ahora como concejal.
Este simpatizante del PSE, que no está afiliado al partido, habla maravillas de Zaballos. Está entusiasmo con el grupo humano que ha sabido conformar y con su capacidad «de profesionalizar» todos los departamentos y concejalías. «De momento, me gusta lo que estoy viendo. Se trabaja muy bien», reconoce, y cuenta que ha llegado a la política sin ninguna meta en mente. «Quiero probar, saber si valgo y si están a gusto con mi trabajo. Ya se verá... No quiero ponerme límites. No sé si serán cuatro años o más. He venido a intentar mejorar las cosas. Me gusta mucho el contacto con la gente y solucionar sus problemas en la medida que sea posible», concluye.
Miren Echeveste | Podemos (Irun)
«No me gustaría nada defraudar a la gente que ha confiado en mí»
Su único interés por la política era ir a votar en tiempo de elecciones. Pero cuando en 2008 la crisis económica azotó a todo el país, «fundamentalmente a las personas más vulnerables», a Miren Echeveste se le movió algo por dentro. Traductora de formación, esta irunesa confiesa que en aquella época ningún partido suscitaba su interés, no se sentía reflejada en ninguno. Entonces estuvo a punto de marcharse de España a buscarse la vida fuera. Luego surgieron el 15-M y todas las movilizaciones de una sociedad «hastiada y harta», afirma, y también nació Podemos. Sintió curiosidad por esta nueva formación y se acercó al círculo de Irun. Le gustó que fuera un partido sin mochilas ni ataduras, y cuyo objetivo era dar más poder de decisión a la gente. «Me empecé a implicar más y pensé que ya no me iba al extranjero, que me quedaba en casa para intentar mejorar las cosas desde la institución. Esta es ahora mi ilusión», relata.
La concejala de Elkarrekin Podemos, y secretaria general del partido en Irun, se ha marcado como desafío personal aportar a la ciudadanía «todo lo bueno» que pueda. Reconoce que su desembarco en la política municipal «ha sido muy fuerte. Sientes el peso y la presión de todas esas personas que han confiando en ti, y a las que no quieres defraudar. El Ayuntamiento es una maquinaria que está siempre en marcha y debes hacerte un hueco. Pero sus trabajadores son una delicia y te apoyan en todo».
Antes de comenzar su nueva andadura política, Miren Echeveste, de 37 años, trabajó 12 de traductora, correctora, editora e intérprete de euskera a castellano e inglés. «Doce años de autónoma. Empecé mi trayectoria profesional en una situación de precariedad. Noté muchísimo la crisis. Todo fue a peor», lamenta. Para sobrevivir tuvo que combinar la traducción con otros muchos trabajos; profesora de inglés y de euskera, dependienta en tiendas de ropa, peluquera canina, masajista... «En 2009 se me cayó el mundo encima. Como traductora de euskera fuera de aquí, del País Vasco, no tenía nada que hacer, pero creo que soy valiente y fui capaz de salir adelante», sostiene.
Mikel Lezama | PP (Donostia)
«Decidí salir del armario político para poder defender mis ideas»
Un día sonó su teléfono y al otro lado escuchó la voz de Borja Sémper. Le llamó en persona para decirle que quería hablar con él. Mikel Lezama se encontraba en Italia en unas carreras de esquí. A la vuelta, justo el día de San Sebastián del pasado enero, se reunió con el líder del PP guipuzcoano, que le propuso unirse a su equipo para presentarse a las elecciones municipales. Este donostiarra de 26 años y deportista hasta la médula se había afiliado hacía dos al Partido Popular porque sentía que debía «salir del armario» político para defender sus principios: «En el ámbito que mejor conozco, que es el deportivo, existen muchísimas carencias y vi una gran oportunidad para hacer algo y no solo quejarme por todo». Envió a Sémper una lista de ideas con el fin de mejorar las condiciones de los deportistas en San Sebastián. «Le convencieron mis propuestas y entonces decidí seguir adelante. Borja es una persona que me da mucha confianza», afirma.
Hasta hace unos meses ejercía de preparador físico y entrenador de esquí en el Centro de Tecnificación Aragonés. Hacía las temporadas de invierno en Formigal y el resto del año lo pasaba en San Sebastián. «Yo vivía del esquí, pero antes trabajé como entrenador del Antiguoko, y fui también jugador de rugby en el Bera Bera», relata. Licenciado en Educación Física, estudió la carrera en Murcia porque era bueno en fútbol y le fichó el equipo local. Luego se marchó una temporada a Estados Unidos, y volvió a casa para dedicarse de lleno al esquí. Este deporte le ha llevado el último año por medio continente: Noruega, Chile, Francia, Italia, Suiza, Austria... «He estado 17 meses sin quitarme los esquíes, por todos los lugares del mundo donde hay nieve», bromea, y asegura que ha llevado una vida «muy movida, de mucho ajetreo».
Ahora está implicado de lleno en el Ayuntamiento de San Sebastián y ha regresado al Antiguoko de preparador físico, aunque no dejará del todo su faceta de entrenador de esquí. Se acaba de estrenar como concejal, y reconoce que las primeras semanas se sentía «como en una nube». Está ya en la rueda y le ha sorprendido «para bien» el ambiente de respeto entre los concejales de las diferentes formaciones.
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