Apoyadas e indignadas
El cierre de filas institucional con las víctimas en un congreso en Vitoria contrasta con la reforma legal que recorta las penas a etarras
La Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Víctimas del Terrorismo, inaugurada ayer en Vitoria por el Rey con la presencia de casi 500 expertos de ... todo el mundo, brinda una magnífica oportunidad para reflexionar sobre la memoria como herramienta para contener el odio y la intolerancia, y salvaguardar la verdad, la reparación y la justicia que merecen los damnificados. También para analizar el papel en esa tarea de la educación a fin de propiciar entre las nuevas generaciones un cabal conocimiento de tragedias como la que ha vivido Euskadi durante medio siglo, en el que una minoría fundamentalista intentó imponer un proyecto totalitario a través de la violencia, para que no caigan en el olvido y eludir así el riesgo de que se repitan. Felipe VI reinvidicó la enseñanza como una herramienta esencial en ese objetivo y en la consolidación de la paz. Lo hizo en un discurso en el que apeló a una unión en este ámbito que, por desgracia, está ausente hace demasiado tiempo.
La elección de la capital alavesa como sede del congreso constituye un reconocimiento al trabajo del Centro Memorial en la construcción de un relato ajustado a la realidad sobre el impacto del zarpazo de ETA y en la difusión del testimonio de quienes lo padecieron. Además, como señaló el lehendakari, «aquí, lamentablemente, sabemos bien lo que es la injusticia del terrorismo». Es una anomalía que, trece años después de que la banda depusiera las armas, la izquierda abertzale siga sin condenar lo que nunca debió suceder y sin asumir su responsabilidad, como volvió a reclamar ayer Imanol Pradales. Ello no ha impedido su plena normalización política en Euskadi y Madrid.
Las voces de solidaridad y apoyo a las víctimas que se escucharon en la conferencia contrastan con la indignación expresada por sus principales asociaciones con la reforma que adelantará la excarcelación de más de 40 etarras con un macabro historial. Puede ser legalmente discutible si esa trasposición de una directiva europea responde a una obligación inexcusable del Gobierno superada la actividad terrorista o a pactos secretos con EH Bildu. No admite discusión que el voto favorable del PP y Vox sin haberse tomado siquiera la molestia de leer el texto es una vergüenza escandalosa que retrata a una oposición incompetente, desnortada y que prefiere el griterío al concienzudo trabajo que exige su labor y por el que supuestamente cobran sus parlamentarios.
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