Indamendi, con la vista perdida en el mar

Gipuzkoa es un territorio de tesoros naturales que merece la pena conocer y que cada una de las rutas que realizamos nos permiten descubrir. En ocasiones recurrimos a las cimas más destacadas y conocidas, dejando de lado montes secundarios que nos sorprenden. Es el caso de Indamendi (476 m.), que por su elevación no figura entre los destinos elegidos por los senderistas en sus recorridos, pero que nos ha enamorado con sus magníficas vistas de las localidades costeras que se encuentran a sus pies y sobre todo, por la perfecta perspectiva que nos ofrece de los montes que le rodean y el escaparate del mar Cantábrico, que tanto nos fascina.

Indamendi acogerá el próximo domingo 21 la fiesta del club de montaña de Zumaia que lleva su nombre. Club que celebra su 50 aniversario desde su fundación y que ha tratado de impulsar entre los locales la afición por la montaña. Lore, Odriozola, Ramón, Maripili, Juanba... son solo algunos de los mendizales que impulsan la labor de este club y este año se han visto involucrados en la organización de diferentes actos del calendario que a lo largo de un año se han llevado a cabo. El día 21 culminará la programación del destacado aniversario acercándose a Indamendi con el propósito de cumplir otros 50 pisando cimas.

Sin ir muy lejos, los zumaiarras cuentan con varios destinos recurrentes para practicar el senderismo e Indamendi es uno de los habituales para muchos. Aunque esta discreta cima, su cruz identificativa se encuentra, más o menos, en el punto en el que se encuentran los límites de Aizarnazabal, Zestoa y Aia. A escasos metros está el punto geodésico, situado en terrenos de Zestoa y muy cerca, rodeado por tierras de Aia, existe una pequeña parcela que pertenece a Zarautz. Curiosidades que nos descubren los zumaiarras, conocedores del terreno y destacamos por su curiosidad.

En esta ocasión acudimos hasta el barrio de Urdaneta para realizar este recorrido. Su casco urbano se encuentra alejado del de Aia. No en vano cabe destacar que Aia es uno de los municipios más extensos de Gipuzkoa y el acceso hasta Urdaneta en coche se hace desde Zarautz, no existe otro modo. El término municipal de Aia tiene 56 km². A lo largo de ese extenso territorio se encuentran los once barrios que lo conforman, a los que se suma el casco del pueblo. Los barrios son Alzola, que según los últimos datos recogidos tiene 11 habitantes; Andatza o San Pedro: 249 habitantes; Arratola Aldea: 38 habitantes; Arrutiegia: 106 habitantes; Elkano: 100 habitantes; Etxetaballa: 45 habitantes; Iruretaegia: 97 habitantes; Kurpidea: 59 habitantes; Laurgain: 78 habitantes; Olaskoegia: 202 habitantes; Santio Erreka: 254 habitantes, y Urdaneta: 78 habitantes.

Hemos podido comprobar que Urdaneta está conformado por un puñado de casas apretujadas alrededor de la Iglesia de San Martín. El barrio fue propiedad de los marqueses de Alameda y según las fuentes consultadas este barrio rural parece ser uno de los lugares de mayor tradición histórica de Aia, ya que aparece citado en documentos del S. XI. Su ubicación hasta la construcción de la carretera de acceso hizo que sus vecinos mantuvieran un ciclo de economía autosuficiente, casi cerrada, y con los servicios de un pueblo en miniatura: iglesia, cura, cementerio, frontón, escuela, maestro, taberna, etc.

En nuestro paseo desde Urdaneta podemos observar la belleza de los caseríos Indagarate-zahar, Olalde y Errota-Txiki, edificaciones destacables de la arquitectura tradicional vasca.

El recorrido da para mucho. Desde Urdaneta nos dirigimos al barrio de Elkano, donde descubrimos la ermita de San Pedro, un edificio señorial con portada gótica y en cuyo interior se encuentran restos de la iglesia de los siglos XII o XIII. Su torre almenada le confieren un aspecto defensivo que la caracteriza y asombra.

También nos encontramos la ermita de Santa Cruz. Una edificación de planta rectangular dividida por una verja de madera en el centro. Esta ermita perteneció antiguamente a Zarautz y según los datos ya existía en 1540. Los lugareños cuentan que frotando una moneda sobre las verrugas y dándola luego en limosna en la ermita se conseguía su erradicación.

Tras aparcar unos doscientos metros antes de Urdaneta, emprendemos el camino hacia la casa rural Indagarateberri, desde donde nos sentimos observados por los exóticos animales que campan por el terreno cercano. Las indiscretas ocas y demás aves advierten a sus compañeros de nuestra presencia, aunque la mayoría no se inmutan. Cabras enanas, ovejas, conejos, patos, gallos y gallinas, burros, toros, emús, bueyes, vacas escocesas, perros, gatos...

Desde aquí comenzamos el ascenso siguiendo las marcas blancas y amarillas que nos guiarán en gran parte del recorrido, así como los postes verticales que nos llevarán por la PR-GI-35. Nos encontramos zonas asfaltadas o pistas cementadas al principio para después recorrer la mayor parte del recorrido por pistas de tierra y senderos que nos llevan por bosques de hayas. Cabe destacar que las vistas a lo largo de todo el recorrido hacia Zarautz, Zumaia, la costa, son espectaculares y la tranquilidad inunda todo el camino, pudiendo disfrutar de un paseo tranquilo en el que escuchamos constantemente el canto de los pajarillos. Sin darnos casi cuenta llegamos al barrio de Elkano con sus bonitas casas y la ermita de San Pedro. Nos llama la atención su torre y su campana en la parte superior. No nos cuesta imaginar la importancia de este lugar como punto de vigilancia y observación de los barcos que llegaban a la zona. Seguimos las marcas blancas y amarillas que nos conducen por la carretera hasta la ermita de la Santa Cruz, donde un gran cartel nos anuncia que nos encontramos en el término municipal de Aia. Se trata de un edificio peculiar con su barrera de madera, junto al que pasa una pista forestal que seguimos para dirigirnos hasta la cima de Indamendi. Un camino que nos presenta una pronunciada pendiente antes de llegar a la cruz que corona el monte. Una vez en ella, las vistas nos hacen olvidar el esfuerzo realizado y disfrutamos de la belleza del mar, los montes y los pueblos costeros que vemos, Zumaia, Zarautz, hasta Lekeitio se puede observar en los días sin bruma, Precioso. Izarraitz, con sus cimas, entre las que destaca Erlo, se muestra espectacular. Desde allí, siguiendo un sendero, nos dirigimos hasta el punto geodésico y tras bajar una cuesta hemos de superar una nueva pendiente que nos conduce hasta la cruz de hierro de Txatxarromendi.

Desde esta pequeña cima podemos observar nuevamente las casas de Urdaneta. Desde allí, siguiendo el sendero que pasa por los prados, llegamos nuevamente cerca de Indate Berri, para regresar a nuestro coche. Un placer.