El presidente Sánchez, ahora en funciones y en capilla ante su próxima investidura -que sigue siendo toda una incógnita- volvió a recitar su 'no es ... no' a la exigencia de Pablo Iglesias de sentarse en una sillón ministerial. El líder del PSOE y el jefe de filas de los podemitas no convergen en sus enfoques y criterios en la cuestión catalana. Toda una cuestión de Estado cargada de sensibilidad. Sánchez quiere un ejecutivo sin ninguna dependencia de los soberanistas catalanes y mucho menos cuando en los próximos meses se dará a conocer la sentencia contra los políticos del procés. El presidente quiere evitar cualquier problema interno dentro del Consejo de Ministros con una formación que abiertamente tiene diferentes planteamientos en cuestiones de política territorial -Iglesias coquetea con el derecho de autodeterminación- y han mantenido posturas antagónicas con los socialistas cuando fueron suspendidos de sus funciones los diputados presos en el Congreso. La cuestión catalana es el cordón sanitario que separa a Sánchez de Iglesias. Y el líder socialista lo mantendrá hasta el final. Otra cuestión será lo que los secesionistas catalanes -véase JxCat y ERC- hagan para evitar un bloqueo que sería perjudicial para sus reclusos.
A pesar del portazo de Sánchez a Iglesias para que acceda un podemita de carnet al Consejo de Ministros se entreabre una puerta que podría desbloquear las negociaciones entre ambos partidos. El presidente ofreció anoche la opción de que Podemos pueda proponer ministros independientes de prestigio. Cooperación, que no coalición. Aún hay días por medio para que Sánchez, que abiertamente ha pedido la abstención del PP y Cs, vaya desbrozando el camino.
Serán jornadas cargadas de gran tensión política, como la que anoche se vivió en el Parlamento foral. Los socialistas navarros, liderados por María Chivite, alcanzaron un principio de acuerdo con Geroa Bai, Podemos e I-E. En esa entente queda fuera, tal y como prometió Sánchez, EH Bildu. Otra cosa será qué haga la izquierda abertzale cuando tenga que votar la investidura de Chivite. Esa será otra cuestión.
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