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Mendikute, bonita morada de Tolosaldea
Este monte ubicado en Albiztur alberga los restos de un castillo desde el que se controlaba el paso de los viajeros del interior a la costa
Cuenta la leyenda que un errezildarra accedió a la morada que Mari tiene en Mendikute (803 m.). Uno de sus refugios en Tolosaldea, en el que la gran diosa vasca le ofreció al varón sidra. Al parecer, estuvo bien servido ya que, según le explicó Mari, aquella sidra la había sustraído a todos aquellos que faltaban a la verdad al declarar la cuantía de sus cosechas.
Fuera como fuese, la cavidad, además de albergar a la poderosa diosa, ha cobijado a osos de las cavernas; las huellas localizadas en su interior por los expertos dan fe de ello, y los restos de herramientas encontrados en una mina de la zona, que se denominan 'Gentilen meatzea', eran de una explotación argentífera de la época romana.
Vascones y romanos se encontraron en los alrededores de Mendikute, cumbre del macizo de Hernio en su vertiente Meridional. En su cima se pueden observar los restos de una fortaleza vigilaria, que al parecer controlaría el paso de personas y mercancías por la calzada que desde Tolosa recorrería las laderas del monte Hernio llegando a la costa.
INFORMACIÓN MIDE
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Acceso: Seguir la N-1 hasta llegar a Tolosa por la salida a Azpeitia. Continuar por la carretera GI-3714 para tomar el cruce a la derecha a Urkizu.
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Horario: El paseo desde Urkizu pasando por las cumbres de Herniozabal, Ubeltz y Mendikute ronda las 4 horas. Merece la pena realizarlo para disfrutar de las vistas.
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Distancia: 15km.
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Desnivel positivo: 784m.
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Severidad del medio: 2.
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Dificultad orientación: 2.
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Dificultad del terreno: 3.
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Esfuerzo necesario: 2.
El Diccionario histórico-geográfico del País Vasco de la Academia de la Historia dice de este castillo roquero medieval situado en término de Albiztur que: «hay en él un castillo circunvalado de paredes de cal y canto de 6 pies de espesor, de figura de un octágono irregular, aunque rectilíneo, que tiene en su periferia 34 estados y 5 pies lineales». Continúa destacando que «en el centro de este octágono se descubren algunos vestigios de pared y de un pozo cuadrilongo: a la parte oriental tiene una fortaleza avanzada, a continuación del castillo principal, cuya periferia es de 23 estados; por la banda de oriente estaba la puerta o entrada, y por la del mediodía la salida entre peñas de 8 pies de latitud. Bajando del castillo se ve una pequeña y angosta abertura, por la cual con dificultad cabe un hombre, y por ella se da comunicación a una cueva, y en esta se descubren un campo espacioso y algunas cavernas en su circunvalación; sigue al centro un encañado de 45 estados y en él se ven pirámides cristalizadas formadas del agua que destilan las peñas».
Cabe destacar asimismo que, al parecer, Aranzadi posee detallado plano de la cueva que completa el publicado por Bolívar-Breuil-Jeannel Biospeológica LIV. Enumeration de grottes visitées, Septième série, 1918-1927, págs. 338-339). Ignacio Barandiaran sistematiza así los restos encontrados: a) Un trozo de calzada en el paraje de Insurbe que García y Bellido en 1954 pensó que pudiera atribuirse a época romana. b) Restos de un castillo que excavaron en 1911 Isaac López Mendizábal y Emilio Rotondo Nicolau con materiales y estructura muy semejantes a Aitzorrotz, Ausa Gaztelu y Jentilbaratza, los pasados en 1200 a Castilla, con Alfonso VIII. Puede hallarse en relación probable con una próxima mina de galena argentífera en la que dice López Mendizábal que en 1899 se encontraron utensilios romanos. c) El propio topónimo Mendikute que a la perspicacia lingüística de Michelena parece pueda venir de un Mons-acutum latino o Monte-acutu que daría Mondacut (e), Mondecut (e) y Mendecute: «la forma del orónimo supone una denominación antigua; latina, no románica». La importancia del lugar es más que destacabale, y así lo confirma la documentación escrita en la que aparece citado como Castrum Montis acuti. Existe un documento de 1234 de Fernando III de Castilla sobre enlace matrimonial del infante Alfonso con Blanca, primogénita de Teobaldo de Navarra.
