Un error de bulto
El foco ·
Hacía mucho tiempo que los populares vascos no rumiaban una indignación como la que ha provocado la salida de tono de Álvarez de ToledoEl PP vasco, que durante décadas ha sido principal objetivo terrorista de ETA y de la cruel persecución de su entorno, ha vuelto a vivir ... un nuevo episodio de incomprensión por parte del actual cuadro de mandos del PP de Casado. Increíble pero cierto. Cuando aún está reciente la apertura de un incomprensible expediente sancionador a Juan Carlos Cano -único juntero del PP en Gipuzkoa que ha vivido amenazado y escoltado durante muchos años- por equivocarse en una votación a favor de EH Bildu, las palabras de Cayetana Álvarez de Toledo han vuelto a incendiar los ánimos de los populares vascos. Hacía mucho tiempo que los populares vascos no rumiaban una indignación semejante.
Las declaraciones de la actual portavoz del PP en el Congreso -su designación fue criticada en su día por destacados 'barones' del partido- cuestionan la propia esencia del PP vasco, que defiende a ultranza la foralidad y el Concierto. Hablar de «tibieza» ante el PNV y cuestionar los derechos históricos, recogidos en la propia Constitución, supone un auténtico dislate. Todo un error de bulto en todas sus dimensiones, que el propio presidente del partido, Pablo Casado, deberá corregir hoy con la suficiente nitidez que precisa esta polémica que ha levantado ampollas en los cuadros del PP vasco. No puede haber medias tintas. La rectificación es más necesaria que nunca para salvar la convivencia interna.
Si el actual inquilino de la planta noble Génova no logra erradicar de cuajo las dudas que su estrecha colaboradora en el Congreso ha precipitado sobre el PP vasco de Alonso y Sémper, el futuro del partido en Euskadi estará comprometido por una falta de confianza entre la cúpula madrileña y la dirección vasca. Alonso, uno de los pocos supervivientes 'sorayistas' que están en las alturas del partido, no se ha escondido desde que Casado dirige el partido.
Desde Euskadi, el que fue ministro de Sanidad con Mariano Rajoy ha defendido abiertamente la centralidad y la moderación, mientras que, un día sí y otro también, Casado ha mostrado un perfil abiertamente derechizado que poco o nada ha beneficiado a las expectativas de los populares vascos. Que Casado barajase un día que la Ertzaintza se supeditara a la Guardia Civil y a la Policía Nacional o que cuestionara las transferencias acordaras entre Urkullu y Sánchez, al margen de que utilizara el sistema del 'dedazo' para elegir a sus candidatos en las últimas generales, son algunos de los encontronazos que se han visualizado en los últimos meses.
Borja Sémper, presidente de los populares guipuzcoanos, no se mordió ayer la lengua para defender el espíritu de quien decidió ser un cargo público escoltado cuando tenía 18 años. «Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas otros se jugaban la vida defendiendo la convivencia», es la frase que Sémper dedicó a la antigua colaboradora de Aznar en Faes. Esta crisis no debe cerrarse en falso. Casado debería hoy aclararlo todo. Está en su mano.
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