Los etarras que atentaron contra Intxausti coinciden en la entrada de la Audiencia con la periodista

Los exintegrantes de la organización terrorista Patxi Xabier Macazaga, Jon Zubiaurre, Imanol Miner y Asier García reconocieron en el juicio que planificaron el atentado fallido en el año 2000 contra la pareja de periodistas mediante la colocación de una bomba en la puerta de su domicilio, en San Sebastián, en el que también se encontraba su hijo de un año y medio.

A preguntas de la fiscal, los cuatro acusados aseguraron que reconocen los hechos relatados en el escrito de acusación, y por el que la Fiscalía pide 74 años y 4 meses de cárcel respectivamente –con un límite de cumplimiento efectivo de 30 años– por cada uno de los tres delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y por un delito de estragos.

No es la primera vez que se produce una coincidencia de etarras, que se encuentran en libertad o en tercer grado, con sus víctimas en la entrada del tribunal antes del juicio. «Es una circunstancia dolorosa para las víctimas que antes no se daba y ahora empieza a producirse», explica la abogada de la AVT, Carmen Ladrón de Guevara, quien recuerda que hace dos semanas uno de los acusados del atentado mortal contra el también periodista López de Lacalle acudió en libertad al juicio. «Es una situación muy dura para las víctimas. Les avisamos de esta circunstancia y les acompañamos psicológicamente para que se preparen para encontrarse de frente con el etarra procesado en la causa», explica la letrada de este colectivo de víctimas.

Ladrón de Guevara, que dirige un observatorio mensual donde registra la situación penitenciaria de los presos de ETA, señaló ayer que Makazaga está en tercer grado y cumplirá su pena en 2031, mientras que Imanol Miner también está en tercer grado y cumplirá condena en 2032. Los otros dos procesados, según la abogada de la AVT, estarían en libertad.

Palomo, marido de Intxausti, detalló cómo ocurrieron los hechos la mañana del 10 de noviembre del año 2000. «Eran las ocho o las nueve. Yo me iba antes a trabajar. Cuando salí, abrí la puerta de mi casa y al abrirla, sonó lo que a mí me pareció un petardo. Y vi que en el suelo, en el felpudo, muy pegado a la puerta, había una maceta así grande, enorme», señaló. El periodista afirmó que la noche anterior, al llegar a casa, en la entrada no había nada. Fue entonces cuando pensó que pasaba «algo», por lo que le dijo a su mujer que se alejase del lugar con su hijo.

Un agente de la Ertzaintza explicó en el juicio que el atentado finalmente se frustró porque «explotó el detonador y falló la conexión entre el detonador y el artefacto en cuestión». Pero las consecuencias, según dijo otro de los agentes que declaró ayer, hubiesen sido «incalculables». La explosión, aseveró este testigo, «hubiese destrozado todo el piso» e incluso «el de al lado». «Era muchísimo explosivo. Los daños hubiesen sido tremendos», afirmó un agente especializado.

«Con el juicio cerramos un capítulo que ha sido muy doloroso para nosotros. Nos tuvimos que ir de aquí de la noche a la mañana», afirmó Intxausti, quien explicó ante el tribunal que «24 años y 15 días después» sigue medicada. «He tenido tratamientos psicológicos, psiquiátricos y analgésicos con medicamentos. Cambió nuestra vida», recordó la periodista donostiarra.