Borrar
Las diez noticias clave de la jornada

Cierre de filas

Sánchez decide no tirar la toalla pero su continuidad en el poder depende ya de sus socios parlamentarios, asustados por la crisis

Editorial DV

Domingo, 6 de julio 2025, 02:00

El Comité Federal del PSOE cerró ayer filas con Pedro Sánchez en un movimiento defensivo. El cónclave pretendía dar una sacudida al partido para salir ... de la profunda crisis en la que está sumido desde el estallido del caso Cerdán. Frente al desconcierto y la angustia internas, Sánchez intentó insuflar moral a los suyos. «Con la cabeza bien alta», resumió en un llamamiento a la resistencia, a la resiliencia y a la responsabilidad. «El capitán no abandona cuando viene mala mar y hay que capear el temporal». El discurso intenta un revulsivo que eleve el ánimo de una desconcertada militancia. Las medidas anunciadas –entre otras, control del patrimonio de los cargos y expulsión del partido de quienes sean consumidores de prostitución– pretenden restañar el demoledor daño reputacional de conductas como las que hemos conocido y que colocan las acusaciones de corrupción y machismo más repugnante en el ojo de la tormenta. Las actuaciones para garantizar una mayor transparencia interna son necesarias pero a estas alturas seguro que son percibidas como insuficientes para quienes reclaman una limpieza ejemplarizante. Precisamente, la apertura del Comité Federal se vio condicionada por una información con una denuncia de varias extrabajadoras de Moncloa contra el supuesto acoso y comportamientos inadecuados del escudero de Sánchez, Francisco Salazar, que se perfilaba como nuevo secretario de Acción Electoral y adjunto al área de Organización. La denuncia, que suena a 'fuego amigo', provocaba la inmediata renuncia de Salazar a su futura responsabilidad orgánica y a su actual trabajo en la Presidencia del Gobierno. La iniciativa pone de manifiesto el endiablado proceso interno que vive el PSOE, necesitado de adoptar medidas enérgicas y contundentes pero que tropieza con un gran problema de credibilidad que resulta catastrófico para la izquierda en términos éticos. El hecho de que los dos exsecretarios de Organización –Ábalos y Cerdán– hayan acabado en el punto de mira por graves casos de corrupción, coloca al presidente del Gobierno ante el espejo de su responsabilidad política. Ya no basta solo envolverse en la bandera del orgullo socialista y reivindicar los siete años de 'avances' sociales y económicos y su «radical compromiso contra la corrupción». Es el momento de responder con iniciativas tangibles y no con meras soflamas ideológicas para buscar el 'cuerpo a cuerpo' con la derecha para colocar la polarización como combustible de un extenuante 'modo electoral'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Cierre de filas