Eguiguren sostiene que «el diálogo fue clave» para el final del terrorismo de ETA
El expresidente del PSE interviene en la presentación del número especial de la revista Grand Place 'Fin de ETA, 10 años', editada por la Fundación Mario Onaindia, en colaboración con el departamento foral de Cultura
La Fundación Mario Onaindia, en colaboración con el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha presentado hoy en San Sebastián un número ... especial de la revista Grand Place, 'Fin de ETA, 10 años'. En la presentación, que ha tenido lugar en Koldo Mitxelena Kulturunea, el marco del décimo aniversario del cese definitivo de la banda terrorista, el expresidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, ha destacado que el diálogo «fue clave» para que ETA acabara «de la mejor forma imaginable», sin nuevos atentados, ni «mucha kale borroka» y tampoco «grupúsculos, ni escisiones».
En el acto, también han tomado parte el diputado foral de Cultura, Harkaitz Millán; el director de la revista Grand Place, Felipe Juaristi, y el historiador Luis Castells. La publicación ha contado con la colaboración, entre otros, de Eguiguren, el exlehendakari Patxi López, el periodista Gorka Landaburu, el socialista Ramón Jáuregui, el magistrado Juan Luis Ibarra, Inés Gaviria, Luis Rodríguez Aizpeolea, Gaizka Fernández Soldevilla y Luis Castells, además de expertos universitarios y personas vinculadas a movimientos cívicos y asociaciones de víctimas.
En su intervención, Eguiguren ha recordado que fue «el primero que dijo que ETA se acababa» cuando lo que imperaba era el discurso del «empate infinito o que ETA nunca se terminaría». Ha señalado que aportó «hasta las fechas, en parte por razones teóricas» y también por «una parte de experiencia vital, de haber vivido casi toda la vida aquí».
El expresidente de los socialistas vascos ha explicado que su artículo en esta revista trata de «demostrar, con los papeles de ETA, cómo se desarrolló su ruptura para que no quede duda». Así ha señalado que, a través de las actas de la banda terrorista referentes a la última etapa de la negociación con el Gobierno, «que rompieron» los miembros de ETA, se puede ver cómo intentaron «demostrar ante la comunidad internacional que había sido el gobierno» el que se levantó de la mesa. A su juicio, la banda terrorista estaba «en un estado lamentable y no pudieron hacer frente al diálogo con el Gobierno que es lo que siempre habían planteado y eso llegó a la gente.
Eguiguren ha lamentado que «a veces se tiende a no dar suficiente importancia al tema del diálogo», a lo que ha añadido que «el Gobierno del PP y Mayor Oreja volcaron toda su estrategia en que el PSOE no pudiera capitalizar el fin de ETA», creando una estrategia según la cual parecía que era cosa de «socialistas renegados, medio nacionalistas, traidores».
«Reflexión crítica del pasado»
Harkaitz Millán, por su parte, ha reivindicado la cultura «como instrumento y palanca de reflexión crítica del pasado, del presente y del futuro» y ha puesto en valor a esas personas «valientes» que en su momento «se enfrentaron en soledad a la violencia de ETA, que contó con «muchos apoyos culturales e intelectuales, que hicieron de dique de contención a su discurso totalitario y terrorista». En este contexto, ha señalado que con esta publicación se pretende recordar a aquellos que sirvieron de «bálsamo» frente al «discurso totalitario que quería inundarlo todo». Además, ha subrayado que Eguiguren encarna a la «política audaz que no se reconoce» y que con sus «planteamientos audaces» hace diez años «consiguió que hoy estemos mejor».
El historiador y catedrático Luis Castells, que aborda en su capítulo en la revista 'El largo camino hacia la civilidad', ha confesado tener «sentimientos encontrados» con respecto a este décimo aniversario, de «alegría por el fin de ETA», por «diez años en libertad», aunque «queda muchísimo camino por hacer» y la banda terrorista tiene que responsabilizarse «políticamente del daño que ha hecho»; pero también «de tristeza por los 853 muertos, heridos y gente que se tuvo que marchar» de Euskadi.
Ha recordado que San Sebastián es «la segunda ciudad del Estado, después de Madrid, más golpeada por los terrorismo» y ha apuntado que «hubo 94 asesinatos» perpetrados por grupos terroristas en la ciudad, «de los cuales 93 fueron por ETA». También ha reflexionado sobre la «indiferencia» de la sociedad como «elemento nuclear» para que ETA, a diferencia de otros grupos terroristas surgidos también en Europa en la década de los 60, persistiera tanto en el tiempo.
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