«Nunca debemosperder la memoria»
La familia de Priede y sus compañeros del PSE ensalzan el compromiso del edil asesinado en 2002 con «la justicia, la tolerancia y el trabajo por los demás»
Nunca debemos perder la memoria». José Ignacio Asensio reivindicó con estas palabras la figura de Juan Priede y de todos los socialistas asesinados por el ... terrorismo. Porque este domingo, como cada mes de marzo desde hace 22 años, el PSE-EE homenajeó con una ofrenda floral en Orio al edil muerto a tiros por dos etarras en esta localidad. El secretario general del partido en Gipuzkoa no escatimó en elogios al recordar la figura del edil asesinado como «un compañero imprescindible, uno de los socialistas que dieron el paso cuando más acuciaba el terrorismo de ETA y que no se lo pensó dos veces». Y destacó que fue «un compañero comprometido con los valores socialistas, con la justicia, el respeto y el trabajar por los demás y la tolerancia».
En el acto celebrado en el cementerio de Orio, Asensio también habló de la necesidad de respetar a socialistas como Priede, porque «fueron lo mejor que ha dado la democracia». En este sentido, también destacó su compromiso político y el de otros como Isaías Carrasco o Froilán Elespe, «porque sin ese compromiso la democracia de nuestros pueblos hubiera desaparecido».
Junto al dirigente guipuzcoano, otros cargos políticos como Marisol Garmendia, nueva delegada del Gobierno en Euskadi; Idoia Mendia, vicelehendakari y consejera de trabajo y Empleo, o Marta Alonso, alcaldesa del municipio asturiano de Ponga, localidad natal de Priede, arroparon con su presencia a los tres hijos de Priede, Ana, Javier y Juan Carlos en el homenaje.
En un momento de su discurso, Asensio lamentó que cuando «algunos», en referencia a EHBildu, aseguran que todo el sufrimiento que se produjo fue consecuencia de un ciclo político, «tenemos que decir tajantemente que no, que fue consecuencia del apartheid político que provocaron el nacionalismo radical y violento, el terrorismo de ETA y que algunos en aquellos momentos, apoyaban o miraban a otro lado». Ylanzó un mensaje bien claro: «Menos hablar de ciclos políticos y más reconocer que no estuvo a la altura de las circunstancias». Pero, sobre todo, insistió en que «hay que reconocer que aquello no se tuvo que producir en ningún momento y que merecen memoria, justicia y reparación por todo aquello que sucedió».
ETA asesinó a Priede un 21 de marzo del año 2002, pasadas las dos de la tarde. Acudió a tomar el café como acostumbraba en el bar Gure Txoko de Orio. Sus escoltas le habían acompañado hasta su vivienda en la calle San Nicolás, antes de marcharse a comer. Alertados por un chivatazo, dos miembros de ETA bajaron de un vehículo –donde les esperaría un tercero al volante– entraron en el bar y tras localizarle de espaldas acodado en la barra realizaron tres disparos a corta distancia, uno de ellos en la cabeza que resultó mortal.
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