Secciones
Servicios
Destacamos
No hay poder, por aborrecibles que sean sus fines y medios, que no atraiga cómplices, socios y adherentes, tanto más numerosos y exaltados cuanto mayor ... impiedad y avidez manifieste. Todos los grandes crímenes que han visto los siglos fueron colectivos.
Hitler, supervillano número uno de la historia, no actuó solo sino que contó con apoyo popular dentro de Alemania y exterior de sus aliados del Eje, de las extremas derechas golpistas europeas y del régimen nacionalcatólico español que se arrimó a la sombra supremacista y deshumanizada de la esvástica mientras calentó, contribuyendo algo más que anecdóticamente al asesinato en masa de judíos y de 'rojos'.
Con la invasión de Francia por la Wehrmacht en el verano de 1940, miles de refugiados de la Guerra Civil fueron conducidos en trenes como trabajadores esclavos para el sistema concentracionario nazi. Los 'Rotspanier' representaban más del 70% de los prisioneros en Mauthausen, llamado «el campo de los españoles»; a las mujeres las enviaron a Ravensbrück. La mayoría pereció durante el primer año y medio ante la olímpica indiferencia de la dictadura, tan españolísima ella, y eso que Alemania se mostraba proclive a negociar concesiones con los países amigos. Quienes sobrevivieron a aquel infierno no pudieron volver a casa en 1945 porque aquí habrían sido encarcelados y quizá ejecutados. Quedaron en un limbo legal hasta 1951 en que les fue concedido el estatuto de refugiados internacionales.
Tampoco movieron un dedo las autoridades franquistas por los judíos de origen peninsular, los sefardíes, aunque desde mediados de 1942 sabían de las deportaciones colectivas y desde un año después que eran sistemáticamente asesinados. A Franco en absoluto le importó la suerte que corrieran. Solo algunos diplomáticos, sin apoyo e incluso a espaldas de su cancillería, obraron por salvar vidas inocentes. Tuvo que pasar más de medio año de acabada la Guerra Mundial para que la opinión pública española conociera el horror de la industria nazi de la muerte, la 'solución final'. Se encubrió la complicidad con el III Reich.
En fin, es todo por decir que está muy bien eso de peregrinar con velas a Auschwitz, como íbamos antaño con flores a María, pero dado que quien restauró la actual monarquía fue activo partícipe de aquel exterminio, ¿no deberíamos exigir a la jefatura del Estado, por conciencia y por decencia, un gesto explícito de condena del colaboracionismo franquista y de resarcimiento moral a los descendientes de sus víctimas?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El arte y la realidad virtual, unidos en el restaurante Mugaritz
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.