Urdelar, escondite de enormes tesoros

Caserones de piedra rojiza y grandes tejados destacan sobre los verdes prados de Elduain en el ascenso a Urdelar (859 m.). Impresionan sus tejados, debajo de los cuales imaginamos que se encuentran extensas plantas en las que diferentes generaciones de elduaindarras han criado a sus familias. Entre ellos se encuentra el caserío Arretxe, originario del siglo XVI, época de la que mantiene algunos arcos y muros de sillarejo gótico. Según los expertos, toda la construcción fue rehecha en el siglo XVIII.Destaca por su cantería de fachada y su magnífica estructura de madera interior.

Es solo uno de los caserones que se mantienen en pie, ha visto nacer y crecer en ellos a personajes como el conocido y mítico 'cura Santa Cruz'. Manuel Ignacio Santa Cruz Loidi nació en Elduain el 23 de marzo de 1842 y tras quedar huérfano siendo un niño, ingresó en el Seminario de Vitoria, donde se ordena sacerdote. Años después, Santa Cruz conspiró abiertamente contra la Monarquía liberal de Isabel II, defendiendo un discurso favorable al partido carlista, portaestandarte de la agitación ultramontana. Dicen de él que era «impetuoso, fanático y de un valor rayano en la temeridad, llegó a ser famoso en toda España, tanto por sus hazañas como por sus crueldades».

En 1866 fue destinado interinamente a la parroquia de Hernialde. El conocido cura se instaló en el caserío Olatzaga de Hernialde que consideraba era su refugio. Un caserío Olatzaga peculiar que forma parte del Patrimonio de Gipuzkoa. Tras huir de Hernialde a Iparralde en julio de 1873, volvería en diciembre, pero por poco tiempo. Después se exilió en Lille y Londres, desde donde el cura Santa Cruz viajó a América Latina y realizó una labor misionera como miembro de la Compañía de Jesús hasta que muere en Pasto (Colombia), en agosto de 1926. Su vida y correrías no pasaron desapercibidas para el escritor Pío Baroja, que escribe varias anécdotas de la partida del Cura Santa Cruz en la novela 'Zalacain el Aventurero'. También queda recogida en la obra 'La cruz sangrienta: historia del cura Santa Cruz' de Gaëtan Bernoville la vida del cura vasco, su partida durante la Segunda Guerra Carlista y, especialmente, las andanzas que le llevaron a ser condenado por carlistas y liberales.

No es el único que ha hecho conocido el nombre de Elduain, ya que en una de las familias más destacadas de la realeza europea corre sangre de elduaindarras. Se trata de los descendientes de las hijas del rey Guillermo de Holanda y de Máxima Zorreguieta, Máxima es hija de Jorge Zorreguieta, descendiente de elduaindarras que migraron a Argentina en busqueda de fortuna desde el caserío Sorreguieta. Fue hacia 1790 cuando José Antonio Sorreguieta y Oyarzábal Gamboa y Sagastume, comerciante de profesión, emigró a Argentina. Uno de sus descendientes, Mariano Zorreguieta fue vicegobernador de Salta y un reconocido historiador. La propia Máxima Zorrigueta visitó en su juventud junto a su padre Jorge Elduain y el caserío donde nacieron sus ancestros.

Repasando la historia de esta villa, nada se sabe de la fundacion de Elduain, pero sí de haberse separado de la jurisdicción de Tolosa en el año de 1615. Limita por el Norte con Hernani, por el Este con parte de Navarra, por el Sur con los lugares de Orexa y Gaztelu, y por el Oeste con Tolosa. La bonita localidad de Tolosaldea cuenta con un río que al parecer gozó en tiempos mejores de «abundancia de truchas y anguilas». Río que nace en las montañas de Navarra y pasa a esta villa desde la de Berastegi. «Ambas á dos tienen en comun tres herrerías llamadas Olloquiegui, Plazaola y Ameraun, a orillas del río Leizaran; también hay otra con nombre de Inturia perteneciente á un particular, y un molino propio de Elduayen. Tiene una fuente de agua dulce en la plaza, y otras dos cerca de la iglesia», asegura el Diccionario de Tomás López. «Las montañas comunes á dichos dos pueblos se llaman Mugada y Laarte; están pobladas de robles, hayas, castaños y varales, con buenos pastos, habiendo en ellos javalís, corzos, raposos y lobos». No nos cuesta imaginar su presencia en nuestro paseo por Urdelar. Entre los enormes cipreses de Lawson que dan un aspecto oscuro y tenebroso, en los que sientes que te observan, aunque jamás descubres quién puede estar detrás de esos ojos que no llegas a localizar, pero sí sentir.

Urdelar es una cima diferente gracias a sus gigantes cipreses de Lawson que, haya niebla o no, impresionan. De hecho, los días nublados, sus frondosas ramas convierten la senda que nos acerca hasta su cima en un lugar que bien serviría como escenario de una película de suspense. No nos ofrece magníficas vistas, pero desde algunos de sus rincones despejados, podemos ver el mar.

La cima de Tolosaldea es una de las cumbres que forman parte del cordal Uzturre-Ipuliño, que comienza en Tolosa con Uzturre (730 m.), y en el que se encuentran otras cimas como Larre (802 m.) e Ipuliño (930 m.), por encima del puerto de Gorosmendi (490 m.). Las principales alturas del cordal, enumeradas de Oeste a Este, son Uzturre, Urdelar, Larre e Ipuliño.

Muy cerca de Urdelar se encuentran los dólmenes de Basaburu y el de Belabieta, dos de los monumentos megalíticos que forman parte del conjunto de Belabieta txiki. En la ladera que lleva a la cumbre de Urdelar, se sitúa el gran túmulo de Moa. Dentro de la plantación de ciprés de Lawson se localiza wl dolmen de Loa y el túmulo de Loa I. Dentro del parque megalítico de Belabieta también se encuentran los monumentos de Oindolar e Itxupeaka.

El ascenso desde Elduain hasta Urdelar es sencillo y ameno. Comenzamos la ascensión siguiendo las marcas blancas y amarillas después de haber tomado la pista cementada que a la salida del pueblo, dirección Berastegi, nos acerca hacia la ermita de la Santa Cruz.

La pista nos conduce a un paso que transcurre por debajo de la autovía de Leitzaran y nos conduce de manera ascendente hasta al collado de Moa.

En el collado nos encontramos un panel informativo del conjunto de monumentos megalíticos de Belabieta, una cabaña, un refugio y una cruz que recuerda a un fallecido de 1852.

Tomamos la senda cercana al puesto de caza y atra vés de un bosque de hayas, nos vamos acercando a la cima.Antes debemos atravesar el camino entre los enormes cipreses de Lawson. A mano derecha, tras llegar a una intersección y haber recorrido unos 300 metros, vemos el buzón y el punto geodésico que localiza la cima de Urdelar.

Volvemos a la intersección y nos adentramos siguiendo una estrecha senda entre los enormes árboles y las marcas blancas y amarillas que nos conducen a Arnabar y después, de manera descendente, hasta la plaza de Elduain. Un paseo interesante y lleno de historias.