Intxorta, el rincón de la memoria

El movimiento continúo de vehículos por el arco de la casa de arbitrios de Elgeta anuncia el trajín de esta histórica localidad de Gipuzkoa que se encuentra en el límite con Gipuzkoa. Nuestro propósito en eta ruta es conocer Intxorta (737 m.), testigo silencioso de la historia en la que cientos de hombres y mujeres que vivieron y sufrieron uno de los episodios más duros de Gipuzkoa.

Un pequeño paseo por su plaza nos recuerda la importancia de este municipio que fue testigo de uno de los episodios más mencionados por expertos e historiadores sobre la Guerra Civil de España. Sus preciosos caserones y peculiares casas de piedra conforman el casco urbano en el que nos encontramos su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Un edificio que destaca por su piedra arenisca en el que encontramos labradas diversas inscripciones y figuras. Destaca además el busto de Monseñor Martín Elorza Legaristi, vecino de Elgeta que fue nombrado obispo pasionista en Perú. En su interior, conserva un retablo mayor de estilo plateresco, una figura de la Virgen obra de Uriarte, del siglo XIV, y un Cristo de marfil de la Escuela de Montañes. Además, destaca la obra encargada en 1564 a Miguel Llorente de Santiago Mayor con un báculo de su mano derecha.Aunque en la actualidad se encuentra fuera de su lugar original, la iglesia de Elgeta cuenta con el retablo de mayor influencia italiana que existe en toda Gipuzkoa, tanto por su arquitectura como por la decoración mitológica, así como por el estilo clásico empleado en las imágenes.

Elgeta rezuma historia en cada uno de los rincones de su casco urbano, pero también de sus montes. Precisamente, cabe destacar que estos la convierten en un lugar clave para los amantes de la montaña. Un 18 de mayo de 1924, promovida por las Sociedades de Montaña de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, nació la Federación Vasca de Montaña – Euskal Mendizale Federazioa se fundó en Elgeta con la denominación de Federación Vasco-Navarra de Alpinismo. En esta bonita localidad de Debagoiena siguen celebrando sus asambleas y citas especiales.

Una energía especial se respira en Elgeta y no nos cuesta entender su importancia dada su ubicación y leyendo la información que recogen los panales repartidos por diferentes rincones de la localidad, intentamos entender el sufrimiento vivido por sus habitantes hace unas décadas, casi hace un siglo.

Las referencias históricas nos trasladan a 1936-37. Elgeta vivía un momento de bonanza económica gracias a los talleres que se crearon en la villa, aprovechando la bonanza industrial que se estaba generado en Arrasate, Eibar, Bergara... Por octubre de 1936, durante la Segunda República, Euskadi el 1 de octubre de ese año comenzó a disfrutar del Estatuto Autonomía, aunque no se puede olvidar que las tropas del frente dominaban Álava y la casi totalidad de Gipuzkoa, por esas fechas.

Precisamente, Intxorta era uno de los puntos en los que más resistencia se encontraron los franquistas. Aquellos hombres que lucharon en Intxorta para defender sus excavaron las primeras líneas de trincheras con formas rectilíneas. Su estrategia cambió a las órdenes de Pablo Beldarrain.Los combatientes vascos reestructuraron esta defensa tapando hasta la mitad las trincheras.Su máximo propósito era engañar al enemigo y para ello, excavaron nuevas trincheras en líneas más atrasadas y con alineaciones sesgadas y comunicadas entre sí por otras perfectamente camufladas a la vista aérea. Además, crearon una sucesión de túneles para ocultar a los soldados y los vigías que se situaban en puntos estratégicos. El trabajo realizado por todos ellos fue arduo y lo llevaron a cabo a conciencia, ya que toda la defensa fue camuflada, hasta las alambradas, hasta el punto de que nada se podía identificar desde los altos de Asentzio. También se centraron en los accesos que pudieron utilizar los tanques enemigos a las defensas del Intxorta. Todos ellos estaban minados.

Todo el esfuerzo realizado por los batallones vascos en Intxorta no evitó el avance del frente franquista. La primera línea del frente en 1936-37, en el que hoy vemos las hileras de sacos. Recuerdan el duro enfrentamiento acontecido en los alrededores de Elgeta.Son el símbolo del horror que se vivió, ya que el general Mola ordenaba que los carros de combate lanzasen sus proyectiles desde Bergara hasta los alrededores de la cima.

La ruta de esta semana nos permite conocer esta parte de la historia vasca y no olvidar el recuerdo del dolor de la Guerra Civil sin dejar de sentir que todos fueron perdedores, aunque algunos más que otros. Además, podemos disfrutar del entorno de Elgeta en un recorrido sin gran dificultad, ya que Elgeta se encuentra a 462 metros de altitud del nivel del mar e Intxorta es un monte de 793 metros.

Después de dejar el vehículo en el casco urbano de Elgeta, e tras haber cruzado la conocida como 'puerta de Elgeta' con su arco en la casa de arbitrios donde estaban los miqueletes, comenzaremos la ruta siguiendo las múltiples indicaciones que nos encontramos y nos guiarán de principio a fin por una ruta sin gran dificultad.

Una vez llegados a la parte alta del pueblo, tomaremos el camino que sale a la derecha, también conocido como 'Camino a Intxorta'. En un principio será pista de cemento y posteriormente iremos alternando pista y sendero, siempre siguiendo las marcas blancas y amarillas, las cuales tras ir ganando altura poco a poco y cruzando incluso un pequeño bosque de hayas, nos llevaran a la cima.

En ella nos encontramos la conocida veleta de Elgeta. Sus grandes dimensiones nos impresionan, aunque no tanto como la ubicación del punto geodésico que observamos se encuentra sobre el pequeño refugio con chimenea incluida que se encuentra junto al buzón. Siempre nos preguntamos por qué hay gente que no puede recoger los restos de barritas energéticas, geles o el papel metalizado que envuelve a sus bocadillos, que una vez consumidos desechan.

A pesar de que han cumplido su función, llevarlos de vuelta cuesta menos, ya que ya no pesan. Desde allí nos dirigimos a Intxorta txiki, para después retomar la pista forestal y descender hasta la zona de las trincheras. Las vistas son espectaculares con numerosas cumbres como Udalatx.

Tras visitar las trincheras retomamos el camino para alcanzar la carretera que une con Kan-pazar. Allí se encuentra la escultura y la piedra de la memoria.Después nos encaminaremos hacia el barrio de Asentzio.De camino podremos ver la charca y la ermita.Desde allí el cmaino nos conduce a Elgeta disfrutando del paseo entre enormes hayas. Un recorrido que nos ha gustado y recomendamos para realizar en familia.