La Bienal de Arquitectura Mugak se ha fijado este año en aquellas discotecas guipuzcoanas que, durante los años 90 y 2000, ocuparon un lugar destacado ... en el ocio nocturno. El interés arquitectónico de esos edificios que, a día de hoy y en su mayoría, están cerrados, abandonados o derribados, ha impulsado a la Bienal a organizar rutas guiadas. Por lo que he podido ver en las redes sociales, a mi generación, tan tempranamente dada a la melancolía, lo de las visitas a aquellos templos de la música electrónica le ha llamado la atención. Sé que desde Llodio iban jóvenes a la Txitxarro, pero a mí no me cuadró, de la misma manera que podría haberme cuadrado. No me importaría, sin embargo, visitar la sala y tratar de descubrir entre el polvo a aquella joven que nunca fui, que bailaba en la pista, bajo los focos, y que, a medida que pasa el tiempo, se va confundiendo, allá a lo lejos, con la joven que sí fui.
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