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Un sendero nos adentra por un frondoso bosque, entre piedras, riachuelos... un lugar precioso

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Un sendero nos adentra por un frondoso bosque, entre piedras, riachuelos... un lugar precioso Belauntzaran
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Urdaburu, por caminos prehistóricos

Esta silenciosa cima de 599 m. muestra el Cantábrico, mientras esconde a sus habitantes durante miles de años en sus cuevas

Viernes, 1 de julio 2022, 15:43

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Verde, un intenso verde inunda los alrededores de Listorreta en Errenteria. Desde parking nos adentramos por este bonito rincón de Gipuzkoa, siguiendo un simple sendero que nos acerca hasta las cuevas de Aizpitarte. Sendero que discurre paralelamente al riachuelo que aparece y desaparece en algunos tramos, pero mostrándonos un decorado perfecto de árboles, arbustos, enormes helechos y otras especies de plantas que iluminan con su precioso color buestra salida.

El objetivo de esta ruta es acercarnos a Urdaburu (599 m.), una discreta cumbre situada sobre el embalse de Añarbe. Su nombre queda registrado en documentos municipales de 1542, según un trabajo de Toponimia de Errenteria dirigido por Imanol Goikoetxea en el que en un archivo se recoge que «de como quieren rematar mil cargas de carbón en Urdayburu,...». Carbón que se extraía de los bosques que rodean a la popular cima errenteriarra que da nombre al club mendizale de la villa galletera.

Bosques que albergan entre sus tesoros las cuevas de Azpitarte. Refugio de aquellos hombres y mujeres que poblaban Oarsoaldea, Landarbaso, y otros muchos rincones del Urumea y que dejaron su rastro tanto en las cumbres con sus monumentos funerarios como en el interior de las cavidades subterráneas. Precisamente en el subsuelo de la zona según un estudio publicado por Diego Garate, Olivia Rivero, Joseba Rios-Garaizar, Iñaki Intxaurbe y Sergio Salazar, Aizpitarte V es la cueva que recoge gran número de restos de aquellos antiguos habitantes que la ocuparon durante todo el Paleolítico Superior.

Según los expertos se han localizado abundantes fragmentos cerámicos prehistóricos, algunos probablemente de la Edad de Bronce, así como una lámina de sílex de gran tamaño obtenida mediante presión. También se han documentado una decena de grabados situados en tres sectores profundos de la cavidad y compuestos por representaciones de bisontes, esos estudiosos afortunados han podido ver dos representaciones parciales de bisonte (cabeza, cuernos y arranque de la giba) en el interior de la cueva así como las huellas de los zarpazos de un oso cavernario. Todo un lujo que otros quisiéramos experimentar. Este espacio, era un buen lugar para vivir en su interior ya que tiene una amplia entrada, orientada al SW, de 17 m. de anchura por 5 m. de altura que da acceso a un gran vestíbulo, donde se encuentra el yacimiento, del que parten dos galerías.

El espacio de Aizpitarte fue excavado por el Conde de Lersundi en 1892, tras el que continuaron otros investigadores, hasta concluir las excavaciones, en 1964, Don Jose María Barandiaran. En los últimos años, resultado de la revisión de sus paredes por el doctor Diego Gárate, se han localizado en ella restos de pinturas en rojo, se trata al parecer de restos de manifestaciones de arte paleolítico, escasos y de difícil interpretación que puedan ser, quizás, restos de alguna figura animal. Las cuevas de Aizpitarte, según los estudiosos tienen importancia como yacimiento prehistórico, así como por sus valores, históricos, biológicos, espeleológicos y etnográficos, al igual que todo el conjunto de Landarbaso. Otro ejemplo importante es la cavidad de Aizpitarte IV destaca en la actualidad, por su importancia como cobijo en el que hibernan murciélagos. Este enero de 2022 se han registrado un total de 39 murciélagos hibernando, 38 de ellos de la especie comúnmente llamado murciélago grande de herradura.

