PNV y Bildu condicionan su apoyo final al impuesto a las eléctricas y banca a que se recaude en Euskadi

Primer test parlamentario superado. PNV y EH Bildu volvieron a erigirse ayer en el sostén más fiel de Pedro Sánchez tras respaldar la admisión a trámite de la Proposición de Ley impulsada por el PSOE y Unidas Podemos para gravar de manera temporal –para los ejercicios 2022 y 2023– los beneficios extraordinarios de las grandes compañías energéticas y las entidades bancarias. Un apoyo que, sin embargo, no es incondicional tal y como se apresuraron a aclarar ambas formaciones, que no cederán a ciegas su apoyo final si el Gobierno no atiende sus demandas. Y una de las 'cláusulas' que PNV y EH Bildu exigirán incluir en el texto definitivo fue muy clara: que se respete el marco competencial vasco y la recaudación del impuesto recaiga en las tres haciendas forales de Euskadi y también en la de Navarra.

Con el 'no' rotundo del PP, que volvió a poner en evidencia las diferencias insalvables entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, –también rechazaron la iniciativa Vox y Cs–, los jeltzales y la coalición soberanista volvieron a salvar a un Ejecutivo en minoría que se ha abonado ya a vivir en el alambre, aunque volvió a contar con el apoyo de sus socios de investidura (ERC y Más País, además de las dos formaciones vascas), a los que se sumaron Coalición Canaria, el BNG y la CUP. Pero el de ayer, sin embargo, tan solo fue un primer trámite y PNV y EH Bildu encarecerán su apoyo final a la medida con la cual el Gobierno pretende recaudar 7.000 millones de euros en dos años.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, aseguró con rotundidad que «sin la concertación de las nuevas prestaciones a la banca y las energéticas con los territorios forales» de Euskadi y Navarra, la iniciativa que presentaron ayer de la mano PSOE y Unidas Podemos «no contará con el sentido favorable del PNV». Esteban, en todo caso, reconoció que aún hay margen para el acuerdo, sobre todo teniendo en cuenta, dijo, que el Gobierno central ha manifestado su «voluntad» para ello. Aunque tampoco escatimó en críticas hacia otros aspectos de la propuesta. Y enumeró algunas de las «correcciones» que desde su óptica deben introducirse vía enmiendas en la Proposición de Ley, que deberá pasar por el trámite del debate en comisión parlamentaria, donde se fijará el texto definitivo. Entre otras, señaló la decisión «sorprendente» de enfocar la prestación sobre la cifra de negocios en lugar de hacerlo sobre los beneficios extraordinarios de las empresas afectadas; las «dudas» con respecto a las garantías de que esta prestación no repercuta en la ciudadanía, o la retroactividad de su aplicación.

En una línea similar se pronunció Mertxe Aizpurua. La portavoz de EH Bildu en la Cámara baja manifestó que uno de los elementos que «debe subsanarse» en el trámite parlamentario es el competencial. «El Gobierno ha utilizado una figura jurídica para sortear y esquivar a las Haciendas forales, una decisión que rechazamos frontalmente; y pediremos al Gobierno que respete el marco competencial vasco», adelantó. Y confió en que esta «deficiencia» se corrija y los impuestos a las energéticas y a la banca queden en manos de los órganos tributarios y así se adecuen estos gravámenes al Concierto Económico vasco y al Convenio Económico navarro.

Desde EH Bildu, además, pusieron más deberes al Gobierno: que los impuestos a la banca y a los beneficios de las eléctricas sean permanentes y no temporales, y que el Gobierno garantice un control fehaciente para que estos recargos impositivos no acaben repercutiendo en el bolsillo de los consumidores.

En todo caso, y a tenor de las palabras de Patxi López, no parece que habrá inconveniente para atender la condición de PNV y Bildu: «Si hay una relación financiera singular, estoy convencido de que en la tramitación la tendremos en cuenta», aseguró.

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