Los bancos de nuestros tiempos se preocupan por el medio ambiente, por la crisis climática, por la difusión de la actividad agrícola, por el desarrollo ... de la cultura y del arte, por la investigación científica, por el envejecimiento activo, etcétera. Lo veo muy bien, por supuesto, y más allá de que les pueda favorecer desde el punto de vista fiscal, yo conozco a varias personas que se han beneficiado de becas muy sustanciosas para, por ejemplo, escribir un libro.
Sin embargo, cada vez que, ya desde primeras horas de la mañana, veo las colas que se forman frente a las sucursales de mi pueblo, nutridas, sobre todo, por personas mayores, pienso que la gran obra social de estos bancos sería dejar de cerrar oficinas. De ese modo, hacer una gestión en ventanilla no se convertiría en un proyecto de vida. Las obras sociales estarán bien, pero a veces parece que a los bancos se les olvida lo más importante: dar servicio.
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