Bateragune y víctimas

Con la reclamación patrimonial anunciada por los condenados en el caso Bateragune, éstos la van a orientar en una triple dirección: daños propiamente dichos, consistentes en los perjuicios, evaluables económicamente, que su situación de privación de libertad les ha reportado; las ganancias dejadas de percibir como consecuencia de su situación de prisión; y, por último, los llamados daños morales, de difícil contorno, pero que también son susceptibles de ingresar en el patrimonio del damnificado. Arnaldo Otegi no abjurará de la organización terrorista que más víctimas ha causado desde el advenimiento de la democracia en España. Ahora bien, ya que él mismo y el resto de ejecutoriamente condenados lo han sido como consecuencia de un error judicial, podrían destinar las nada desdeñables sumas que podrían percibir de la Administración del Estado a cuestiones tan nobles como aunar a las familias víctimas del terrorismo, prestar ayuda material o moral a todo aquel que lo precise y haya sido víctima, colaborar y cooperar con las actividades que redunden en beneficio de las mismas, concienciar a la sociedad en contra de los delitos terroristas, etcétera. Si lo hacen, la Historia les considerará.