Según un trabajo realizado por Aizpitarte Elkartea, «antes de instalar el cierre perimetral exterior, se internaban hasta dentro de la cavidad cerca de 2300 personas. Con aquella presión humana, apenas se mantenía una colonia de murciélagos de cueva que se refugiaba en períodos de transición de primavera y otoño. En estos momentos la entrada está restringida a personas que realizan algún tipo de investigación y a la visita de pequeños grupos guiados».Según la información rescatada de antiguos informes y estudios del siglo XIX (Conde de Lersundi) y XX (José Miguel de barandiarán), los caseríos de la zona tenían costumbre de recoger en carros el guano de la cueva para abonar los terrenos. Eso nos hace tener idea de la cantidad de restos de excrementos de murciélagos que se acumulaba en su interior. Por otro lado, todavía se puede comprobar en los techos de la cueva las abundantes y grandes manchas de grasa que se crean por la agregación de las colonias.

INFORMACIÓN MIDE

  • Acceso: Accedemos a Errenteria para tomar la GI-2131 que nos conducirá hasta el parking y área recreativa de Listorreta.

  • Horario: El paseo desde Listorreta hasta la cima es de unas tres horas. Difícil acceso a la parte alta de Urdaburu. Muchas piedras y sin un camino por definir. Cuidado.

  • Distancia: 13 km.

  • Desnivel positivo: 476m.

  • Severidad del medio: 3

  • Dificultad orientación: 3

  • Dificultad del terreno: 4

  • Esfuerzo necesario: 3

Desde Listorreta a Urdaburu

La ruta de hoy parte desde el área recreativa de Listorreta. Desde allí está debidamente señalizado el acceso para acercarnos a las cuevas, cerradas al público, de Aizpitarte. Seguimos las señales de la PR GI-1003, y SL GI-1003. No hay pérdida porque el sendero está debidamente marcado con pinturas blancas y verdes y numerosas señales nos indican la ubicación de las cavidades así como la dirección que nos conduce a nuestra cima de esta semana. Seguimos el camino y hasta que nos encontramos en el collado de Zilegi, cruce de caminos, para ir hacia Urdaburu se puede ir por la pista de la derecha o por el camino de enfrente que sube hacia la cota de Zuarkazu (470m), avanzamos por este último, para descender por un precioso hayedo hacia la zona de Pagosarde.

Tras alcanzar la 'txabola de Pagosarde' junto a una charca de anfibios, está el cruce señalizado para subir a Urdaburu. En la charca nos encontramos con enormes ejemplares de ranas que cantan al sol, plácidamente, un momento especial en un entorno precioso. Después seguimos la pista para dar la vuelta dejando Urdaburu a nuestra izquierda. Esta pista nos conduce hacia el collado de Lizarregi.

El paseo se realiza por tierras de Errenteria y en algún punto de Hernani, mientras disfrutamos de una tranquilidad inusitada, a pesar de ser conscientes y las vistas lo confirman de que las urbes siguen en su rutina productiva, ajena a la tranquilidad de bosques, cimas y collados. Durante alrededor de una hora y media hemos conocido un entorno sorprendente para nosotros, muy cerca de Listorreta al que el acceso es muy fácil y recomendable para realizar salidas por la zona en familia.

Podemos seguir la pista hasta el collado de Zilegi, y siguiendo un amplio camino nos dirigimos hacia Aldura. A unos 300m, a la izquierda sale una senda que al principio sin gran desnivel baja hasta encontrarnos con el camino que desde Idoia sube a Aldura por el que descendemos hasta Susperregi. Pasando por el caserío de Susperregi, antiguo restaurante, salimos a la carretera y descendemos hacia Listorreta por el sendero que discurre paralelo a la misma. Pronto se abrirá el punto de información del área recreativa de Listorreta, donde hay mesas para comer.

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