La oposición quiere sacar chispas al Parlamento para condicionar al nuevo Gobierno de coalición
La falta de una mayoría absoluta en el pacto entre PNV y PSE ofrece a EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP la posibilidad de marcar cierta impronta
Miguel Villameriel
Lunes, 12 de diciembre 2016, 07:35
El Gobierno de coalición entre el PNV y el PSE podía haberse convertido en un rodillo si hubiera contado con mayoría absoluta en el Parlamento, pero la pérdida a última hora del escaño 29 del PNV a favor de EH Bildu otorgó a la Cámara vasca un protagonismo renovado. Los tres grupos de la oposición -EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP- tendrán complicado marcar impronta durante la XI Legislatura, pero al mismo tiempo saben que el concurso de al menos uno de ellos será imprescindible para aprobar cualquier ley, por lo que se presentan en la línea de salida con la intención de sacar chispas a la actividad parlamentaria. Una travesía de cuatro años que, por otro lado, se presenta bastante más movida que la parsimoniosa legislatura anterior, que no alcanzó velocidad de crucero hasta su último semestre. La legislatura que acaba de echar a andar estará claramente marcada por el debate sobre el nuevo estatus que los partidos que componen el Ejecutivo han derivado al Parlamento, así como por el impulso de un programa legislativo mucho más concreto que el que trató de sacar adelante el PNV en solitario la pasada legislatura.
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La junta de portavoces del Parlamento se reunirá hoy para establecer el orden del día del primer pleno ordinario de la legislatura, que se celebrará este jueves. Esta primera sesión se presenta apretada, porque los grupos parlamentarios llevan ya varias semanas registrando diversas iniciativas para que se debatan en pleno. PNV y PSE han hecho una declaración de intenciones al tramitar en primer lugar dos proposiciones no de ley para constituir las dos ponencias estrella de esta legislatura, la de actualización del autogobierno y la de memoria y convivencia.
El debate del autogobierno. La reforma del Estatuto de Gernika o su superación hacia un nuevo estatus político para Euskadi va a ser el principal debate de esta legislatura en el Parlamento. De hecho, el pacto de coalición entre PNV y PSE ha derivado a la Cámara todas las negociaciones sobre este asunto para preservar los equilibrios entre jeltzales y socialistas en el punto del acuerdo que más diferencias despierta entre ambos. En dicho pacto no se establece una fecha concreta para presentar un texto articulado sobre el nuevo estatus, aunque en el espíritu del mismo está que pueda acordarse a lo largo de la legislatura. Los grupos de la oposición ya han avanzado que tienen intención de acelerar los tiempos tan abiertos que han propuesto PNV y PSE. Cada uno a su manera. EH Bildu presionará al PNV por el flanco más soberanista; Elkarrekin Podemos incidirá en el reconocimiento del derecho a decidir, aunque sin defender la vía independentista; mientras que el PP marcará de cerca al PNV para que clarifique cuanto antes sus verdaderas pretensiones con el nuevo estatus.
Trabajar la memoria. La ponencia de paz y convivencia de la pasada legislatura fue un fiasco porque PNV y EH Bildu acabaron quedándose solos en ella, lo que la arrastró a una lenta agonía. Ahora, el pacto de coalición entre jeltzales y socialistas quiere recuperar un órgano parlamentario similar para afrontar entre todos los grupos el final de décadas de violencia en Euskadi. Esta legislatura el nombre de la ponencia será de memoria y convivencia y, en principio, nacerá con un nivel de consenso mayor -Elkarrekin Podemos es un firme defensor de su utilidad y en el Parlamento ya no está UPyD, que rechazó participar hace cuatro años-. Aunque el PP ha anunciado que se plantea no participar si no se cambian los términos de su constitución. Los populares vascos no entienden que PNV y PSE no hagan una mención expresa a la «deslegitimación del terrorismo», especialmente el de ETA, «que es con diferencia la peor violencia que hemos sufrido en las últimas décadas». En el debate sobre la constitución de esta ponencia volverá a aparecer la cuestión del 'suelo ético' que los partidos acordaron en el Parlamento hace dos legislaturas, cuando la izquierda abertzale aún estaba ilegalizada, una declaración de mínimos que EH Bildu no rubricó y que considera que se debe superar.
El PSE ya no es oposición. Una de las consecuencias más claras del pacto de gobierno entre el PNV y el PSE es la salida de los socialistas de la oposición, precisamente el grupo que más iniciativas parlamentarias presentó la anterior legislatura y el que hizo un marcaje más férreo al Gobierno. Hace cuatro años, el PSE venía de gobernar con Patxi López y volvía a la oposición tras la llegada de Urkullu a Lehendakaritza, una experiencia de gobierno que los socialistas aprovecharon para convertirse en los líderes de la oposición de facto, al menos hasta que EH Bildu fue cogiendo el pulso a la actividad parlamentaria. La entrada del PSE al Ejecutivo provoca ahora un cambio de fuerzas en la oposición que habrá que ver cómo se equilibra. El pacto de coalición entre PNV y PSE deja atado que la acción parlamentaria de ambos partidos debe ser conjunta, con la única salvedad del debate sobre el autogobierno.
EH Bildu empieza fuerte. Convertido, ahora sí, en el principal referente de la oposición, EH Bildu ha arrancado la legislatura con buen ritmo. En menos de un mes ya ha registrado 43 iniciativas parlamentarias para apretar al Gobierno, 23 de ellas proposiciones no de ley sobre los más variados asuntos, desde temas sociales hasta cuestiones más políticas como la retirada de las Fuerzas de Seguridad del Estado. La coalición soberanista quiere liderar la oposición y, aunque la aritmética parlamentaria no le deja demasiado margen, tratará de unirse con Elkarrekin Podemos en algunas cuestiones para orientar las políticas del Ejecutivo hacia la izquierda. Lo que ya no será posible es que se materialice el eje de izquierdas EH Bildu-Podemos-PSE que algunos propugnaron después de las elecciones.
La adaptación de Podemos. Elkarrekin Podemos, con sus 11 escaños, es el novato en el Parlamento, por lo que todavía está en fase de adaptación, aunque no renuncia a dar guerra durante la legislatura. Por el momento, ha registrado en la Cámara cuatro proposiciones no de ley de carácter social: sobre la reforma de Lanbide; sobre medidas de prevención de la corrupción y contra las 'puertas giratorias' en las administraciones vascas; para garantizar derechos de las personas refugiadas; y sobre la gestión del servicio de atención de emergencias SOS Deiak.
El PP refuerza su papel. Con la entrada del PSE al Gobierno, el PP vasco se ha quedado como el único referente del constitucionalismo en la oposición. En las primeras semanas de la legislatura ha demostrado que quiere reforzar su estrategia de oposición y ya ha presentado una proposición de ley (para la reforma del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas) y 14 proposiciones no de ley. La intención es llevar el debate parlamentario hacia «temas que importan a los ciudadanos», como el empleo, la reforma de Lanbide o de las ayudas sociales.
Un programa legislativo acotado. En los próximos meses, el Gobierno Vasco llevará al Parlamento el programa legislativo sobre el que girará gran parte de la actividad de la Cámara en estos cuatro años. El pacto de coalición PNV-PSE incluye expresamente 14 proyectos de ley (ver ficha), aunque el programa final contará al menos con una veintena, ya que el lehendakari ha anunciado que se sumarán también cinco proyectos que decayeron la anterior legislatura como las leyes de Centros de Culto, Cajas de Ahorros, Cooperativas, Contra el Dopaje y Subvenciones y Ayudas.