Chivite defiende la «honorabilidad» del Gobierno de Navarra y del PSN: «No hay argumentos para dimitir»

Con rictus serio, la presidenta de la Comunidad foral ha vuelto a comparecer este jueves ante los medios de comunicación en señal de transparencia apenas un día después de que su número 2 en el PSN, hasta ayer el vicesecretario general del partido, presentase su dimisión, también como portavoz de la formación socialista en el Parlamento navarro.

El paso atrás de Alzórriz llegó tras confesar que su pareja trabajaba para Servinabar, la empresa con sede en Pamplona que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sitúa en el epicentro del supuesto entramado corrupto por el reparto de comisiones de varios contratos de obras públicas adjudicados. Un informe que ha sacudido los cimientos del PSOE y puesto en jaque la credibilidad de Pedro Sánchez al señalar directamente a los dos últimos secretarios de Organización del PSOE, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, y al entonces asesor para todo del ministerio de Transportes, Koldo García.

El terremoto político provocó las lágrimas en público de la propia Chivite tras tener conocimiento de que Santos Cerdán también está supuestamente implicado en esta telaraña de mordidas de constructoras. Y ayer el tsunami le arrasó de lleno después de que Alzórriz le confesara que su novia había trabajado entre 2021 y 2024 en prevención de riesgos y estudios y programas de Servinabar 2000, la empresa que se adjudicó el contrato público de las obras de los túneles de Belate en una UTE junto con Acciona y Osés Construcciones, y que la UCO ha situado en la diana.

Chivite ha insistido por todo ello en defender, como presidenta del Ejecutivo foral y como secretaria general del PSN, «la limpieza y la honorabilidad» tanto del Gobierno como del partido. Y ha vuelto a incidir en que llegará hasta el final de cada una de las informaciones que puedan seguir saliendo a la luz «caiga quien caiga». «Y así es como lo estoy cumpliendo», ha aseverado.

Según sus explicaciones, Alzórriz le comunicó ayer miércoles «una información que era desconocida» para ella, en alusión a los vínculos laborales de su pareja con Servinabar. «Y, por lo tanto, tiene que asumir también las responsabilidades del error que ha cometido», ha continuado. Y ha reiterado: «No quiero que quede ninguna duda de la honorabilidad de mi partido ni de la honorabilidad de mi Gobierno; estoy empeñada en defenderlo y lo voy a llevar hasta sus últimas consecuencias».

La presidenta navarra, como ya lo dijo hace unos días, ha vuelto a defender que «no hay ni un solo informe jurídico, de auditoría, de informaciones policiales que van saliendo, que apunte a ninguna ilegalidad cometida en ninguna adjudicación, y en eso me mantengo». Además, ha apuntado que Alzórriz «no ha cometido ningún delito», si no que «él ha cometido un error de no comunicar algo que podría ser relevante». Así, Chivite ha insistido en que desconocía la información que ayer le trasladó Alzórriz y que su dimisión como número 2 del PSN se debe a la pérdida de confianza.

A pesar del escándalo que ha provocado un auténtico seismo en los socialistas, la presidenta de Navarra ha asegurado que se mantendrá en el cargo: «No hay argumentos para dimitir, ningún indicio de ilegalidad escrito en ningún sitio en ningún informe; tenemos unos Presupuestos y un acuerdo de Gobierno que hay que sacar adelante y ese va a ser mi empeño».