Dada la imporantcia del edificio, en el castillo roquero de Mendikute se realizaron varias campañas de excavaciones arqueológicas entre 1992 y 1997 bajo la dirección de Iñaki Padilla, de la Universidad de Barcelona.
Desde Urkizu, tranquilo paseo
Mendikute está ubicado en Albiztur, en un contrafuerte del Hernio. Muy cerca se encuentran Ubeltz, Herniozabal, Aizpel... Esta discreta cumbre figuró en la edición del catálogo de montes de 1950 en la pos. 77 del listado de Montes de Gipuzkoa.
La subida se puede realizar desde diferentes puntos, pero en esta ocasión nos acercamos hasta Urkizu (510 m.). En una fresca pero soleada mañana salimos desde la iglesia de San Pedro del barrio tolosarra. Se trata de un edificio rectangular de ábside poligonal. A la derecha, adosadas, la sacristía y la casa cural, y en el frontispicio un frontón cubierto desde el que se accede al interior del templo religioso. La primera cita aparece en la visita pastoral realizada en 1540 por el obispo de Pamplona D. Pedro Pacheco bajo el nombre de 'ermita de San Pedro de Urkizu' aunque seguramente su origen sea de época más antigua ya que anteriormente existía en el lugar una edificación medieval destruida por un incendio en 1503.
Las vistas desde su exterior son espectaculares. Mientras una densa capa blanca cubre la villa papelera, disfrutamos de una magnífica estampa de Uzturre, Larrunarri, Aizkorri y otras muchas cumbres vascas que rodean al valle de Tolosaldea.
Seguimos la carretera asfaltada, alcanzamos la primera fuente que nos indica su construcción en 1692. Siguiendo una preciosa senda entre verdes prados, con unas huidizas ovejas Latxas seguimos ascendiendo mientras disfrutamos de la bucólica estampa del barrio tolosarra cubierto por una ligera niebla blanca.
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La siguiente referencia es el caserio Gorostizu-goikoa, a la izquierda, para después llegar a la fuente Iturro. Continuamos en la pista cementada que después se convierte en pista forestal hasta llegar a una verja metálica. A nuestra derecha vemos el collado de Olamuño, fácilmente localizable gracias a la antena que la corona. Nosotras optamos por ascender la verja hasta Lizarbakar con la borda de Atame en la línea de muga.
Tras superar la pendiente alcanzamos primero Herniozabal con sus magníficas vistas de la costa. Orio, Aia, Zarautz, Donostia... Impresionante el azul del cielo en contraste con el del mar. Desde esta cima nos dirigimos continuando las marcas blancas y rojas hasta Ubeltz.
Aquí, en lugar de seguir dichas marcas que nos conducen a Aizpel y Hernio, comenzamos el descenso hacia abajo por un sendero ya muy marcado por el paso de los senderistas que nos lleva nuevamente hasta la verja que hemos atravesado en el ascenso. En esta ocasión optamos por seguir la pista a la derecha. Muy cerca nos encontramos con la borda de Ezeizabarrena, testigo cada año del concierto del solsticio de verano que los tolosarras disfrutan en Iraolako zuloa.
En el camino, a la izquierda de la pista, nos encontramos un poste indicativo que nos indica la ubicación de Mendikute. Un bosque de alerces nos lleva hasta la cima de esta semana, desde la que las vistas son impresionantes. Continuamos descendiendo hasta alcanzar una pista que nos acerca a varios caseríos de Albiztur, viendo en todo momento el casco urbano de Urkizu al frente. Aquí acaba nuestra ruta.